Capitulo 79.

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•Narra Esmeralda•

Allan casi me mata de un susto, me dio un beso en mi casa a pocos segundos de que mis hermanos llegaran a donde estábamos. Esta loco.

Como de las galletas mientras miro la película de "Orgullo y prejuicio" acostada en mi cama. He visto esta película incontable veces, pero definitivamente me encanta y no puedo dejar de verla, y menos desde que Allan me cito aquella frase dicha por Mr Darcy.

Recuerdo ese día y una sonrisa se asoma en mi cara. Me acomodo mas encima de AL osito, donde tengo apoyada mi espalda y cabeza, aspiro profundo una pata del oso y me deleito con el olor de Allan. Casi todo el frasco del perfume esta en el oso.

Se habrá dado cuenta que fui yo la que tomo el perfume de su carro? Rio como loca al recordar el momento en que me pregunto por el.

Hoy es noche de Jane Austen, después de ver Orgullo y prejuicio, sigo con Sentido y sensibilidad. Las galletas ya se han acabado, tengo sed pero tengo pereza de bajar por algo de tomar.

Pasadas las tres de la mañana la película termina y me digno en bajar a la cocina por algo de tomar.
Papá ya esta durmiendo, pasó a darme el beso de buenas noches a las doce y algo.

Abro la nevera y me paro frente a ésta a ver que consigo.
Leche? No.
Jugo de mora? No.
Jugo de naranja? Si.
Saco la jarra de la nevera, busco un vaso y me sirvo. Me siento en la isla de la cocina a tomar mi refrescante jugo.

Varios pensamientos se me pasan por la cabeza, y casi todos tienen que ver con Allan. Aunque estoy sola en la cocina, siento mis mejillas arder al recordar la tarde de besos que pasamos, nunca había permitido que alguien hiciera lo que Allan hace conmigo.

Proteste cuando sus besos llegaron mas abajo de mi vientre pero Allan me distrajo y consiguió hacer lo que quería, fue un momento incomodo, vergonzoso para mi, pero que él hizo que pasara a ser muy intenso.

Es la segunda vez que lo hace, la primera fue diferente porque el chocolate estaba presente. No se si algún día yo pueda hacer lo mismo con él. Dejo el tema a un lado y luego pienso en que la navidad se acerca.

24 de diciembre es una fecha triste para los habitantes de esta casa. Recuerdos de mi madre en casa empiezan a pasar como una película por mi cabeza. No puedo evitar derramar algunas lagrimas.

Una idea aparece brillando por mi cabeza y sonrío por lo genial que suena. Buscare mañana a los hombres de mi vida para que me ayuden. Escucho los motores de unos carros, los chicos han llegado.
Entran a casa tratando no hacer ruido,

-son unos desgraciados, bien merecida esa paliza- dice Jackson en un tono de voz normal pero que por el silencio de la casa se escucha un poco alto.

-sshhh cállate Jackson, baja la voz- le regaña Jeff susurrando.

-viste como le deje la cara?- ríe Eduardo estruendosamente.

-baja la voz joder!- escucho un golpe seco después de las palabras de Alex, y luego el quejido de mi hermano.

Salgo de la cocina y camino hacia las escaleras, suelto un grito ahogado al ver a mis hermanos.

-que les paso?- ellos abren los ojos al verme.

Ni uno dice nada, algunos guardan sus manos en los bolsillos de su pantalón y otros en su espalda, supuestamente disimulados.

Les señalo la cocina con un dedo y les miro furiosa. Uno a uno caminan hacia la cocina y de ultima yo.
Cuando entro los encuentro sentados al rededor de la mesa. Me cruzo de brazos y los miro enojada.

Ojos Esmeralda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora