Dos años más tarde.
No sé cómo mataron a mi madre, ni me importó, pero lloré un par de veces sin ninguna razón.
Cuando mi padre y Fernández se hartaron de viajar con el dinero de mi madre, decidieron comprar una
pequeña casa a las afueras de Minnesota y darme el dinero que les quedaba.Russel, Andy, Chad, Emma y yo no utilizamos el dinero para seguir haciendo contrabando ni nada por ese estilo, ya había personas así y no queríamos pertenecer más a ese grupo. De una forma u otra todos llegamos ahí de una manera que no queríamos y no hicimos lo que de verdad queríamos
en esta vida.Vendimos todas las naves que había en Estados Unidos y nos quedamos con la de Mississippi. Ese dinero junto al sobrante de mi madre, decidimos hacer obras en nuestra Nave.
La planta de arriba la pusimos como si fueran dos casas distintas. La mitad de la planta era de Chad y Andy, pero la nuestra era un poco más grande.
Teníamos tres habitaciones, dos cuartos de baño y un salón-cocina enorme que compartíamos todos.
Russel por su parte había amueblado y redecorado mi casa y le pillaba a veinte minutos hasta la Nave.
La parte de abajo estaba totalmente cambiada.
Había una pista de baloncesto y una de vóley, un mini gimnasio, una biblioteca, unos altavoces distribuidos por toda la Nave y poníamos la música que quisiéramos. También había una sala en el que nos reuníamos todos para hablar de nuestros proyectos.
Cómo sabéis, Nora tenía tanto dinero que no tenía ni idea de qué hacer con él; nosotros sí.
Decidimos ser representantes de personas que no son famosas:
Yo me dedicaba a jóvenes promesas de baloncesto,
Emma en escritores que tenían una habilidad increíble para la creación de sus libros, Andy daba fama a bandas o cantantes poco conocidos, Chad seguía trabajando como abogado para nosotros y
enseñaba a jóvenes estudiantes técnicas, que nunca nos quiso revelar él y Russel se dedicaba a estar con
las personas cuando nosotros no podíamos ir a hablar con alguno de nuestros artistas -como dice Em-.Nosotros también ganábamos porque casi siempre hacíamos que estas personas tuvieran éxito y conseguíamos un porcentaje de sus ganancias.
Todos ganamos.
Las tardes de los domingos las solíamos estar libres.
Andy y Chad se dedicaban a besarse. Sí, los tenemos que aguantar morreándose.
Me gustaban más cuando se llevaban mal.
Emma se dedicaba a leer en la biblioteca en una hamaca que compró en su viaje a Hawaii y yo me sentaba en un sofá en el que veía a Em y tenía un
altavoz justo debajo de mi cabeza es una gran estantería y me dedicaba a escribir mis pensamientos en voz alta y luego jugaba al baloncesto a quedar muerto en mi cama.Pero lo adoraba, cuando me tumbaba en la cama una persona caía a mi lado y me abrazaba. Pasaba los dedos por mi muñeca y jugaba con las flores tatuadas y la ancla, luego por mi collar y cuando se clavaba la punta de la púa, bajaba a mi pecho y acariciaba el
tatuaje que hice de mi querido Frankie y por último
llegaba a la cicatriz de la bala y ahí se quedaba.Hace dos meses me tatué mi último tatuaje en el que había un libro abierto y en la parte de la derecha había un pequeño atardecer en el mar, que disimulaba la cicatriz y en la parte de la izquierda
una pequeña frase: “As free as the ocean” Emma, Andy y Chad, no sólo me libraron y me ayudaron a pasar por todo esto, si no me hicieron tener alas, ser yo mismo, libre. Es la mejor sensación que le
deseo a cualquiera, incluso a los hijos de puta que
intentan hundirme día sí y día también.-Eh, ¿estás bien? -preguntó sacándome de mis
pensamientos.-Contigo, siempre. Has sido la mejor decisión de mi vida, arbolito.
-Te quiero capullo.
-Y yo mi amor, mi arbolito.
Me dio un beso tierno.
Adoraba sus besos. Siempre
sabían a vainilla y mis labios fríos se derretían ante ella. Me encantaba la forma en la que me besaba y la mezcla de mi sabor menta junto a los suyos
vainilla.Lo adoraba.
Y como todas las noches se quedó dormida tocando
ese tatuaje que tanto le gustaba. Me hacía cosquillas cuando se quedaba haciendo círculos alrededor de él y se dormía en mi pecho, justo en
mi otro tatuaje. Yo por mi parte, siempre me quedaba dormido viéndola y sintiendo el collar en mi pecho.¡Hola a tod@s!
Último capítulo del libro, me alegra muchísimo que hayáis llegado hasta aquí y ya sólo queda el epílogo.
Buen día ❤️
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Nada es lo que parece
Teen FictionUna supuesta muerte en la vida de Harry Besson, hace que sus decisiones le lleven a trabajar para la Nave. En su último trabajo termina ayudando a su objetivo a robar un software, pero no uno cualquiera. ¿Qué puede salir mal? -Todos los derechos de...