Capítulo 11 - El comienzo

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Todo estaba bien

Era una noche tranquila

Con madre e hijo hablando felices

Entrando a una tienda de comestibles

Y ahí es donde el infierno para varias personas comenzó

Todo estaba bien, habían salido del parque de atracciones hace un tiempo, caminando por las calles de regreso al hotel, cuando al niño pelirrojo se le ocurrió pedirle a su madre que le comprara una leche de fresa

Si pudiera cambiar sus palabras y decir que ya quería llegar al hotel, lo haría

Pero ya no había nada que hacer

Entraron a una tienda cercana, yendo a los refrigeradores del lugar para tomar un cartón de leche de fresa, cuando las puertas del establecimiento se abrieron de repente

— ¡MANOS ARRIBA! —

Disparos se escuchaban en aquel lugar, con algunos clientes ya muertos en el suelo al ser alcanzados por las balas, mientras que otros estaban caídos por alguna herida que tenían y muy pocos intactos con sus manos arriba mientras se arrodillaban ante aquellas personas

Era un grupo de 10 personas, todas vistiendo de negro, básicamente como una escena cliché de las películas, pero que lamentablemente era la vida real

— ¡Mamá! —

Karma se arrodilló frente a su madre con preocupación, viendo como la sangre manchaba la ropa de su madre mientras que esta misma tenía sus manos en su vientre

— T-Tranquilo hijo, estoy bien — Respondió con una sonrisa quebrada viendo a su hijo — Los oficiales no tardarán en llegar, estaré bien —

— ¡S-Si! ¡Ellos vendrán y te salvarán! — Sus palabras eran realmente para tranquilizarse a sí mismo

¿Cómo es que todo había cambiado en tan sólo unos minutos?

— Entregenos todo lo que tienen — Ordenó uno de los sujetos vestidos de negro

Karma no sabía que hacer, estaba bastante asustado y temía que ese sujeto le hiciera algo a su madre, así que confiando en que los oficiales ya vendrían y los arrestarían, tomó el bolso caído de su madre y lo colocó frente al sujeto

Aquel vestido de negro rió ligeramente mientras tomaba el bolso y se iba sin más, ajeno a los sentimientos de desesperación de aquel niño

Pasaron los minutos y aquellos vestidos de negro no se iban, más bien, tomaron a todos en la tienda como rehenes, y lo que eran minutos se transformaron en horas para las víctimas

Hasta que finalmente apareció ese rayo de esperanza

Las luces rojo y azul iluminaron en lugar acompañados de una sirena tan característica de las patrullas de policía

No se sabían cuantas eran, pero debían de ser al menos unas tres o cuatro

Finalmente el infierno terminaría para aquellas personas...

Que equivocados estaban

Los policías tienen un trabajo, salvaguardar las vidas tanto de las víctimas como los agresores, los que los define es que a las víctimas le dan seguridad, mientras que a los agresores se les lleva ante la justicia para su castigo

En pocas palabras son los que traen la paz a la gente

¿Entonces que pasa cuando en vez de traer paz traen miedo y terror?

— Salgan con las manos en alto, es la policía — Como si de una película se tratase, un oficial de entre todos tenía un megáfono, tratando de hacer que aquellos asaltantes tomaran un camino tranquilo y se entregaran por su propia cuanta

Hasta regresar a mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora