capitulo doce

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Applause — Lady Gaga

Blaise Sadler.

Dispuesta a dar mi vida por el balón, por conseguir punto tras punto hasta que ese trofeo de oro fuera nuestro, abalancé mi cuerpo hacia adelante, mi mirada y sentidos fijos en el balón, y golpeé con la mano en un puño el mismo, evitando que tocara la madera pulida.

Apenas aterricé en el suelo me incorporé nuevamente, el balón ya estaba en la cancha contraria. Un punto más.

Mi corazón latía frenéticamente, respiraba mediante jadeos debido al cansancio y el constante movimiento físico, el sudor envolvía mi cuerpo entero pero nada de eso me importaba en absoluto. Debía ganar. Debíamos ganar.

Esta era nuestra oportunidad y probablemente la única hasta unos cuantos años más.

Íbamos perdiendo por cuatro puntos pero no dejaría que eso pasara. Aún podía dar más. Siempre podía dar más.

Era mi turno de realizar el saque, las miradas del público y las del equipo contrario clavadas en mi como dagas. La cancha entera inundada por el silencio hizo que escuchara con más claridad los latidos desenfrenados de mi corazón.

Me coloqué dos pasos detrás de la línea, consciente de que la cámara también estaba enfocada en mí.

Podía hacer esto.

Era el penúltimo punto del equipo de Liverpool, si ellos tomaban este punto, era muy poco probable que ganáramos.

Tomé una bocanada de aire, sonreí, porque nada mejor que aparentar que estaba segura de lo que hacía aunque por dentro moría de la ansiedad.

El pitido del silbato rompió el silencio, dándome luz verde a hacer el saque. Boté el balón una sola vez contra el suelo y me alcé un poco el short, sólo para el espectáculo.

Finalmente, elevé el balón al aire con la fuerza necesaria y corrí hacia él, me impulsé hacia arriba y lo alcancé fácilmente golpeando el balón con un sonoro estruendo aún en el aire.

Aterricé en el suelo y no fue una dificultad para el equipo Liverpool recibir el balón. Layla no logró bloquear el remate, sin embargo, Elva si que consiguió salvarla y finalmente Kate clavó el balón exactamente en el centro de su cancha.

Aún no podíamos cantar victoria, pero igualmente nos dimos una pequeña felicitación.

Conseguimos esos tres puntos y la tensión se adueñó de la cancha. Última jugada, último punto.

—Tiene que ser nuestro —susurró Kate, a mi lado.

—Ya es nuestro —aseguré sin ningún rastro de inseguridad o duda.

El pitido del silbato de nuevo reverberó por la estancia, el saque estaba en manos de Elva pero no podía perderme ni un solo movimiento de las chicas de Liverpool.

Siempre era fácil para ellas recibir, así que no tardaron en regresarnos el balón. Lo recibí con la misma facilidad, pero estaba claro que esto iba para largo, ningún equipo se dejaría, estábamos dispuestas a todo por ese maldito lugar, por ese maldito trofeo.

El balón se paseó por ambas canchas, pero en un mal movimiento de Ashley, el balón salió de nuestra cancha en nuestra jugada. Y enseguida supe que esto ahora sí dependía de mí.

No lo pensé, no me fijé si alguien más iba a actuar en mi lugar, me importó una mierda todo y corrí tras el balón como si la vida se me fuera en ello.

Antes de pensármelo mejor y sin importarme que al tirarme caería en la mesa de jurado vacía, lo hice. De nuevo impulsé mi cuerpo hacia delante, con el brazo derecho extendido y en cuento fue el momento, golpeé el balón con toda mi fuerza, mandándolo hacia atrás, y con esa misma fuerza me estampé en esa estúpida mesa.

Escondidos entre mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora