Las noticias no dejaban de hablar de lo ocurrido, las periodistas interrogaban a todo oficial, agente o paramédico, investigaban con tal de encontrar las respuestas a todas las incógnitas en el aire, pero ninguna era respondida, manteniendo la confidencialidad del caso.
Al menos en su mayoría.
Sabían que no podían renegar por siempre la verdad a la gente, sabían que no podían permitir que vivieran su vida con miedo a ser las siguientes víctimas, pero ni ellos sabían que decir.
Debían de comprender la mente de alguien, de quien sólo sabían que era un adolescente y la poca información que obtuvieron de su infancia. Básicamente era como tener que comprender el circuito y las partes que componían una computadora, pero sólo viéndola desde fuera.
Ni siquiera los más especializados en la mente humana podían comprender los patrones del pelirrojo.
Era una incógnita sin respuesta aparente.
Había una amenaza creciente en la ciudad, y sabían que sí no lo atrapaban rápido, el mismo caos y destrucción podría llegar a otras ciudades y Estados... incluso países.
Y tampoco es que tuvieran mucha información del pelirrojo ni de sus allegados más cercanos, ni siquiera sabían sí trabajaba solo o no, sí tenía solo a unas personas o a una armada completa trabajando para él, era como buscar una aguja en un pajar, una sola persona entre miles que existían en la ciudad.
Era un juego perdido que sólo un milagro les haría ganar
~ • ~
— Llegamos — Dijo Koro–sensei mientras bajaba al adolescente de su espalda, y veía por fuera del callejón para asegurarse de que nadie los había visto.
Nagisa sólo acomodó su ropa, y esperó la señal para salir.
Koro–sensei vió sus alrededores para asegurarse de que nadie estuviera cerca, luego tomó a Nagisa de su antebrazo y juntos salieron de forma sigilosa del callejón, ocultándose entre las sombras que se formaban para poder acercarse sin ser vistos por los oficiales que aseguraban en el lugar.
Nagisa veía sus alrededores, podía ver a gente en las calles con miradas preocupadas, el tráfico y oficiales tratando de alejar a las personas del lugar.
Podía escuchar los llantos de los niños y los gritos de los adultos, podía verlos temblar de miedo y pánico, podía ver la desesperación en sus miradas, la angustia y la duda de quiénes podrían ser las siguientes víctimas.
El miedo y la incertidumbre estaban en el aire.
Nagisa sintió como su estómago se revolvía, así que apartó la mirada y trató de enfocarse en Koro–sensei que lo guiaba hacía enfrente.
No podía retroceder ahora.
Koro–sensei llevó a Nagisa a la escena de crímen, que sólo era iluminada por los faros que había en el lugar y las luces rojo y azul de las patrullas de policía, lo que sólo hacía ver la escena más caótica y siniestra, debido a que ninguno de los cadáveres habían sido removidos todavía.
El cuerpo del adolescente comenzó a temblar, viendo con horror los cadáveres y la sangre que había, pero los caminos de aquel líquido rojo lo llevaron a ver la torre en el centro.
Koro–sensei lo tomó de ambos brazos al ver su mirada fija en el letrero con sangre, viendo su expresión horrorizada y el como su cuerpo comenzaba a temblar de una forma más frecuente, al igual que sus labios semiabiertos como sí quisiera decir algo.
Soltó un suspiro.
Procedió a tomar con cuidado la mano del adolescente, notando mejor su temblor y el como comenzaba a bajar de temperatura rápidamente.
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Hasta regresar a mi hogar
FanficHistoria de humor negro, amor tóxico y enfermizo, violencia explícita, abuso sex, trastornos mentales, Karushuu, y Karma teniendo una "relación" con otros personajes. • Ninguna relación en esta historia será sana. • No trato de romantizar ningún tem...