capitulo seis

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Heaven and back — Chase Atlantic

Decidí que, ya que no tenía otra opción más que asistir a la fiesta porque si no Layla vendría y me arrastraría hacia allá, lo disfrutaría.

Tenía bastante tiempo sin salir a una fiesta y era hora de divertirme y olvidarme de todo por un momento.

En mis planes estaba embriagarme, quizás hasta la inconsciencia. No me importaba demasiado quedarme toda la maldita noche en la fiesta, no es como si a mis padres les preocupara o algo.

Layla conducía en silencio a mi lado, Heaven and back de Chase Atlantic inundando el espacio del auto a través de los altavoces.

—¿Falta mucho para llegar? —inquirí y esbozó una sonrisa espontánea.

—No —respondió y volvió a sonreír —. Me recuerdas a mi hermano preguntando cada minuto si ya casi llegamos.

—Llevas diez minutos manejando en silencio, me aburro —protesté.

—Bueno. Tengo un tema interesante para ti —me lanzó una mirada burlona que no comprendí del todo.

—¿Él qué?

—¿Recuerdas al pelirrojo que te platiqué?

—Ese no es un tema interesante para mí.

—Conseguí su instagram —ignoró mi comentario, una enorme sonrisa decorando su delicado rostro—. Revisé su perfil y sigue a Evan, es quién organizó la fiesta, investigué un poco y parece que son buenos amigos. Así que ¡tal vez esté en la fiesta! —chilló emocionada y puse los ojos en blanco sonriendo.

—¿Y? Lo siento Layla, pero vine a esta fiesta por ti, así que tendrás que quedarte conmigo.

—Pero...

—No. Me obligaste a venir y divertirme, entonces lo haré contigo.

—¡Blaise! —protestó—. Es mi oportunidad para acercarme, por favor.

—No. Deja que el destino los junte de nuevo ¿no? —señalé divertida e hizo un mohín.

Condujo por al menos otros cinco minutos y finalmente llegamos a la gloriosa fiesta.

Estacionó en BMW dónde se encontraban los demás coches, por suerte conseguimos un sitio. Bajamos del auto y al instante sentí el aire frío enroscarse en mis piernas desnudas, enviando un escalofrío por mi columna.

Aunque la chaqueta de cuero negra que llevaba encima del vestido blanco amortiguaba un poco el viento helado, seguía sintiendo frío.

Layla llevaba un simple vestido azul oscuro que le llegaba hasta los muslos y no parecía que tuviera ni un poco de frío. Aunque era de manga larga, pero aún así no lo comprendía.

La seguí cruzada de brazos, intentado calentar un poco mi cuerpo. La música llegó a mis oídos y desde la distancia podía ver las luces coloridas a través de las ventanas. Al momento la adrenalina y expectación recorrió mis venas.

—Dime que hay barra libre —llegué al lado de Layla.

—Claramente. Sino no hubiera venido.

Sonreí y la seguí dentro de la estancia. No se podía apreciar demasiado ya que el lugar se encontraba atestado de gente. Olía a alcohol y sudor, el clima frío había desaparecido para dar lugar a un ambiente algo sofocante.

Lo primero que hicimos fue buscar a Ellen y los demás entre la multitud, los encontramos cerca de la barra que también estaba repleta de gente queriendo pedir bebidas.

Escondidos entre mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora