-papá que pasa?, por que se la regresaste?- presiento que lo que me va a decir no será nada agradable.
-hija, necesito que te calmes, te voy a explicar pero tienes que escucharme primero, hasta que termine no me interrumpas en ni un momento, seré breve- habla completamente serio.
-hace años, un hombre iba explorando la tierra de su finca y se encontró con la grata sorpresa de que había una mina en una parte del gran terreno. Él con ayuda de sus trabajadores y su único hijo empezaron a cavar hasta encontrar unas rocas que eran diamantes. El hombre muy feliz por su hallazgo, monto una joyería y empezó a crecer, de a poco se le iban presentando personas para comprarle la finca y la joyería, pero éste nunca acepto una oferta, entonces empezaron a llegarle amenazas. Obviamente no podía quedarse de brazos cruzados, con su hijo montaron un pequeño imperio que de a poco iba tomando fuerzas y poder, las personas que intentaran matarlo o amenazarlo para quedarse con la finca y la joyería terminaban muertas, pues ese hombre no confiaba en la policía, así que tomaba justicia por su cuenta..- lo miro confundida, que tiene que ver ese relato con que mi hermano tenga un arma? No interrumpo para hacer la pregunta.
-... Él y su hijo se convirtieron en hombres muy ricos y poderosos, llegaron a exportar las piedras por todo el mundo pero de forma ilegal, llegaron a tener influencias en la policía, y con políticos; el hombre ya muy viejo falleció y dejo a cargo a su único hijo del negocio, éste siguió y por su forma de manejar las situaciones mucha gente le temía y le respetaban; Él llegó a enamorarse de una gran mujer que era la única que no le temía. Tuvieron dos hijos, uno de ellos el mayor se quedo viviendo en la finca y el otro vino a la ciudad, ambos siguiendo con el trabajo de su padre fallecido. Hoy en día estos dos hombres son mas temidos y mas poderosos, tienen muchos enemigos, hay uno en especial con el que mantienen una relación estable - termina su relato me toma de las manos y nos quedamos mirando fijamente.
Algunas partes de la historia se me hacen conocidas, papá me mira esperando mi reacción. En mi cabeza poco a poco todo va encajando y luego comprendo.
Tío Kevin vive en una finca con su familia, la joyería fue fundada por el abuelo de mi papá, y éste vive en la ciudad.
Un frío recorre mi cuerpo, mi corazón se paraliza para retomar un alocado ritmo. No puedo creerlo; los hombres de mi vida me han escondido algo tan importante!
Lagrimas salen de mis ojos, estoy decepcionada, sorprendida e incrédula. Los miro a todos, nadie dice una sola palabra.-papá..- balbuceo, no se que decir. La idea que se forma en mi cabeza es absurda pero al parecer es acertada. Niego con la cabeza.
-papá.. eso quiere decir que ustedes son mafiosos? Tu, mis hermanos y tio Kevin?- mi voz tiembla al hablar.
Él asiente con la cabeza; me suelto de sus manos en un movimiento brusco y me levanto, empiezo a caminar por toda la oficina.
-NO PUEDO CREERLO PAPÁ!- le grito. Estoy tan enojada.
-todos lo sabían y yo no! Acaso yo no soy de la familia? No tengo derecho a saberlo? Si no fuera porque encontré ese arma con mi hermano no me hubiese enterado nunca!- mis palabras salen con rabia. Todos me miran en silencio con una expresión de tristeza en sus ojos pero que disimulan muy bien.
-o sea que los guarda espaldas no son de la policía, no nos protegen porque tenemos dinero sino porque tienen enemigos, la gente les temen porque usan el lado violento para solucionar las cosas. Los desconozco- escupo con decepción la ultima frase.
Doy media vuelta para salir, Eduardo intenta decir algo pero les paso de largo sin escucharlos y salgo de casa dando un portazo y subo a mi auto.
Manejo hasta mi lugar favorito, conteniendo mi llanto durante el camino y agarrando el volante con fuerza. Cuando llego aparco, me permito derrumbarme mientras camino por la orilla de la playa por mucho tiempo, pensando en todas las veces que mi familia me han mentido. Siempre pasan situaciones extrañas frente a mis narices pero yo no caía en cuenta. ¡Soy tan despistada!
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Ojos Esmeralda.
AkčníEsmeralda Parker, 20 años. Los hombres de su vida: sus dos hermanos y papá. Consentida pero no malcriada. Lleva una vida tranquila, le encanta contemplar el mar. Su vida cambiará una tarde al llegar a casa, se entera de que los hombres de su famili...