Yo conducía despiadadamente para despistar a los coches de guardaespaldas de mi madre con una mano en el volante y otra en el costado.
-Sólo queda uno. -Anunció Andy asomándose para ver la calle. -Joder, joder, ¡agachaos!
No sé qué mierda tenían en el coche ese que un montón de disparos empezaron a llegar a nuestro coche, rompiendo el cristal de detrás y el retrovisor
por el que Em miraba y pegó un brinco. Giré bruscamente a la izquierda y aumenté la velocidad en dirección a la playa.-Cuando yo diga bajáis del coche y vais a por el portátil.
-Pero, ¡¿qué dices?! -Me gritó Em.
-Lo que oyes, dentro de nada empezarán a seguirnos la policía y lo más probable es que nos pillen; podré salir con la ayuda de Chad, pero vosotras no podéis estar.
-Yo no me voy. -Sentenció ella.
-Yo tampoco. Lo que pase, lo afrontaremos juntos.
-Pero que no estamos en una película, joder. Dije que os protegería y así va a ser, no pienso perderos; haced lo que os diga.
Miré por el retrovisor y el coche ya no estaba y los disparos ya habían cesado.
Giré a un callejón y paré el coche.
-Bajad y haced lo que os dicho antes. -Dije cuando de fondo empezaron a sonar sirenas de fondo. -Id por la playa, está oscura y no os verán. Coged el
portátil o id mañana a primera hora para ser más
discretas.Andy asintió y bajó del coche; pero Emma negaba la cabeza frenéticamente.
-No, no y no. No pienso dejarte aquí, que te puedes morir, joder. -Dijo con dos lágrimas saliendo de sus ojos.
-No me voy a morir, te lo aseguro; es imposible.
-Todo es posible Tony.-Respondió rápidamente.
-Lo que quiero decir, es que te bajes del coche, yo puedo librarme, no sé si tú lo conseguirás también. Vamos, no me pongas esto más difícil.
-No te vas a separar de mí cuando salgas de esta. - Dijo sorbiendo los mocos.
-No por dios, ¿y que alguien me sustituya como capullo? Ni hablar arbolito.
Le provoqué una pequeña sonrisa, me dio un beso corto en los labios y se marchó con Andy a la playa.
Arranqué el coche con dos lágrimas saltadas y salí de allí con los coches de policías cerca de mí.
Empecé a acelerar y cuando me salté el primer semáforo ya me seguían varias patrullas. Giré a la derecha y luego me pasé otro semáforo, cuando más coches se unieron a la persecución.
Estuve girando varios minutos por calles y despisté a varias patrullas hasta llegar casi al final de la cuidad, una barrera de coches de policías me
esperaban armados y apuntándome.Imposible pasar eso.
Otros coches me seguían detrás de mí; resumiendo no había salida.
Decidí ir reduciendo la velocidad hasta quedar entre
medio de las dos barreras que había a mi alrededor.Apagué el motor del Porsche y tiré las llaves por la ventanilla. Levanté las manos del volante y las saqué fuera de la ventanilla y abrí la puerta desde fuera. Varios policías se acercaron cuando estaba ya fuera del coche con una mano en el costado y otra
en señal de rendición.Me quitaron la chaqueta, y un policía me cacheó mientras otro me esposaba.
- ¿Cómo narices crees que conducía, disparaba y evitara que me desangrara, todo a la vez?
Mi pregunta avergonzó al joven policía y me llevó hasta el coche. Una vez sentado en ese asiento mugriento, un hombre se sentó a mi lado y me puso la chaqueta para no echar mucha sangre.
Al llegar a la comisaría me asqueé -qué mierda de
comisaría-.-Entra. -Dijo el policía.
Resignado, entré a la celda y tiré a un lado la chaqueta que ya no servía para nada, pues estaba manchada entera de sangre.
¡Dios mío vaya celda más cutre!
En mi vida la había visto peor y eso que estoy en Miami.¿Quién diría que acabarías dónde todo empezó?
Calla idiota.
Un colchón más gastado, que con sólo sentarte notabas el suelo; unas paredes demasiado pintadas de cosas que no voy a nombrar, y el banco que está a mi derecha, más roto y frío del mundo.
Los barrotes están algo oxidados -podría escapar,
pero un guardia y el balazo en el costado, me impedían hacerlo. Prefiero quedarme sentado-.El guardia me miraba cada diez segundos, cosa que me estaba amargando, así que me puse a dibujar con la sangre que caía al suelo. Después de veinte minutos de aburrimiento, el guardia se giró por completo y abrió la puerta:
-El doctor te curará y luego te interrogaremos.
Ni siquiera le miré, simplemente seguí jugando con los dedos llenos de sangre.
Levanté la cabeza cuando el médico dijo mi nombre, ese que he odiado toda mi vida.
- ¿Es usted Harry Besson?
Le puse mala cara y dio por hecho que era un sí. Se acercó a mí, y al ver mi dibujo, me miró espantado, a lo que yo le respondí con una sonrisa ladeada.
Quitó el dibujo con un trapo, se puso unos guantes y empezó a sacarme esa jodida bala. La bala, por culpa de la cual, no había podido escapar.
- ¿Te gusta? -Le pregunté amable.
-Por supuesto que no, ¿es que eres un niño?
-Pues si eso se considera de niño; si, lo soy. -Dije sonriendo.
A ver, ¿cuántas veces se ha deseado la muerte de alguien? Muchas, sería la respuesta correcta. Así que, ¿qué tiene de malo dibujar a una persona muerta?
Te explicas como un libro cerrado.
¿Qué no entiendes? Dibujé a todas las personas de mis trabajos, muertos, encerrados o con cara de horror cuando vieron con quién iban a estar lo que les quedaba de vida.
Mejor, mejor.
-Quiero mi llamada, conozco mis derechos. -Dije después de varios quejidos.
-Al poli, yo sólo soy médico.
-Si, si, siempre el mismo rollo. Joder, tío, ¿no te cansas de curar a personas sin saber qué han hecho? Por tu cara de amargado llevas por lo menos diez años trabajando aquí y se te da bien, ¿por qué no aspiras a más?
El treintañero respondió algo frustrado:
-Me da igual lo que haga la gente, me gusta curarla y no aspiro a más porque no encuentro nada.
-En Mississippi hay falta de médicos y uno está a punto de jubilarse, pregunta aquí. -Y escribí el nombre del hospital con la poca sangre que
quedaba ya. -Eres bueno, me ha dolido lo de la bala, pero no tanto. Cobrarás bien y podrás tener novia tío; necesitas, ya sabes…-Si, lo pillo tío. -Terminó levantándose. - ¡Ya está! -Gritó dirigiéndose al guardia.
Salió de la celda y con un asentamiento se fue.
Borré la sangre con la mano y cuando vino el guardia volví a mi yo serio. Mientras chupaba la sangre de mi mano pregunté:
- ¿Mi llamada?
¡Hola!
Espero que os haya gustado este capítulo y no olvidéis votar, siempre ayuda.
Buen día ❤️
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Nada es lo que parece
Teen FictionUna supuesta muerte en la vida de Harry Besson, hace que sus decisiones le lleven a trabajar para la Nave. En su último trabajo termina ayudando a su objetivo a robar un software, pero no uno cualquiera. ¿Qué puede salir mal? -Todos los derechos de...