44.Sobrevivire

32 3 2
                                    

"Los sobrevivientes no siempre son los más fuertes; a veces son los más inteligentes, pero más a menudo simplemente los más afortunados". - Carrie Ryan

Y cuando de pronto todo se puso oscuro puedo ver la luz una luz que lastima los ojos que no me permite abrirlos por completos, solo se que dolerá si los abro y no quiero, en realidad me encuentro muy bien cerrando los ojos sin embargo la cabeza me duele, no soy dueña de mi misma estos, momentos, me he dejado llevar por lo que siento ahora, han colocado compresas frías sobre mi frente e incluso puedo sentir como alguien me acerca un cuenco con agua fresca apenas puedo beber un poco y mojarme los labios, enseguida escucho como los pasos de dos personas se alejan de mi para hablar sin embargo no escucho lo que dicen permanezco acostada en una pequeña cama al menos eso es lo que parece y llevo una manta que logra calentar mi cuerpo, lo ultimo que recuerdo es haber caminado hasta no poder y desfallecer en el asfalto, no se quien me trajo a este lugar solo se que tengo fiebre por la compresa en la frente el cuerpo me pesa más de lo que debería puedo sentir como si un tren haya pasado sobre mi cuerpo haciéndolo añicos y la pierna dolorida, me siento débil, al grado de pensar que no voy a librar esta batalla no obstante una parte de mi se aferra a la vida, sobreviviré por que tengo por quien hacerlo, Santos y mis hijos me necesitan de alguna forma tengo que saber donde estoy quien me ha traído hasta este lugar poco a poco intento acostumbrarme a la luz de alguna velas que permanecen colgando en lo que parece ser una pequeña cabaña, observo a mi alrededor hasta familiarizarme con cada cosa que hay, cuencos, hiervas incienso, algunas cosas personales de alguien que seguramente vive en este sitio, trato de ponerme en pie pero unas manos delgadas impiden que lo hagan, al ver el rostro de la mujer me doy cuenta que es una mujer de edad avanzada y con sonrisa tranquilizadora logra que vuelva a recostarme.

—¿Dónde estoy? ¿Quién es usted? ¿Cómo me encontró?—Ella cambia la compresa por una nueva para ponerla en mi frente y siento el alivio.

 —Saber exactamente donde estamos, no lo se por que yo nunca he salido de este lugar desde que era chamaca, yo me llamo Matilde, soy curandera aunque la verdad es que no vive mucha gente por aquí, es una comunidad muy chica y la encontré desmayada a un kilometro de mi casa mi hermana Cecilia me ayudo a traerla hasta mi cabaña ¿Qué le paso? no parece de aquí para estar perdida y mal herida.

—Tuve un accidente en un helicóptero, la persona con la que viajaba falleció yo logre sobrevivir de milagro ya que cuando salí de los fierros retorcidos por el impacto de aquella tragedia hubo una explosión necesito ayuda, regresar a mi casa.me llamo María Teresa Arteaga soy casada tengo tres hijos. necesito volver —Las ultimas palabras resecan mi garganta Matilde me acerca el cuenco con agua nuevamente y agradezco el gesto sin embargo el sueño comienza a invadirme por completo no sin antes de escuchar las palabras de la señora Cecilia antes de caer en un sueño profundo.

—Ha perdido mucha sangre, nosotros podemos hacer lo nuestro con nuestras hiervas sin embargo necesita atención medica, si no no va a vivir mucho tiempo para contarla.

En medio de la noche la fiebre sube lo se por que mi cuerpo esta llevando los estragos del accidente estoy sudando, puedo sentir mi cuerpo tembloroso, ardiendo por dentro el dolor de cabeza ha aumentado siento escalofríos y poco a poco siento que las pocas fuerzas me abandonan me duele el pecho y tengo ganas de vomitar comienzo a delirar.

—SANTOS MI AMOR AYUDAME, AYUDAME POR FAVOR SALVAME, SALVAME VEN POR MI NO QUIERO MORIR SIN ANTES HABERTE DICHO CUANDO TE AMO, SIN DESPEDIRME DE TI SANTOS TIENES QUE VENIR A RESCATARME —Grito hasta sentir que la garganta se me seca estoy teniendo una pesadilla donde veo mucha sangre donde parece ser que mi pequeño hijo se encuentra en peligro muevo la cabeza de un lado a otro siento mucho dolor, todo es una suma de cosas que me hacen creer que en realidad estoy muriendo, Cecilia se acerca para despertarme del mal sueño y al ver mi compresa completamente seca coloca una nueva comienza a poner en un cuenco algunas hierbas para hervirlas, Matilde ayuda con mis heridas tratando de curarlas con lo que tienen a la mano.

Mi esperanza eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora