Serena dibujó una sonrisa en los labios, había tenido un sueño bonito ¡Un sueno dónde Darien, ella y su hijo eran felices! El corazón le dolió púes ese sueño era imposible de realizarse, o al menos lo sería mientras las mentiras siguieran siendo parte de su vida.
Negó, trató de apartar ese pensamiento de su cabeza, abrió los ojos y giró el rostro para encontrarse con el lugar de Darien vacío y miró el reloj sobre la mesa de noche, se levantó de la cama con premura al darse cuenta de lo tarde qué era ¡Era tardísimo! Sé dió una dicha rápida, sé vistió y salió de su habitación, volvió segundo más tarde por las llaves, las necesitaría para poder sacar su auto del estacionamiento de la clínica.
Se olvidó de desayunar, ya compraría algo en la cafetería pero ahora necesitaba ver a su heremana, quizás ese día hubiera mejor noticias qué qué ayer, su entusiasmo le hizo olvidarse de todo lo demás, afortunadamente había llamado al servicio de taxi antes de salir de casa, por lo qué no tuvo necesidad de esperar uno, apenas abordó y le entregó la dirección al chófer.
.....
Minutos después pagaba el servicio y bajaba del taxi, observó el letrero de la clínica cómo sí fuera aquella primera vez qué hacía casi dos meses, tenía la misma extraña opresión en su pecho cómo sí las buenas noticias no terminaría de concretarse y su mundo volvería a ponerse de cabeza, ignorado el sentimiento caminó al interior de la clínica pero el sonido de su móvil interrumpió sus pasos.
-Aló - respondió de inmediato al ver el nombre de Darien en la pantalla.
-Hola cariño ¿Cómo amaneciste, bien? - Serena pudo imaginar una sonrisa pícara en el rostro de Darien.
-Más qué bien, fué una pena despertar sín tí a mí lado - respondió con una amplia sonrisa, y casi sonrojandose cómo sí estuviera frente a él en ese preciso momento.
-No sabés cuánto lo he lamentado pero tenía qué atender un socio importante ¿Podemos cenar está noche? - el cuerpo de Serena tembló al escuchar la pregunta, sabía cómo terminaría una cena con Darien y su corazón sé agitó con anticipación.
-Me encantaría - respondió con ilusión, había decidido aprovechar cada segundo qué tuviese de felicidad a su lado.
-Te estaré esperando en la terraza de nuestro hotel, no llegues tarde "Te Amo".
-Te amo Darien - dijo sín importar qué la gente la mirara al pronunciar las palabras con tanta pasión,cerró la llamada cuándo Darien se despidió enviándole una lluvia de besos, sonrió y se dispuso a continuar su camino.
-¿Lo amas Usagi? Cuéntame ¿Desde cuándo te enamoraste de él?.
Serena cerró los ojos ¿Por qué tenía tan mala suerte? ¿Por qué Yate tenía qué estar en la clínica? Sé giró lentamente para ver esos ojos verdes lleno de dolor y sufrimiento, tragó saliva por qué sintió su propio corazón herido al ver al platiado.
-Fabricio.
-¿Cómo pudiste engañarme Usagi? Me dijiste qué no lo amabas, qué lo único qué deseabas era poder ser libre y decidir tu vida ¡Me lo dijiste la última vez qué nos vimos? - gritó atrayendo la atención de los presentes y miradas severas de las enfemeras.
-Por favor no grites, estamos en una clínica - pidió Serena arrastrandolo fuera de la clínica hacía el estacionamiento, púes erea el único lugar dónde podían hablar sín ser interrumpidos.
-¡Contéstame! ¿Qué fué lo qué cambió desde entonces? - preguntó con voz rota.
Fabricio tenía los ojos rojos y algunas lágrimas sé derramaron por sus mejillas, Serena comprendió qué el era mucho más qué un amigo para Usagi, quizás era el hombre qué verdaderamente amaba.
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LA OTRA
De TodoSerena Moon era feliz con la vida qué llevaba alejada de la sociedad y de sus padres, vivia la vida a su manera, su pequeño departamento lejos de la mansión de sus padres nadie nunca podría imaginar su verdadero linaje. Darien Shields lo tenía todo...