Frankie se montó encima de mí y me despertó.
6:30.
-Déjame.
El vuelo salía a las diez y había estado toda la noche
dando vueltas en la cama pensando en todo lo que me ha pasado en este último mes.El perro insistió porque empezó con un gruñido
hasta llegar a soltar un ladrido.-No ladres. -Le solté susurrándole y tapándole la
boca. -Está bien, iremos, pero vamos a la playa.Este gruñó, pero se levantó y esperó a mi lado mientras yo me cambiaba.
Llevaba una camiseta ancha sin mangas y unos pantalones cortos perfectos para jugar al baloncesto.
Salimos de casa y nos fuimos a la playa. Durante el camino botaba el balón distraídamente y Frankie pasaba por debajo de mis piernas mientras andaba.
Cualquier día nos caemos.
Al llegar a la playa, no tuve que decírselo a Frankie dos veces ya que se fue a la arena a jugar y a hacer sus necesidades.
Yo me fui directamente a una cancha de baloncesto que no estaba muy lejos de la playa y veía perfectamente al perro, que ahora se estaba metiendose en el mar.
Tiré unas cuantas veces y me puse los auriculares para hacer jugadas y mates solo mientras escuchaba mi música favorita.
Al cabo de media hora, vi oportuno ir yendo a casa.Cogí mi móvil y me quité los auriculares mientras iba donde se encontraba Frankie que estaba intentando saltar olas.
Cuando llegué me mojó por completo saltando encima de mí y sacudiéndose. Cuando salíamos de la playa, vi a alguien que me sonaba jugar a voleibol con otros chicos un poco más lejos de donde había
estado yo.Seguí caminando hacia esa dirección y Frankie notó
antes quién era porque salió disparado hacia allí.Así que esa era la razón por la que estaba fuerte de brazos.
Emma estaba juagando, pero nada más ver a Frankie salió de la pista para saludarle y me buscó con la vista.
Cuando me vio me saludó y fue corriendo hasta mí, no sin antes, recoger sus cosas y despedirse de esos chicos.
Llevaba unas mallas cortas, un top azul que le quedaba genial en su piel morena, unos deportes negros en la mano y tenía un moño que se le había
deshecho de haber estado jugando.-Hola.
- ¿Qué haces aquí? -Me limité a decir.
-He venido a jugar, ¿es que tienes algún problema? -Me contestó a la defensiva.
-No tengo ningún problema, no sabía que jugabas a
voleibol.-Yo no sabía que jugabas a baloncesto. -me dijo mirándome de arriba abajo.
Vale, no estaba dispuesta a contarme nada, así que, lo hacemos nosotros.
Mira que quedamos en no abrirnos.
-Me gusta el baloncesto desde pequeño, jugaba siempre que podía, mi madre me hizo una cancha para mí solo.
-No me interesa tu vida. -Se limitó a decir.
Y se fue andando con Frankie para casa.
Me quedé parado pensando en lo que me acaba de decir. Los alcancé trotando y le cogí la muñeca a Emma, porque a pesar de mis gritos llamándola por la calle, me ignoraba.
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Nada es lo que parece
Подростковая литератураUna supuesta muerte en la vida de Harry Besson, hace que sus decisiones le lleven a trabajar para la Nave. En su último trabajo termina ayudando a su objetivo a robar un software, pero no uno cualquiera. ¿Qué puede salir mal? -Todos los derechos de...