Mi esperanza eres tú

25.Locura

Ser capaz de olvidar es la base de la cordura. Recordar Innecesariamente conduce a la obsesión y la locura Jacke London

Las cosas en la esperanza a pesar de todo lo sucedido entre María Teresa y yo marchan estupendamente bien, con la ayuda de Bernarda de Cris de Genoveva e incluso de Alejo que se ha sumado de pronto a ayudarnos con los animales de la hacienda, todo parece verse menos Gris y es que según el en la Soledad las cosas marchan peor que nunca, Don Guillermo parece mas ensimismado en saber que le sucede a su mujer que en encargarse de que las tierras produzcan, pero no descuida la presidencia municipal de puerto bravo, al contrario esta muy presente y muy alerta ante las necesidades del pueblo, eso es lo único que nos mantiene a todos tranquilos en la esperanza no obstante parece no tener tiempo de hacerse cargo de las dos cosas, sin embargo Ángel es el que esta intentando sacar adelante las tierras, aunque no ha sido fácil, Don Guilllermo es mi amigo y me ofrecí a ayudar a Ángel en todo lo que necesite después de todo tengo que enfrascarme en cosas que no me hagan pensar en la mujer que amo para no caer en la locura, es lo que puedo hacer por el y sus tierras he visto a mis hijas al menos un par de veces, tratando de evitarla a ella, Nany me ha rogado que me quede que finalmente enfrentemos la realidad y tanto María Teresa como yo arreglemos nuestros problemas, pero no puedo, no todavía que no he encarado a Natasha que parece que se la hubiera tragado la tierra con el pretexto de atender a su madre, desapareció de mi vista, la verdad tendrá que salir a la luz tarde que temprano, tengo confianza de que un dia de estos, aquella mujer no soporte las ganas de venir a verme y obligarla a que hable para que me aclare como es que llegue a su cama sin saberlo, espero ansioso a que se aparezca por aquí,  ver a mis hijas me inyecto la fuerza que necesitaba para sobreponerme ante la triste despedida en la que ellas estuvieron también involucradas, las primera vez que me vieron en casa de su abuelo su emoción fue tanta que sus ojos azules brillaban con tanta luz, que creí que el alma se me iba a escapar del cuerpo, las vi grandes a pesar de que solo pasaron dos semanas desde que las deje de ver y tres días después volvió a suceder lo mismo, mi conexión con mis hijas es mágica, no puedo vivir sin ellas, pero verlas me ha dado vida, de momento estoy en la cosecha supervisando que todo marche bien cuando veo a Cris acercarse a mi.

—¿Que paso todo bien? —Pregunto al verlo un tanto agitado.

 —Pues no se dímelo tu, es que no me lo vas a creer pero he visto a la patrona de la soledad paseándose por estas tierras, los muchachos me dijeron que la vieron a campo abierto con su yegua paseando como si estas fueran sus tierras, altanera como ella sola.

—¿Doña Helena? no sabia que doña Helena montara, yo sabia que estaba internada por algo de la cabeza y Natasha estaba con ella —Frunzo el entrecejo sin entender nada.

—No, Santos es que no me entiendes, que ellos vieron a la patrona, ya sabes a la hija de don Guillermo Vivanco paseándose por estas tierras. hasta Geno se quiso hacer de palabras con ella cuando la vio en el campo, pero pues tuve que agarrarla antes de que se le fuera a tirones de greñas, le reclamo hartas cosas mientras la mujer esa la veía como por encima del hombro sin responderle, me la tuve que llevar a la casa casi que me agarra a palos cuando la encerré —Su rostro dice que si se puso seria la cosa.

—¿Y sigue aquí? —En serio lo cuestiono por que si sigue rondando estas tierras me monto en el caballo para seguirla y enfrentarla de una buena vez.

—Pues parece que luego de pavonearse por aquí un buen rato se fue, solo te vine a avisar para que estés alerta y luego no te agarre desprevenido, esa mujer lo que tiene de arrogante, lo tiene de loca, se le nota en la mirada, esa manía de meterse en terreno ajeno sin permiso como si tal cosa es por una cosa, Santos Sandoval, te esta buscando para cazarte —La ultima palabra la dice en voz baja para que no escuchen los demás trabajadores mientras nos dirigimos hasta los corrales, freno en seco antes de que alguien mas este por ahí y pueda escucharnos.