5. Me equivocaba

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Allí estaba ella. Sentada en una mesa blanco roto de
madera, una silla a juego y un mantel con bonitas flores. A su lado dos guardaespaldas; Greg y Oscar y el chófer en la puerta vigilando por si había algún paparazzi.

¡Vaya recuerdos, qué travesuras hacíamos!

No es hora de recordar momentos.

¿Ni la vez en la que te escapaste a Francia con mamá metido en una maleta?

¡No! No es hora de recordar cosas.

Aburrido.

A lo que iba, llevaba una blusa blanca, unos pantalones ajustados, unos tacones y un collar y pendientes más caros que mi casa.

-Da igual lo que lleve puesto, sigue siendo -Y tras una pausa. – lo que sea que la consideres.

Le sonreí y me cogió de la mano para que siguiera adelante.

Y así lo hice.

Andy tuvo que quedarse con los guardaespaldas porque a mi madre no le cae nada bien, y eso no me agrada.

Es que Andy te hace sentir libre y eso es lo que no
quiere que hagas.

Tienes razón.

Después de unos cuantos sorbos de la bebida que mi madre había pedido decidió hablar.

-Quiero que vuelvas a casa.

- ¿Y por qué debería hacerlo?

-Eres menor, y eres mi hijo Harry.

Ya empezamos.

- ¿Y? La familia de Joey me puede adoptar cuando quiera siempre y cuando vaya a juicio y diga que no me tratas bien, pero eso a ti no te conviene ¿no?

-Creo que tampoco te conviene que mande a su familia a otro continente.

-Eso no puedes hacerlo.

- ¿Qué no?

Me tendió un papel y lo cogí con asco, lo abrí y, sinceramente, no me lo creía. Podía cerrar la fábrica de los padres de Andy en la que trabajaban y abrir otra nueva en Europa. Miré a Andy de reojo y le devolví el papel a mi madre. En ese momento sentí el collar de mi mejor amiga y recordé lo que decía la frase.

- ¿Creías que porque se vayan a otro continente no me voy a mudar con ellos? -Eso la descolocó -Seguiré con la idea de irme con ellos y me da
exactamente igual que la prensa te mate a preguntas de por qué no cuidaste a tu hijo.

Mi madre se quedó callada, y después de un sorbo, se le iluminó la cara.

La hemos liado.

- ¿Y si le cierro el chiringo donde vas casi todos los días, Harry? ¿Qué pasaría?

- ¡Eso sí que no puedes hacerlo! -Alcé la voz.

-Ten por seguro que cuando se me mete una idea en la cabeza, la consigo, cueste lo que cueste.

-Vale. -Acepté finalmente. Sus ojos brillaron y eso me mató. -Pero que sepas que nunca vas a ser, ni serás mi madre.

Me levanté y la dejé con la palabra en la boca.

Oscar se puso delante de mí, antes de seguir para llegar hasta Andy, que estaba detrás suya seria.

- ¿Le ha dicho usted que sí?

Asentí.

-Te quiere el lunes a las cinco. -Y me dejó paso.

Andy se percató de cómo iba, y a ella le empezaron a brotar las primeras lágrimas por mí.

Esto se acabó.

Hasta aquí llegué.

¡HOLA A TOD@S!
Me gustaría dedicar este capítulo a mis dos tíos que hoy es su cumpleaños y desde que empecé a subir capítulos se entusiasmó tanto que me hizo sonreír.
Espero que os haya gustado el capítulo.
Buen día ❤️
Espero que este capítulo os haya gustado

Nada es lo que parece Donde viven las historias. Descúbrelo ahora