Capitulo 40 EPÍLOGO ENDYMION Y MAMORU

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La boda y la recepción pasó en una bruma de felicidad, cómo hacía mucho tiempo no sentía en sus vidas, los días y las semanas continuaron su rumbo y las gemelas finalmente conocieron el calor de un hogar y por azares de la vida lo encontraron muy lejos de casa y personas qué eran amorosas en el caso de Usagi, sobre todo por qué la vida le había permitido tener una segunda oportunidad de qué todas las personas qué entraban en coma llegaban a tener.

Pero ella podía sentirse afortunada no sólo de haber despertado sí no de tener un amor tan grande e incondicional cómo era el amor de Fabricio e incluso el amor de sus padres y hermana qué la trataban cómo alguien parecido para la familia de Rossi, cómo sí fuera una pizza de arte qué debían cuidar en todo momento y eso sólo podía llenar de felicidad y satisfacción a Serena.

Aún qué era la hermana menor, sentía qué su deber era siempre estar pendiente de su hermana, por esa razón sufrió mucho cuándo ella ml dió la terrible noticia qué le dejó el accidente, pero a pese a todo eso Usagi se mostró tranquila y agradecida por tener la vida, y poder disfrutarla al lado de Fabricio quién era su paño de lágrimas, su mundo y felicidad absoluta.

-Lamento escuchar eso Usagi, pero me alegro qué eso no afecte tu vida - respondió con sinceridad, después de escuchar a su hermana.

-Al principio no fué nada fácil para mí aceptarlo, pero Fabricio me hizo ver qué el hecho de estar viva es un privilegio para mí, y qué debo ser agradecida - sonrió ligeramente.

-Lo sé, pero aún así eres una mujer fuerte y valiente, te aseguro qué podrás superarlo e incluso quizás un día no muy lejano tú puedas lograrlo - alertó Serena sín mostrarse afectada por la noticia.

-Quizás pero no quiero enfrascarme o llegar a obsesionarme con eso, de momento puedo decirte qué me siento feliz y completa, además de qué... ¡Hemos decidido quedarnos en el país! - exclamó emocionada provocando más felicidad en Serena ante la noticia.

Las hermanas se abrazaron una y otra vez, volviendo a sumergirse nuevamente en la conversación hasta qué el gritó proveniente de la biblioteca les hizo callar abruptamente.

-NO! No y no - exclamó Darien al escuchar las palabras de su hermana.

-¿Cómo qué no? - cuestionó Rei mientras veía a Darien caminar de un lado a otro en la habitación.

-¡Hey dicho qué no! - repitió mientras se meció el cabello una, dos y hasta más de tres veces sín lograr controlar el enojo.

-Púes lo siento Darien, soy mayor de edad y libre de amar a quién quiera, y es mí deseo de ser la novia de Zafiro - mencionó con seguridad.

-¡No te he dado permiso! - rugió Darien mirándola con chispas de fuego en la mirada, los orber grises se enfrentaron tal parecía qué era una lucha de titanes.

-Púes lastima por qué no te estoy pidiendo permiso, te estoy informando qué Zafiro y yo somos novios, y qué es nuestro deseo casarnos en un futuro no muy lejano - espetó sín bajar la mirada, desafiando a su hermano por amor.

-¡Dios! ¿En qué momento te perdí? - preguntó en tono dramático qué arrancó una sonrisa a Rei.

-Tonto, no me has perdido, sólo he crecido - le dijo ensanchando más las sonrisas en su rostro.

-Estoy celoso de él, creí ser el único hombre en tu vida - Darien sé llevó la mano al pecho cómo sí le doliera el corazón.

-¡Dios! ¡No sé cómo Serena te soporta! - gruñó - ¡Eres terriblemente melodramático! - se burló Rei antes de añadir - En todo caso no eres el único hombre en mí vida, ya antes me compartías con tus hijos y eso qué ni siquiera han llal mundo, y ya tiene mí corazón - exclamó con ojos soñadores.

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