-Como te extraño mamá- susurro.
Mis pies se entierran en la suave arena, observo el mar, absorbiendo toda la tranquilidad que este lugar me transmite, me encanta venir a sentarme aquí.
Mamá murió de una extraña enfermedad hace ya tres años. Vivo con mis dos hermanos mayores y papá.
Alguien se sienta a mi lado, volteo a verlo.
-hola, ¿por que estas triste?-
Un niño con ojos grandes color verde aceituna que brillan con inocencia pura, me mira con curiosidad, va vestido con unos zapatos desgastados al igual que su ropa.
-porque extraño a mi mamá- le sonrío. Ambos nos quedamos en silencio por un rato viendo el mar.
-mamá siempre dice que cuando estés triste, mira el sol o la luna, siempre están solos pero nunca dejan de brillar- sonrió ante sus palabras hermosas.
-cuantos años tienes?- le pregunto por curiosidad y entablar una conversación con él.
-ocho y tu?- dice orgulloso de su edad.
-yo tengo veinte. En que grado estas?- se queda callado.
-no voy al cole, mi papá nos abandonó a mamá y a mi, no sabemos donde está y lo que mi mamá gana en su trabajo y lo que yo alcanzo a recoger, solo nos alcanza para pagar la pensión y la comida- lo dice con naturalidad, como si fuese algo normal.
Extrañada y confundida me quedo callada por un momento, reflexionando sobre la vida de este niño.
-y las escuelas que el gobierno tiene para niños como tu?-
-no sé qué es lo que pasa. Pero mamá siempre me dice que cuando va a inscribirme no me aceptan- se encoge de hombros mientras juega con la arena.
Cómo es posible que personas como yo, teniendo dinero y recursos suficientes para pagar mas de cien inscripciones en colegios, gastemos el dinero en tonterías, mientras hay niños que no pueden pagar sus estudios; me siento mal, egoísta por tener todos los lujos que quiero mientras este niño no tiene para ir a la escuela.
-y tu ya terminaste el colegio?-
-si, ahora estoy en la universidad estudiando diseño de joyas-
Paso toda la tarde hablando con Lucas, un niño increíble e inteligente; me cuenta sobre su vida, las situaciones por las que él y su madre han tenido que pasar, ha sido muy dura. Un completo desastre desde mi punto de vista.
Al atardecer nos subimos a mi carro y llevo a Lucas hasta su humilde casa, que resulta siendo una habitación pequeña en un edificio no muy apropiado para vivir pues parece que en cualquier momento caerá.
Llego a mi casa y encuentro frente a ésta aparcados un Ferrari 458 rojo y un BMW i8 negro y un Range Rover Evoque blanco eso quiere decir que papá y mis hermanos están en casa.
Cenamos juntos y luego con mis hermanos vamos al estudio a pasar el rato jugando videojuegos y hablando de nuestro día.
- eres una tramposa! Qué hiciste?- mi hermano Eduardo de veinticuatro años se queja porque le he ganado.
- no soy tramposa, tu no sabes jugar, eres un mal perdedor- me burlo.
-exijo una revancha, y esta vez no puedes sacarme de la pista- Joel mi hermano mayor de veintiséis años, esta enojado porque gane la carrera.
Así pasamos la noche hasta que llega papá, avisa a los chicos que tienen que salir, que es mejor que yo vaya a descansar, mañana tengo clases.
El día pasa rápido, el profesor deja varios trabajos, llego a casa pero no encuentro ni un carro aparcado, supongo que los hombres de mi vida no están. Subo a mi habitación y empiezo con mis trabajos.
Son las siete cuando termino, bajo las escaleras y me encuentro con mis hermanos y papá que apenas van llegando a casa.
-hoy se han demorado, dónde estaban? Ya es tarde- me quejo.
- deja de hacer tantas preguntas y ven a darme un abrazo- Joel extiende los brazos para que yo me acerque, los saludo y les aviso que los esperaré en el comedor para que cenemos juntos.
-Eduardo ya deja el celular a un lado, estamos cenando! Es una de las reglas en la mesa- mamá odiaba que usáramos el celular en la mesa.
- ya, deja de molestar. Respondo un mensaje y lo dejo- dice de mala gana.
-cuéntame mi niña cómo te va con tus clases?- papá cambia de tema para evitar una pelea.
- bien papá, me encanta todo. Tengo unos bocetos hermosos, ya quiero terminar para poder trabajar en la joyería- mi papá es dueño de una cadena de joyerías muy famosa en el país.
- me alegro, así podrás manejar tu la joyería ya que tus hermanos no son lo suficientemente organizados y aplicados para que lo hagan-
Terminamos de cenar y vamos a la oficina de papá a sentarnos a hablar, me encanta sentarme en la gran silla giratoria que tiene de tras de su gran escritorio de madera, me siento importante sentada ahí, y los hombres de mi vida se sientan en los muebles que están enfrente.
- Esmeralda debe empezar a practicar algún deporte, no hace nada de ejercicio-
-¿eso crees Joel? He subido un poco de peso creo- dejo dar vueltas y le miro.
-hermana comes mas que yo y no engordas, pero deberías hacer ejercicio, tener resistencia física, estoy seguro que si un niño te golpea enseguida caes-
-Papá, Joel me esta diciendo débil- acuso con exageración.
-hija creo que tu hermano tiene razón, un poco de ejercicio no vendría mal, saca una hora al día, y baja al gimnasio tenemos uno en casa por que no aprovecharlo?-
- estoy de acuerdo con Joel y papá, podrías hacer boxeo, o defensa personal, eso te serviría para defenderte de cualquier persona que intente hacerte daño- Eduardo participa de la conversación.
-me da pereza- me quejo y ruedo los ojos. Ellos me miran con reproche.
-esta bien! tienen razón, haré el intento de bajar todos los días al gimnasio así sea una horita- les digo para complacerlos.
-le diré a Frank que te entrene, es muy disciplinado y serio, mañana empiezas niña floja a las ocho debes estar en el gimnasio-
- esta bien papá a las ocho en punto estaré ahí- me despido de ellos dándoles un beso y un abrazo. Debo voy a dormir, tengo que madrugar al siguiente día.
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Ojos Esmeralda.
AzioneEsmeralda Parker, 20 años. Los hombres de su vida: sus dos hermanos y papá. Consentida pero no malcriada. Lleva una vida tranquila, le encanta contemplar el mar. Su vida cambiará una tarde al llegar a casa, se entera de que los hombres de su famili...