NAIA "resurgiendo entre las llamas del amor"

Dudas

Dolía, dolía como el fuego quemando cada fracción de su pie, la mirada gélida, en esos iris grises; haciéndole temblar el alma por lo lejano de sus cuerpos, el rostro sin expresión alguna, no había reflejo del amor que profesaba. Eso la hizo temer por segundo.

El amor es la debilidad del alma más fuerte, y la felicidad del que lo sostiene. El golpe no es tan doloroso cuando se está seguro del sentimiento proclamado en los brazos del ser amado; bajo las llamas de la pasión y envueltos en la seda de la lujuria.

Naia no malgasto palabras tratando en explicar, conocía bien a Daemon y nada de lo que dijera a su favor serviría para que sus pensamientos cambiaran.

– Si que me equivoque contigo Naia Bartsch – la tensión de su mandíbula evidencio lo que en realidad pensaba, dejar en claro que ella era suya y ningún otro hombre podía ponerle un solo dedo, pero su orgullo era más grande – hoy faltaste a tu palabra, a tus pensamientos por esta escoria, eres...

Naia solo estaba esperando que completara la frase, no está dispuesta a dejarse ofender por mucho amor que tuviera por ese hombre.

– Mide tus palabras Daemon, o no respondo de mis actos – Zack endureció su mirada – ella no...

Naia lo tomo del brazo impidiendo que se acercara a Daemon, quien con cada mirada la heria, era una daga punzante que la destrozaba por la indiferencia y desconfianza.

– Te arrepentirás por desconfiar de mi Daemon Westen – gesticulo mostrándose segura e impecable, como si estuviera cerrando un negocio más – ojalá no sea demasiado tarde para los dos –. La severidad de sus palabras hizo remover cada partícula de Daemon, pero no se permitió flaquear.

– No lo creo, pero de ser asi, asumiré mi culpa, ahora tendremos que lidiar con vernos como socios – sonrió torcido al recordarle que no se podía alejar de ella como lo estaba pensando Naia, eso lo tranquilizo, no podría vivir sin verla – no lo recuerdas cariño, nos veremos en la próxima reunión antes de la inauguración.

Esto no sería fácil para ninguno de los tres, pero el impulso era para seguir adelante.

***

Naia sentía que el aire le faltaba, se permitió flaquear en la seguridad de su casa, la impotencia la arroyo por completo, no tenía el poder de devolver el tiempo y nunca enamorarse de Daemon. Quería llorar hasta deshidratarse, pero ni eso consiguió por más que se esforzó, su padre sí que era bueno lavándole el cerebro. Nado hasta el cansancio la venció y se durmió en compañía de Horus, lo que menos quería era pensar.

Un nuevo día, en el que no se sentía mejor que ayer, pero con una nueva noticia que, hacía sentir mucho mejor a la joven empresaria, ya tenía la fecha en que se reuniría con el nuevo socio. Tenía todo preparado para la presentación y que no le quedara duda de que era una buena oportunidad invertir en su proyecto más que por ganancias por la ayuda que les darían a todas las personas de esa zona de la ciudad.

Hablaba con su madre por celular como cada mañana para saber cómo estaban, es mañana la conversación fue más corta de lo normal, su madre había intuido que algo no estaba bien con ella, por más que camuflo su voz simplemente no tenía ánimo. Maldijo internamente por ser tan descuidad y dejar todo lo que necesitaba para la presentación en el bolso que quedo en casa de Daemon, miro su reloj y por la ahora ya el pelinegro no estaría, animándose a ir, dio la vuelta.

Antes de bajar dio un respiro y decidió recoger sus cosas, pero si lo hacía era dar por terminada toda posibilidad, si aun la tenían. No perdió la esperanza que recapacitara y todo se arreglara.