54.Descubrimientos

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"Me muevo con suavidad, hacia el bello e inexplorado allá en el fondo, floto en él y lo rompo con el sonido de mi respiración. Arriba de mí, no hay más que una hermosa, del lugar donde vengo y al que volveré cuando salga de aquí. Me sumerjo, estoy buceando, voy bajando junto a afiladas y oscuras algas hasta la azul donde, un cardumen espera. Al entre el agua, burbujas brotan de mí, burbujas que se alejan. Reviso el oxígeno, no tengo mucho y quiero ver muchas cosas, pero eso es lo que lo hace especial." Anónimo.

Narra Natasha

Me muevo fervientemente buscando mi propio placer, mientras las manos de aquel hombre sostienen mis caderas con fuerza sin dejar de mirarme, sin embargo, aparto la vista poniendo las manos en mis senos para comenzar a procesar las sensaciones que siento en estos momentos la adrenalina corre por mis venas y la sangre se calienta al sentir su miembro empalando mi cuerpo, cabalgo como si me sintiera libre de todo, solo me dejo llevar por la pasión de este momento, la desnudez dentro de estas caballerizas no me importa e incluso si tuviera miles de ojos observándome teniendo sexo en este momento con quien debajo de mi gime como un animal, no me importaría nada en realidad el cuerpo es arte y yo lo mostraría ante el mundo cuando abro los ojos puedo ver como su respiración entrecortada me indica que pronto va a venirse dentro de mí y eso es lo que deseo, sentir su simiente llenándome el cuerpo y es que este hombre es tan viril, tan macho que no imagine que pudiera tener tantas sensaciones mezcladas en mi cuerpo, me sigo moviendo rítmicamente para poder lograr eso que tanto ansió que tanto añoro y es el orgasmo que pronto crece en mi interior, se vuelve gigante y estalla como una super nova, mis jugos mojan su miembro y sin darnos un beso, sin decir una palabra dejo de fallármelo para comenzar a cambiarme me frena para intentar, besarme sin embargo lo aparto de mi vista, ya he saciado mis deseos carnales y le llevado a cabo mis oscuras fantasías imaginando que era Santos quien poseía mi cuerpo, solo que al caer en la realidad el golpe ha sido duro y quiero salir de estas caballerizas sin pensar en lo que he hecho, no obstante el continua seduciéndome para que caiga de nuevo entre sus brazos solo que en el suelo sin mirarme me posee desde atrás hasta que los ruidos se su miembro me excitan de nuevo y vuelvo a mi sueño mágico en el que creo que Santos es quien lo hace mi obsesión sigue siendo tan grande que dejo que haga de mi lo que quiera hasta que terminamos cansados saciados y termino sintiéndome atrapada, en este sitio en donde a pocos metros se encuentra mi padre, nuevamente trato de vestirme y cuando lo he hecho, me dispongo a salir, pero la voz de aquel hombre me frena en seco.

—Encontraron el arma con la que asesinaron a tu madre.

Narra Santos 

Cuenca ha llegado hasta ha hacienda con noticias sobre el caso de Helena y el atentado que sufrió María Teresa en aquel Helicóptero que casi le arranca la vida cuyo suceso no quiero recordar sin embargo al tenerlo en el despacho para hablar con los dos es necesario tener que hablar de dichos temas, sobre todo cuando tiene avances importantes en la investigación de hecho ha venido en compañía de la policía, el comandante Castillo es quien ha estado trabajando en el caso y agradezco que al menos la policía este haciendo bien su trabajo los tres nos mantenemos en silencio, esperando a mi mujer que es la única que falta para poder entablar una charla entre los cuatro y de una vez por todas dar con la verdad o al menos dar un paso adelante en este proceso que se ha hecho tardío, cansado y un tanto abrumador para todos, cuando María Teresa, entra en la oficina, le cedo el lugar y ya estamos listos para escuchar las novedades.

—Señores, encontramos un arma, entre los límites de la hacienda La Soledad y los Limites de esta hacienda, La esperanza, al parecer la arrastro el rio y se ha quedado en un sitio donde pudimos encontrarla, la prueba de balística coincide con los casquillos que fueron encontrados la noche que fue asesinada la señora Helena, sabemos que tienen una armería y quiero saber si reconocen esta pistola —Nos muestra el arma en cuestión, sin embargo, nosotros no manejamos ese tipo de armas, esta es pequeña y las nuestras son grandes.

Mi esperanza eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora