Nada es lo que parece

22. Un vacío irremplazable

Estábamos en el aeropuerto esperando embarcar, pero yo estaba en mis recuerdos.

Emma me llevaba sujeto del brazo y yo sólo andaba, pero ni mi cabeza, ni ninguno de mis sentidos estaban allí.

Estaban en todos esos paseos con Frankie, cuando lo entrené, cuando durmió conmigo la noche en que Andy desapareció, el que se hizo conmigo el tatuaje, en el que confié plenamente, aunque fuera un animal, el que noqueó a todos esos tíos para protegerme, el que cuidó y le cogió un cariño muy
grande a Emma y el que murió por mí.

Sentía un vacío inexplicable, creía saber cómo se sentía porque ya habían muerto Margaret y Chriss, pero aun así tenía otro vacío que sería muy complicado de rellenar y de sobre todo poder sonreír o hacer algo bien sin sentirme culpable de que Frankie no estaba a mi lado para disfrutarlo.

Culpable de que hubiera podido acariciarle antes de
irme, de prestarle atención durante el camino y memorizar mejor cómo era, debería de haber jugado esta mañana en la playa en vez de jugar al baloncesto, disfrutar que se metía debajo de mis
piernas y agradecer que nunca nos cayéramos, el darle las gracias por todas las veces que me salvó la vida y estar siempre que lo necesité.

Ahora no estaba, y me sentía culpable por no haber hecho eso.

Unas manos hicieron fuerzas en mis hombros e hizo que me sentara en un asiento. Me abroché el cinturón y al cabo de los minutos el avión despegó.

- Quítate las gafas, tenemos que hablar. -Andy me sacó de mis pensamientos y le hice caso. -Sé que es muy duro, pero te tengo que contar el plan, de todas maneras, te lo he mandado al portátil…

Dejé de escuchar en ese momento y durante el resto del tiempo asentí e hice una gracia para que creyera que estaba escuchando, ya lo leería en Miami.

Al rato, Em me dio unos cascos y me puso una de sus playlist favoritas, por lo que se ve, también le gustaba la música.

Yo me los puse y eché la cabeza hacia atrás y cerré
los ojos para perderme de nuevo en mis pensamientos, pero, no puede durante un
momento.

Una mano cogió la mía y la estiró dejando mi palma al descubierto. Iba a cerrarla, cuando unos dedos empezaron a jugar sobre ella y me hacían cosquillas. Eran fríos, pero las cosquillas que me hacía me estaban provocando escalofríos por todo el cuerpo. Hubo un momento en que puso su mano completa sobre la mía y la cerré lentamente entrelazando nuestros dedos.
Abrí los ojos, risueño, pero con la cabeza aún apoyada en el respaldo y la miré de soslayo.

Tenía un moño mal hecho con una pinza y dos mechones le caían en sus mejillas ligeramente sonrojadas.

Estaba leyendo y había estado
haciéndome las cosquillas distraídamente, pero ahora estaba paralizada mirando nuestras manos unidas. Le pasé mi dedo gordo por el dorso de su mano y le dio un escalofrío, me miró y yo cerré
rápidamente mis ojos, pero se me escapó una sonrisa.

-Te vas a enterar. -Me dijo enfurruñada.

Abrí un ojo divertido y vi cómo cerraba el libro, para
después guardarlo y cambiarme la playlist de lo
cascos, a su aleatorio y quitar su mano de la mía y darse la vuelta.

Me incorporé y me puse los cascos en mi cuello y tiré de su brazo para darle la vuelta de nuevo y me mirara a la cara.

-Vamos, ¿por qué estás enfada?

-Te has reído de mí. -Me dijo mirándome fijamente.

Céntrate.

-Sólo me ha hecho gracias ver cómo te has puesto roja, como las bolas de Navidad, arbolito.

Eso le sacó de sus casillas.

-Estaba leyendo un libro y soy una persona, no un árbol de Navidad.

-Para mí eres un arbolito muy mono que se sonroja cuando descubren que se está volviendo blanda con el tipo que toma como capullo. -Le dije enarcando una ceja esperando su respuesta.

Se puso tan roja que no pude reírme, pero dejé de hacerlo cuando faltaba alguien.

Emma notó la tristeza inminente de mis ojos cuando me dijo con dulzura.

-Si me vuelvo blanda es porque tú también lo haces.-Me dijo tocándome la nariz con un dedo de forma
cariñosa.

Espera, ¿qué?

Tiene razón.

Aquí tú no pintas nada. Vete.

-Bueno. - Le dije acomodándome en la asiento
porque en verdad tenía razón, me estaba volviendo blando con ella.

Corrijo, enamorando.

-Tú te duermes en mi hombro y tú me pones esa playlist de los dos grupos que te gustan tanto y yo olvido lo que ha pasado aquí.

-Yo también lo olvido si me apoyo también en tu hombro.-Una cabeza asomó detrás de mi espalda e hizo que me riera porque Emma, estaba como un tomate.

-Trato hecho. -Me dijo cambiando la playlist y luego
tendiéndome la mano.

Tiré de ella y la acomodé en mi hombro mientras me ponía los cascos y Andy se acomodaba a mi otro lado.

-Buena siesta Andy.

-Buena siesta Harry.

-Llámame Tony.

Andy sonrió y repitió esta vez con una sonrisa dormilona:

-Buena siesta Tony.

Le deposité un beso en la frente como a Andy le gustaba antes de dormir y me giré.

Miré de soslayo a Em que miraba mi mano. Cogí la suya y la volví a entrelazar con la mía.

-Trato hecho. -Me agaché y le dejé un beso corto en la cabeza. -Buena siesta arbolito.

-Siento lo de Frankie Tony.

-Su muerte ha traído algo nuevo y seguro que es
bueno.

Tú.

-Está bien, descansa tú también.

-No, tengo que vigilar que el avión no se estrelle.

El pecho de Em vibró bajo mi hombro y el corazón me empezó a latir con mucha fuerza.

-Déjate de tonterías capullo.

-Me dijo cerrando los ojos.

Durante el viaje estuve jugando con su mano y
escuchando su música y llegué a una conclusión con
la muerte de Frankie:
Él hizo que le cogiera cariño a Emma y perdonara a Andy.

Había hecho que m enamorara de Emma y Andy
sea mi mejor amiga de nuevo.

Nos vamos a distraer.

Que no.

¡Hola!
Llevo un tiempo sin actualizar porque he tenido exámenes y luego las vacaciones he decidido relajarme un poco.
Pero como es fin de año, aquí tenéis mi regalo
¡Cinco capítulos!
A partir de ahora, en los capítulos que pone "Pensamiento en voz alta" se refiere a una reflexión que hace Tony sobre lo que le está ocurriendo.
Espero que os guste y feliz 2024