capitulo veinticinco

2.6K 154 21
                                    

Vampire — Olivia Rodrigo

Blaise Sadler.

Abandoné los ojos de Alec, tan inquietantes de repente que me comenzaron a asustar. Una ansiedad despertó en mí al sentir la que irradiaba cada poro de Alec.

—Aparta tus asquerosas manos de mi hija —la voz de Leigh llena de furia, acercándose a zancadas largas a nosotros.

—¡¿Cómo te atreves a poner un maldito pie en nuestra casa?! —Gritó, llegó hasta nosotros y empujó bruscamente a Alec lejos de mí.

No reaccioné solo observé todo con los ojos abiertos, todo estaba siendo muy repentino y sucediendo muy rápido. Mi cerebro no logró procesar la hostil reacción de mi padre hacia Alec, el corazón me latía con una rapidez preocupante.

¿Qué está pasando?

—¡Eres un maldito descarado!

Leigh intentó empujarlo de nuevo, pero no logró moverlo esta vez, mi cerebro despertó después de varios gritos y reclamos que no llegaba comprender en absoluto, al ver a Alec completamente perdido, sin entender ninguna palabra que salía de la boca de Leigh.

—Leigh —quise agarrar su brazo, no pude —. Cálmate.

Me interpuse entre ellos, dejando a Alec a mis espaldas, aún así los ojos furiosos de Leigh no me enfocaban, estaban clavados en Alec.

—¿Cómo puedes vivir en paz después de la mierda que hiciste? ¡Eres una basura!

—¡Leigh! —Lo detuve colocando mis palmas abiertas en su pecho cuando quiso acercarse a Alec. ¿Qué demonios le pasaba?—. Tranquilízate, respira.

Papá era el más fácil de domar, era capaz de apaciguar su enojo en cualquier situación, pero pareciera que esto estaba fuera de su alcance.

No sabía exactamente qué era lo que estaba fuera de su alcance, ni siquiera sabía de qué hablaban, solo capté de reojo la mirada suplicante de Alec que intentaba decirme algo.

—Leigh, mírame —rogué, no lo hizo—. Papá.

Finalmente sus ojos cedieron a mis palabras.

—Céntrate en mí. Estoy bien. No está pasando nada —expliqué —. Estoy bien.

Le costó entender mis palabras, pero fue capaz de controlarse a sí mismo sin que mis manos estuvieran sobre su pecho.

—¿Que estás bien? —Shannon repitió mis palabras con ironía posicionándose frente a Leigh, mirando con asco a Alec, quien seguía detrás de mí sin decir una sola palabra. —¿Estás bien metiendo a este degenerado a nuestra casa? ¿Dejando que se acerque de nuevo a nosotros?

Mi entrecejo se frunció con cada palabra que salía de su boca y con cada paso que tomaba cerca.

—No comprendo nada de lo que están diciendo. Alec no...

—¡Cállate! —Shannon se acercó con brusquedad, di un paso hacia atrás por instinto, chocando contra Alec. El puso una mano en mi cintura, reaccionado al fin, sin embargo no dijo ni una sola palabra—. Tú no sabes absolutamente nada de esto. Si no estás enterada es porque eres una ignorante y no te importamos en absoluto.

—Ustedes tampoco han demostrado preocupación por mí jamás, así que no entiendo por qué vienes a echármelo en cara ahora —escupí y entonces los engranajes de mi cerebro comenzaron a funcionar.

Esto ya había pasado antes y todo con un estúpido propósito. Di un paso hacia ella.

—¿Acaso esto es otro de sus estúpidos juegos? —Reproché, con cierto dolor en mi voz—. ¿Es eso? ¿Intentan alejarme de las personas que me quieren, otra vez?

Escondidos entre mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora