18. La versión de Andy

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Durante el camino estuve callado mirando a la carretera. Cuando sólo quedaban cinco minutos Andy tuvo que abrir la boca.

- ¿Dónde vamos?

-Quedan cinco minutos, lo sabrás cuando lleguemos, si es que no se te ha olvidado el sitio claro.

-Tú no eres así.

-Hace un año no era así. -Le respondí cortante.

- ¿Cómo están? Mis padres y mi hermano.

-Se puede decir que bien, pero hace como ocho meses que no los veo. Me metieron en la Nave en septiembre del año pasado prometiéndome que te vería, pero la cagaste y te fuiste. Las promesas no siempre se cumplen. -Terminé diciendo bajando la voz.

Llegamos a casa de Chad y Andy abrió mucho los ojos, ¿qué le pasa?

Salí del coche de mala gana y di un portazo, a lo que ella salió del coche y me siguió hasta la puerta.

-Ni se te ocurra tocar a Frankie, es capaz de arrancarte un brazo como se vea atacado.

Le dejé con la respuesta en la boca cuando abrí la puerta y entré. Frankie se fue al sofá y se sentó junto a mí.

-No ataques, por ahora. -Le dije mirando de soslayo a Andy.

Ella se puso delante del televisor. Chad llegó con una cerveza a lo que el perro ladró y él levantó las manos en señal de rendición.

-Es para él chico. -Me tendió la cerveza y acarició el lomo de Frankie que se veía tenso y le dio una mirada de reproche a Andy. - ¿Ésta era tío?

-Empiezas a contarnos todo.-Sentencié.

-Y sobre todo lo de los nombres, ¿cuántos tienes
joder?

-A mí no me hables así. -Le dijo a Chad apuntándole con el dedo.

-Vamos, él te ha hecho llorar por lo que sea que te ha dicho, pero yo te voy a hacer llorar de dolor, como sigas así de gilipollas.

-Ya basta. -Les corté a los dos.

-Regístrala. -Le dije al perro.

Mientras él ladraba y Chad le quitó un par de cuchillos, me quité la chaqueta y me desabotoné lacamisa hasta la mitad.

Al entrar Andy me dio un buen repaso y se dio cuenta de que lo había visto.

-Te mandaré una foto, te durará más quesito. -Le dije con una sonrisa burlona.

- ¿Cómo me llamaste? -Me dijo furiosa.

Intenté no reírme, pero la cara que Chad tenía me hizo reír a carcajadas con él.

A lo que vamos Romeo.

Me peiné con una mano y le hice un gesto para que empezara a contar la historia.

Andy se carraspeó la garganta y empezó.

-Cuando me secuestraron, lo hicieron porque había encontrado información sobre un tío importante y que nadie había encontrado antes. Lo iba a exponer al consejo del CNI al día siguiente, pero no pude. Siento lo que te hicieron, no fue mi intención. -Le di una sonrisa amarga y ella apartó la vista y siguió.-Me dieron dos opciones: morir, o matar a ese tío, y escogí la segunda. Al tiempo seguí haciendo trabajos, hasta que llegó uno que me dio mala espina e investigué sobre él y tenía razón. El trabajo consistía en robar un portátil, no uno cualquiera.
Uno que en las manos equivocadas hackearía todo
lo que quisiera. El problema es que hace falta el software de tu madre, si no lo tienes funciona como un portátil normal y corriente, pero es el único que funciona con el software que guarda tu padre, y tu madre lo quiere. Consiste básicamente en que todo
el mundo que tiene el mompon, guarda dónde,
cómo y cuándo va alguien a algún sitio y qué le interesa para tener controlado a todo el mundo y para que la gente no piense que le escuchan ni nada como hacían los móviles, pasan desapercibidos al no poner ni publicidad. Así la gente coge confianza y lo compra.

Nada es lo que parece Donde viven las historias. Descúbrelo ahora