Capitulo 38 ¿QUIERES CASARTE CONMIGO?

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Darien había escuchado la conversación entre Serena y Rei, había estado indeciso acerca de pedirle matrimonio, púes creía qué aún no había terminado de hacer méritos para recuperarla cómo esposa, pero "¿Cuánto tiempo más piensa demorarte?" le cuestionó la consciencia.

"Por qué es lo tradicional" recordar la respuesta de Serena le hizo pensar qué ella lo estaba esperando, mientras él seguía esperando... "¿Qué?" sé preguntó, con la declaración caminó hasta la habitación qué compartía con su amada, mientras los engranajes de su cabeza empezaba a maquinar su próximo paso a seguir, con una sonrisa pecaminosa abrió la puerta para quedar de una pieza al ver a Serena parada en el centro de la habitación, con una bata qué dejaba poco a la imaginación.

-¡Sere... Serena - tartamudeo al verla sonreír.

-Dime cariño - respondió acercándose a él con pasos sensuales.

-¿Desde cuándo eres una mujer... Fatal? - susurró pasando saliva por su seca garganta.

-Mujer fatal ¿Yo? - preguntó con una sonrisa en los labios, qué hicieron a Darien derretirse de amor.

-Sí - pronunció mientras observaba cómo Serena apartaba el camisón de su cuerpo.

-Solamente soy una mujer enamorada - respondió acercándose al cuerpo de Darien tan lentamente qué la corta distancia entre ellos le hizo desespera.

-¿Quieres jugar amor mío? - preguntó Darien atrapándola entre sus brazos, para hacerle sentir el poder de su deseo.

-Sí, sí quiero jugar - Serena lo miró con intensidad.

Los ojos azules grises se enfrentaron antes de qué sus bocas se unieran en un caliente y apasionado beso, todas las terminaciones nerviosas de Serena volvieron a la vida con el beso ardiente qué Darien le estaba otorgando, su idea inicial había sido seducirlo, volverlo loco hasta qué suplicara por ella pero había sido todo lo contrario, ella no era experta en las artes de seducción y era de suponer qué terminará siendo la presa cuándo deseaba ser la cazadora.

-¡Por todo lo sagrado Serena! - exclamó Darien al sentir las manos de Serena sobre la pretina de su pantalón.

La pequeña mano se deslizó por encima de su bragueta con descaro, Serena elevó la mirada y batió las pestañas de manera inocente antes de sonreír nuevamente.

-¿Qué sucede cariño? - preguntó pegando sus pecho desnudos al torso de Darien.

-Humm - gruñó Darien al sentir la calidez de la piel de Serena por encima de su ropa.

-¿Eso es todo? - provocó a su marido intentando alejarse de él.

Darien la atrapó antes qué pudiera dar un sólo paso, sus manos acariciaron la espalda desnuda de Serena, haciendo qué ella suspirara de placer y arqueara la espalda, pegando su vientre a él, la piel de Serena sé erizó al sentir las caricias de Darien, cerró los ojos dejándose llevar por los besos y caricias, sus cuerpos cayeron sobre las sábanas con suavidad, Serena sé abrió para Darien cómo una flor se abría a los primeros rayos del sol, y absorbía todo su calor.

-Te amo Serena - susurró Darien mientras se abría paso en la feminidad de su mujer.

Las paredes vaginales se abrazaron a su dureza cómo un aguante a medida, sentía qué estaba en el lugar indicado qué había llegado a casa, Serena sonrió mientras el fuego de la pasión corrió a través de su venas cómo fuego salvaje, movió las caderas para salir al encuentro de las embestidas de Darien, atrapándolo entre sus piernas sín ninguna intención de dejarlo marchar.

-¡Darien! - gritó mientras echaba la cabeza hacía atrás al sentir cómo el placer estallaba en su interior, y recorría cada rincón de su cuerpo transportándola al séptimo cielo.

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