42. Abogado al rescate

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Mi querido y amado vino a por mí.

Te queremos Chad.

Le conté todo lo que había pasado y terminó antes
de salir.

-Sé cómo libarte de esto, pero calladito te quiero.

-Si, mi sargento. -Respondí como un militar.

-Cero gilipolleces tío.

Me esposaron y entramos en la sala de interrogatorio; una mesa y tres sillas de metal, paredes oscuras, una luz tenue y el típico cristal que
detrás hay más personas.

Me senté en la silla, no sin antes saludar a quién
estuviera detrás del cristal con las manos esposadas.

Hay que ser educados, siempre.

El policía se sintió un poco confuso y Chad me enterró con la mirada antes de empezar.

-Y bien, ¿de qué se le acusa a mi cliente?

-Por conducción temeraria y huir de la policía.

-Como usted comprenderá, señor, si hay personas que te disparan para matarte y te persiguen en coche usted correría sin importarle las señales de tráfico, ¿verdad?

-Sí, pero, ¿por qué se le perseguía de esa forma?

-Mi madre es rica. Discutimos, le mandé a la mierda y mandó que se me matase. -Contesté sin mucho interés.

-Sabemos que su madre es Nora Besson, pero cuando llegamos no estaba y se nos ordenó desde comisaría que le siguiéramos a usted, será por
alguna razón, ¿no cree?

- ¡¿Me está diciendo que persiguieron a mi cliente
sin un motivo sólido?!-Intervino Chad.

-Creíamos que la tenía…

-Las cosas no se creen señor. Usted como policía debería de tener algo sólido para perseguir a alguien. -La cara del policía se estaba convirtiendo en confusión y vergüenza. -Mi cliente salió
corriendo porque le disparó un guardaespaldas de su propia madre, corría peligro. -Exageró mi abogado.

-Le repito señor que creíamos que tenía idea de dónde estaba su madre, sentimos este inconveniente, buscaremos a Nora Besson y si su cliente está dispuesto declarará en contra de ella.

-Por supuesto que lo haremos y otro día base los hechos, no en creencias, si no en motivos sólidos. - Dio por terminada la conversación Chad, no sin
antes decir. - ¡Y quítenle las esposas, por el amor de
dios!

-Si señor.

El policía me quitó las esposas y me despedí de todos con una reverencia, mientras mi abogado rellenaba algo raro que nunca entendí para qué
servía.

Cuando salimos, tiré la camisa llena de sangre y sudor al contenedor, me monté en el coche y cogí una de la bolsa de mi asiento una camiseta.

-Gracias.

-Ahora trabajaré para ti, tío, necesito dinero y tu madre ya… Como que no me da.

-Trabajabas con mi madre sólo porque le quitabas
algo de esto, ¿no? -Dije moviendo los dedos y con
tono burlón.

-Claro tío. -Empezó a conducir y puso algo de música de una banda.

- ¿Podemos parar a comer? Me muero de hambre.

-Vale, pero llama a las chicas que a mí me petaron el móvil. -Cogió una bolsa de plástico de detrás y me la dio. -Ahí está lo que llevabas a parte de la
ropa que llevas puesto.

Cogí el móvil y les hice una videollamada.

En mi vida he estado más feliz por verle la cara a dos personas.

¡Hola a tod@s!
Espero que os guste a todos este capítulo y no olvidéis votar
Buen día ❤️

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