9.Inesperados

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"Nadie es tan valiente que no sea perturbado por algo inesperado." Julio César.

Dos noches después no puedo dormir y es que cada día es peor aguantarme los antojos de media noche, las idas y venidas al baño, apenas logran que duerma un poco la verdad es que esta etapa ha tenido de todo, noches sin dormir, antojos mal humor desastres hormonales entre otras cosas, sin embargo esta vez estoy un tanto nerviosa y tengo hambre, Santos esta durmiendo plácidamente dándome la espalda que de verdad envidio que sea hombre,en ocasiones me pregunto ¿Por que deje que me embarazara? y yo misma se la respuesta al final deseaba tener un hijo de Santos y el destino nos envió dos, hace mucho calor en la esperanza a pesar de haber puesto aire acondicionado siento el sofoco fuerte, definitivamente no es una buena noche para mi, de alguna manera termino recargada a la cabecera de la cama y sentada siento que respiro mejor en serio, mi mal humor de la noche aumenta cuando creo que Santos incluso ronca, maldito sea de verdad, entonces comienzo a llamarlo pero esta mas muerto que una piedra, le tiro uno de los cojines a la cabeza a ver si espabila poquito le tiro dos y en el tercero parece que despierta pero gira al lado contrario y se cae de la cama, mi mal humor cambia y se vuelven carcajadas que pueden despertar a Nany y a Estrella en estos momentos 

—¿Que paso, Que paso? Ya se, las bebés ya vienen, las maletas ¿Están listas las maletas?  María Teresa, las maletas —Sigue en el suelo tocándose la cabeza se ha dado un golpe y mi risa se vuelve preocupación.

—Santos perdóname no quise despertarte de esta manera a ver ven aquí —Vuelve a la cama para revisarlo solo ha sido el golpe afortunadamente, me mira enojado yo sonrió con un poquito de pena. —Santos Carajo es que duermes como un bendito y yo no puedo dormir encima tengo antojo de manguitos anda ¿Vas por unos a la cocina? —Hago puchero —No querrás que tus hijas salgan con cara de manguito.

—Me asustaste Harvar pensé que el parto se había adelantado y habría que ir al hospital no vuelvas a hacerme esto por favor —Pone una mano en la cintura y yo me lo quiero comer con todo y los manguitos que me traiga de la cocina esta tan chulo, no dice palabra alguna entonces desaparece de mi vista 

—Con chilito y limón grito ah y un licuado de fresa y papas fritas si hay —Yo misma me sorprendo de cada cosa que consumo a estas horas 

Finalmente luego de un rato aparece con todos mis antojos nocturnos en una charola aplaudo como una niña que ha encontrado un tesoro deja las cosas a mi alcance, le ofrezco un par de papas con chile luego algo de mango las prueba pero nada mas 

—Gracias por cumplir mis antojos mi amor, la verdad es que no puedo dormir y tengo mucha hambre se que es extraño todo este batido de cosas pero nuestras hijas piden eso y no se los puedo negar en serio, ya me siento satisfecha.

—Harvar me tienes locamente enamorado de ti, pero no me hagas esto de nuevo por que la próxima seguro me infarto y no querrás dejar a las niñas sin padre.

—Eso nunca va a pasar y prometo no despertarte nuevamente de esa forma lo se me pase pero por un instante te vi durmiendo plácidamente que me dio envidia de la mala en verdad  y bueno dije vamos a hacerle una bromita chiquita —Me atrae a sus brazos deja un beso sobre mi frente y nos reímos como un par de tontos, sin embargo la tranquilidad de la noche se ve interrumpida por alguien que toca la puerta con desesperación, Santos va a abrir mientras yo me pongo una bata es Cris Genoveva esta mal y tenemos que trasladarla al hospital de inmediato.

Mi esperanza eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora