4.Tan tuyo tan mío y tan nuestro

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Tan tuyo, tan mío y tan nuestro, tan nuestro este amor que sentimos. Alicia Pérez Hernández

Regresar a la esperanza significa para mi regresar a mi nuevo hogar, nos fuimos cinco días y comencé a extrañar la hacienda desde el minuto uno, definitivamente es nuestro hogar lugar donde conocí al amor de mi vida, me cuesta creer que Santos se convirtió en lo mas importante de mi vida, comienzo a ponerme nerviosa cuando la camioneta cruza las rejas de aquel sitio tan especial para nosotros, nuestras tierras, siento el ligero apretón de mano que mi amor me da nuestras miradas se encuentran y como siempre a su lado logro sentirme segura, esa sonrisa esos ojos, mantienen todo mi sistema en calma, le devuelvo el gesto seguido de la mas hermosa de las sonrisas, su beso en la mejilla termina definitivamente por reconfortarme al llegar Genoveva, Nany Bernarda, Cris nos esperan para recibirnos, al bajar los abrazos no se hacen esperar, Cris se encarga de llevar las maletas mientras que hablo con Nany de trivialidades, cosas sobre el viaje luego le pregunto a Bernarda sobre el estado de salud de la yegua Vanessa y me confirma que ya todo esta bien que solo fue una infección por otro lado Santos pasa a saludar a los muchachos al campo, primera vez que me ha dejado sola, ya lo extraño,sin embargo a la hora de la comida nos reunimos para saborear las delicias que Nany nos ha preparado, todos nos reunimos en la mesa como una gran familia, reímos, hablamos compartimos charlas sobre como estuvo la hacienda en nuestra ausencia, al caer la noche Santos y yo estamos rendidos, nos dormimos temprano el arrullo entre sus brazos siempre es tranquilizador.

Al día siguiente despierto temprano para salir a correr, son las seis de la mañana y Santos se ha levantado, sentí su beso de despedida una hora mas temprano, cuando llego a las puertas de la esperanza lo encuentro tan fresco como lechuga 

Buenos días mi amor Acorta la distancia que hay entre nosotros para besarme jadeo sin duda con ese beso ya son buenos días.

—Buenos días Cariño, te has levantado ya desayunemos juntos ¿Va? y luego te acompaño a hacer el recorrido por la hacienda, no quiero que esos recorridos cambien, sabes que me encanta pasear de tu brazo por nuestras tierras, necesito un baño, te veo en un rato en el comedor.

—Me parece perfecto María Teresa anda que ya tengo demasiada hambre —Comienzo a subir las escaleras pero me alcanza para darme un azote con todo el cinismo del mundo ahogo una risa y lo miro seria.

Luego de ducharme decido ponerme unos jeans las botas de siempre y una camisa azul llevo el cabello suelto en ondas, entro en el comedor y mi amor se esta comiendo un plato de fruta que Nany seguro le puso enfrente y el igualado no se espero un poquito para desayunar juntos.

—Lo mejor es que me esperaste cariño —Digo sarcástica acomodando la servilleta entre mis piernas.

—En realidad Santos se ha robado el plato de fruta de la cocina —Nany aparece con una charola coloca los alimentos de mi lado y luego le sirve a el con una sonrisa que podría ponerme de rodillas termina de sacarme un poco de mi mal humor

 —El negrito se la paso hurgando en la cocina mientras la esperaba, patrona parece que loquito del centro buscando comida como si no comiera lo suficiente —Genoveva nos sirve el jugo de naranja, no quiero imaginar a mi amorcito poniendo de cabeza la cocina mientras Geno y Nany intentan sacarlo.

—Pues ¿Que esperaban? María Teresa se estaba tardando demasiado al menos ya esta aquí.

—Que quede claro Santos Sandoval, primera y ultima vez que entras a la cocina a hurgar que hay de comer, me esperas y punto —Lo reto con la mirada.

Mi esperanza eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora