Capitulo 72.

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•Narra Allan•

La miro y ahora si me puedo dar el gusto de observarla bien.
Ella simplemente es hermosa.
Su cabello recogido en una cola alta y algunos mechones se han salido dandole un aspecto aniñado pero sin dejar de ser elegante.

Su vestido manga larga coctel de encaje color coral la hacen ver sofisticada, seria y pulcra, sus altos zapatos aparte de hacerla ver tremendamente sexy y deseada tambien le dan porte y elegancia.

Y que decir de su actitud y la forma de caminar, toda una mujer firme, decidida, elegante, segura de si misma y que sabe que es hermosa.
Su mirada siempre al frente, mirando a todos por igual, sin alzar mucho el mentón y mucho menos bajando la mirada.

-estas muy pero muy sexy y hermosa. Y eso me vuelve loco y me pone.. No te imaginas como- susurro cerca de sus labios.

Veo como su piel se eriza y a pesar que el cielo ya esta oscuro se que se ha ruborizado. Su respiración se ha acelerado y supongo que su corazón tambien.

Mis labios y manos pican por el deseo de tener contacto con su piel.
Ella ha enmudecido y aprovecho para besarla como he querido hacerlo en todos estos días que estuve lejos de ella.

Un gemido se nos escapa al momento en que probamos la boca del otro.
Esto es felicidad, esto es regresar a casa después de tantos días, esto es lo que le hacia falta a mi vida desde siempre.

Me permito dejarla tomar aire y me separo abrazándola fuerte contra mi pecho. Se que escucha los locos latidos de mi corazón, ella apoya su cabeza en mi pecho y mi mentón descansa sobre su cabeza.

-pensé que no ibas a venir- dice triste.

La aparto un poco y tomo su cara entre mis manos.

-te prometí que vendría, aquí estoy. Llegue para ver como te entregaban el diploma. No sabes cuan orgulloso me siento de ti. Te amo mi ángel- ni se imagina la carrera que me toco hacer para poder llegar.

A ultima hora a los idiotas con los que estaba se les dio por festejar el hecho de que los gringos no vendrán al país sin una autorización previa y en menos de diez minutos ya había a nuestro alrededor mujeres con ropa ligera dispuestas a cumplir tus mas sucios deseos sin importarles nada, licor y drogas por todos lados donde mirases.

Cual fue el problema? Deshacerme de tres mujeres que no se me despegaban y que me hacían proposiciones que en unos años atrás hubiese aceptado sin remordimiento.

Pero mi ángel es mucho mas importante y cuando una de ellas rozo mis labios me apresure a amenazarla "si acercas un milímetro mas tu sucia boca a la mia, no tendrás dientes ni lengua en menos de dos segundos". Horrorizadas las tres salieron corriendo y feliz me encamine a la salida.

Pero entonces un mexicano me detuvo, estaba tan borracho; no había pasado media hora desde que toda esta porquería apareció como es que ya estaba en ese estado?

<que pasa Axel? A donde vas? Que? tienes una muñequita mas buena que estas? Deberías traerla... Tu sabes.. Para compartir> dijo con su acento característico de los mexicanos.

Sin pensarlo dos veces saque el arma de mi espalda y dispare en la cabeza del tipo. El silencio se hizo presente y todos me miraban con miedo; nadie dijo nada y enseguida vinieron dos hombres a llevarse el cadáver del idiota.

Apartaron la mirada para seguir en lo suyo como si no hubiese pasado nada. Saben que por su vida es mejor así, a menos que quieran terminar como el mexicano.

Salí de ese lugar para enseguida subir en mi jet y viajar hasta Harlem, tome una ducha rápida y me cambie de ropa. Di instrucciones precisas a Jace y apenas baje del avión todo lo que había pedido estaba listo.

Ojos Esmeralda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora