Capítulo 5 - Cae la máscara

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— ¿N-Nagisa? ¿Qué pasa? — Preguntó con preocupación mirando a su amigo de esa forma tan... Rota

— ¡Ya cállate, no lo soporto! — Exclamó

Ishida se reunió con Hisashi al igual que el niño que sujetaba a Karma, por lo que ahora este último tenía su movimiento libre, pero lo que más le importaba era calmar a su amigo peliceleste

— ¡Nagisa, tranquilízate! —

No sabía que hacer, nunca había visto a su amigo de esa forma, tan desesperada para que algo acabara, pero no sabía qué era ese "algo"

— ¡No te acerques! — Nagisa se alejó rápidamente del pelirrojo que buscaba acercarse — ¡Todo lo que esta pasando ahora es tu culpa! — No medía sus palabras, algo en él se había dañado por todo lo que había estado guardando

— ¿¡De qué hablas!? ¿¡Qué es mi culpa!? — Preguntó con preocupación sintiéndose intranquilo

— ¡Todo es tu culpa! ¡Por ti estoy así! — Respondió mientras que sus ojos se inyectaban en sangre, terminando por acercarse de forma peligrosa al pelirrojo

Ahora era Karma quien retrocedía, con miedo de lo que su amigo podría hacerle si se le acercaba demasiado

— ¿¡Sabes todo lo que sufrí por ti!? — Preguntó lanzando un golpe, que por pura suerte fue esquivado por Karma — ¡Mientras que tú hablabas y reías con esa persona yo tenía que sufrir el infierno que Tú merecías! — Lanzó otro golpe

Esta vez Karma recibió el golpe, sin saber cómo reaccionar a las palabras de Nagisa

Se sentía culpable, después de todo, sabía lo que Nagisa estaba sufriendo y aún así no hizo nada para ayudar, pero...

¿Qué pasaba con Nagisa?

Él varias veces vio como era violentado por Hisashi, y no dijo nada, no intentó ayudar, ni entrando en pelea ni llamando a alguna figura de autoridad, simplemente se quedaba en una esquina, viendo lo que le hacían

¿Eso era lo que Nagisa estaba ocultando?

Lo que realmente había detrás de esa mirada tranquila y sonrisa de ángel, detrás de toda esa fachada de niño sumiso que no le haría daño ni a una mosca

La máscara finalmente había caído

Karma vio a Nagisa, observando el rencor y odio en esa mirada que antes se mostraba tranquila, que en el pasado muchas veces lo hizo sonreír, pero ahora... Ya no quedaba nada de esa mirada

— ¡Todo es tu culpa! ¡Todo es tu culpa! — Gritó Nagisa mientras seguía golpeando a Karma tratando de desahogarse — ¡Desearía jamás haberte hablado! ¡Desearía jamás haberte conocido! — Las lágrimas comenzaron a hacerse presentes, pero poco importaba

Las palabras de Nagisa daban vueltas en la cabeza de Karma, sintiendo de igual manera como sus ojos se llenaban de lágrimas y amenazaban con salir de aquella mirada llena de tristeza y preocupación

Porque a pesar de temer por si mismo, seguía preocupándose por el estado de Nagisa en ese momento

— ¡Eres el peor! ¡Te pones como la víctima cuando alguien más sufre peor que tu! —

No le tomaba importancia a las palabras de Nagisa, porque sabía que no estaba consciente, pero esas últimas palabras tocaron un punto sensible en él

No dijo nada, guardó lo que sentía como siempre lo hacía, mostrando que no le importaba aquello, a pesar que por dentro había algo que se estaba quebrando

Hisashi y sus amigos sólo veían el espectáculo, el más encantado era Hisashi, quien veía todo con una sonrisa satisfecha, su plan había salido 10 veces mejor de lo que había planeado, de verdad que utilizar a Nagisa de esa manera fue la mejor opción

Karma ahora sólo se dejaba golpear, tirado en el suelo, esperando a que Nagisa se calme por su cuenta, y por suerte así fue con el pasar de los minutos

— K-Karma — Sollozó el de ojos celestes aferrándose al abdomen del pelirrojo

Karma observó como Hisashi y sus amigos se iban del lugar, así que regresó su vista a Nagisa, acariciando su cabeza de forma tranquila

Tenía unos cuantos golpes en su rostro que en un tiempo se volverían moretones, también tenía su labio partido y con su ojo izquierdo cerrado por el golpe que había recibido, pero aún así se dio el lujo se consolar a su amigo lastimado, aunque de forma emocional

— Esta bien, ya todo acabó — Dijo tratando de consolarlo

— Lo siento, lo siento, de verdad, perdóname, porfavor — Suplicó sin dejar de aferrarse al pelirrojo

— Tranquilo Nagisa, todo esta bien, no estoy molesto — Sus palabras dejaron de ser sinceras, ya no eran las mismas

Pasó un tiempo cuando Nagisa terminó dormido sobre el abdomen de Karma por la fuerza tanto física como mental que había gastado

— Espero... Que esta mentira se vuelva realidad —

Karma sonrió mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas, tratando de no sollozar mientras se acostaba finalmente en el suelo, mirando el cielo despejado que había

— Porfavor, no quiero mentir — Susurró con voz quebrada acariciando la cabeza de Nagisa — Porfavor, permiteme perdonarlo — Suplicó — Porfavor... Hazme olvidar —

La mirada inocente y llena de brillo comenzó a apagarse, mostrando una mirada totalmente diferente a la de aquel niño nacido de la luz y la bondad

Algo estaba cambiando, el proceso ya estaba acabando

~ • ~

Un día.. Dos días... Tres días... Cuatro días... Cinco días... Seis días... Y ya era momento de regresar a casa

No hacía falta mencionar que la actitud de Karma había cambiado desde el segundo día que pasaron en el campamento

Seguía junto con Nagisa, pero ya no era lo mismo, algo era diferente, pero no sabía exactamente qué era eso diferente, pues todo estaba normal

Sufría violencia por parte de Hisashi, y Nagisa no hacia nada, pasaba tiempo con este último, y el incidente había quedado atrás como otro abuso de Hisashi, sólo que de mayor grado que otros abusos

Tal vez realmente nada de eso había cambiado...

Él era el que había cambiado

Al ya ser el último día, se empacaron las maletas, y tanto ellas como niños y profesores fueron a sus respectivos autobuses para que estos los llevaran a casa

Karma y Nagisa se sentaron juntos como siempre, sólo que ahora era el de ojos azules quien buscaba un tema de conversación, al ser su amigo pelirrojo más callado que de costumbre

Lo que Nagisa no sabía era que Karma estaba manteniendo su alegría oculta para evitar hablar de más, después de todo, cuando llegaran a la ciudad su madre lo recogería y pasarían el fin de semana en un hotel

¡Y también irían al parque de diversiones!

Simplemente debía de dejar todo lo malo atrás para concentrarse en el fin de semana que pasaría al lado de su querida madre

Era una lástima que no supiera lo que pasaría a futuro

Hasta regresar a mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora