21. El adiós más difícil

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Estábamos llegando a casa cuando Frankie se estaba poniendo nervioso.

-Será por el viaje. -Me dijo Emma quitándome con
dulzura el brazo de su hombro.

-No es eso. -Le dije con voz baja y cogí mi móvil para escribirle.

“Nos están siguiendo, saben que estoy ayudando a Andy, hay que irse ya”

Al ver la cara de miedo de Emma y algo en sus pupilas que no logré identificar, la cogí de la mano sin dudarlo y la llevé a paso ligero hasta casa.

Cerré de un portazo y fui a mi habitación a coger la maleta ya hecha.

Demos gracias por la cabezonería de Andy en hacer las maletas un día antes.

- ¿Qué pasa? Emma estaba pálida.

-Vienen para acá, nos han visto esta mañana en la
playa y nos han seguido hasta aquí. Fernández dijo que me iba a vigilar, pero no creía que lo iba a hacer de esta forma, siempre me lo dice como amenaza, pero veo que esta vez era verdad.

- ¿Por qué no lo dijiste? -Me dijo con las manos en la cintura.

-Te acabo de decir que siempre me lo decía como
amenaza, pero nunca hacía nada.

Andy se pasó las manos por las sienes y yo por el puente de mi nariz para pensar.

-Voy al garaje, tengo un 4x4 blindado, lo aparcaré en la puerta y os saco de aquí.

Fui al salón a por las llaves y vi a Emma con Frankie dando vueltas.

-Escúchame. -Le dije cogiéndole de las mejillas,
estaban cálidas. -Voy a por el coche, voy a entrar y vamos a tener que salir de aquí a tiros. Esto lo has hecho más de una vez, y lo vas a hacer bien ¿entendido?

Emma asintió con seguridad y me bastó con mirar a Frankie para entender lo que tenía que hacer.

Fui al garaje y allí ya había dos tíos, los maté de dos tiros y me monté en el coche. Lo aparqué en la puerta y pité.

La puerta se abrió y los tiros comenzaron. Había tiradores por todos lados y tuve que salir del coche para cubrirlas, no sin antes abrir las puertas del coche para poder entrar antes y más rápido. Llegué a los escalones de la entrada y Andy disparaba detrás de mí mientras yo lo hacía al frente y Emma disparaba a las piernas para que Frankie les
noqueara.

- ¡Montaros, os cubro! -Pude gritarles.

Ellas asintieron y fueron corriendo hacia el coche
mientras les cubría, me resguardé en una de las
columnas de la casa para refugiarme y cuando
escuché de nuevo tiros desde el coche eché a correr hacia él mientras también disparaba. Frankie iba noqueando a todos lo que se ponían delante de mí, mientras yo disparaba en sus piernas.

Escuché dos disparos a mi derecha y no eran de Andy porque ella estaba montada en el estribo del conductor y sus codos quedaban apoyados del negro techo disparando a los tiradores de arriba y
detrás de mí.

Todo pasó como a cámara lenta.

Pude ver al hombre. No llegaba a los treinta años.
Su ropa era completamente negra, un gorro y un pañuelo negro, me dificultaban ver quién era, pero tenía los ojos rasgados y oscuros, pero no llegaban a negros. Su mirada me transmitía frialdad y se me tensaron todos los músculos al ver que me iba a disparar y yo ya no tenía balas. Antes de que él lo hiciera una bala le atravesó el abdomen, pero ya había disparado.

Me quedé mirando cómo todo ocurría. Cómo cerré los ojos un segundo, y al ver que no me dolía nada, abrirlos y ver que yo no era el que sangraba, si no Frankie. Estaba sangrando, pero aun así se abalanzó hacia el chico de rasgos orientales y este le dio otro tiro y quitarse al perro antes de desangrarse por sí
solo.

Me quedé mirando a Frankie y me paralicé; muerto, así estaba.

Aún me miraba e hizo parecido a una sonrisa antes
de cerrar sus ojos avellana. Su pelaje estaba de un marrón oscuro y gris por el tinte negro que se estaba quitando por el paso del tiempo y ahora se
estaba tiñendo todo de un rojo oscuro que salía de su pecho.

Alguien me tiró del brazo mientras seguía disparando y me gritaba que reaccionara y por mí solo me monté en el coche.

Se escuchaba a alguien conducir, mientras que la
otra disparaba hasta alejarse lo suficiente como para perder de vista los coches que nos seguían.

Después el asiento a mi lado se hundió y me susurraba un “lo siento”, sabía que era de verdad, porque le caían lágrimas por las mejillas, pero no sabía quién era, porque mis ojos llenos de lágrimas
me impedían ver con claridad y el nudo en la garganta mezclado con los sollozos para evitar gritar porque me estaban ahogando.

Pude secarme las lágrimas con el dorso de mi mano y pude ver que a mi lado estaba Emma, pero mis lágrimas seguían saliendo y ella no podía hacer nada, solo me arrastró hasta estar a su lado y acariciarme el pelo.

-Son hora y veinte de aquí hasta el aeropuerto,descansa.-Dijo una voz sollozando que no esperaba.

-Andy mira a la carretera, ya nos lamentaremos en el aeropuerto, Tony es el que más ha sufrido, tú llevas sin Frankie año y medio. -Dijo sorbiendo los mocos.

Antes de quedarme dormido porque ya me había sobrepasado todo y quería que el dolor de oídos desapareciese, susurré.

-Solo me quedáis vosotras, me da igual si muero, pero lo haré protegiéndoos.

Cerré los ojos y soñé con todas las cosas que había hecho con Frankie a lo largo de este tiempo.

Esas personas que se vuelven tan importantes en poco tiempo.


¡Hola a tod@s!
Este capítulo es un poco corto, pero para mí es muy bonito.
¿Qué opinan? Digánmelo en los comentarios :)
Buen día ❤️

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