30.Algunas Lunas

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La luna como una flor en el alto arco del cielo, con deleite silencioso, se instala y sonríe en la noche. William Blake.

En la cúspide de la última semana de embarazo tía remedios llegó para quedarse, Santos le había pedido que lo hiciera y ella no pudo negarse después de todo necesitaba estar al lado de su sobrino de las niñas y a mi lado Nany pedía esquina con las gemelas, caminando por doquier y haciendo de todo un poco por la casa a decir verdad necesitamos bastante Estrella por lo que esta vino a la ciudad a quedarse unos días y cuidar de las niñas de esta manera Santos y yo nos sentimos más cómodos y seguros por todo lo que pudiera presentarse en al momento de parto días antes nos hicimos cargo de las maletas para ir al hospital, nuestro hijo esta a punto de nacer y yo solo quiero que salga ya para poder descansar y es que este embarazo ha sido distinto a pesar de que llevo solo un pequeño dentro de mi actua como si fueran dos esta tan lleno de energía que pocas veces he logrado dormir bien y esta no es la excepción, permanezco despierta mientras observo la luna llena, lunas después estamos aquí a contra corriente pienso en todo lo que ha pasado y se me hace un nudo en la garganta, no quiero imaginar en el hecho de haber perdido a Santos para siempre y es que lo amo con toda el alma, como nunca ame a nadie, nuestro tiempo en la ciudad se agota solo nos queda esperar a que nazca Andresito para poder regresar a la esperanza ¿Seré capaz de volver para enfrentar cualquier cosa esta vez? tal vez, realmente no lo sabre hasta que ponga un pie de nuevo en mis tierras, quiero pensar que las cosas van a mejorar pero de pronto creo que todo sera ir contra Natasha Vivanco y su familia de la que ahora no se nada al respecto, tampoco es que me interese tanto, la verdad lo único que deseo es que la pesadilla con esa mujer se termine y si me tengo que imponer lo haré a pesar de su padre, he vivido momentos únicos en esta casa sin embargo mis hijos no crecerán aquí eso lo tengo claro, me giro para poder al menos intentar dormir de lado de la cama y Santos duerme sin dificultad, su rostro impasible sus me da paz, no quiero despertarlo pero tampoco puedo evitar tocarlo y paseo mi mano por su mejilla y esa barba de varios días al sentir mi contacto abre los ojos.

—¿Que pasa mi amor? ¿No puedes dormir? —Me mira, me mira y no dejo de sorprenderme con lo guapo que está, espero que nuestro hijo se parezca tanto a el, lo deseo con el alma, quiero tener un pedacito de Santos en miniatura, de eso no tengo la menor duda.

—La verdad no, Mini Tu esta un poco inquieto esta noche, intenté acomodarme de una forma y de otra pero nada este pequeño es inquieto de verdad, las gemelas eran más amables con mi cuerpo, Andresito es una fiel copia tuya, señor sandoval  —Toma mi mano y ambos ponemos nuestras manos juntas sobre mi vientre y en efecto las patadas son duras y se mueve con destreza.

—Andresito, mi amor deja dormir a mamita que conmigo le basta para no poder hacerlo creo que deberias ser un poquito prudente con Harvar, chaparrito —Sus palabras dulces y como deposita un beso me derriten por completo Santos es un sol y nuestro hijo sin duda mi luna porque decide llevarle la contraria a su padre y seguir ahora que ya le ha hablado no va a pasar con la masacre dentro de mi.

—Es nuestro niño fuerte, sus labios y los míos se unen en un beso largo luego nos miramos y esos hoyuelos que se marcan en el rostro de mi amor son todo para mi.

—Nuestro pequeño, es un revoltoso, eso es, mira que casi partirme las costillas —Abro los ojos de par en par cuando digo aquello, de pronto siento una contracción, me llevo la mano al vientre y me incorporo como puedo sobre la cama.

—María Teresa ¿Que pasa? no bromees como hace unos días, ¿fue una patada? —Otra contracción viene e intentó tomar aire mientras pasa.

Mi esperanza eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora