Las familias están más que feliz por la próxima boda. Maricela y Elia son las encargadas de organizar todo, el único pedido de la pareja fue que querían algo sencillo lo que Axel, Patricio rieron a sabiendas que sería lo que menos harían las dos mujeres.
Teodoro Bartsch estaba distraído, pensativo lo que Daemon noto, la preocupación era palpable, aunque simulaba muy bien ante su hija y esposa. El patriarca era un hombre reservado con las personas del común; las únicas que sacaba a relucir el brillo como decía su hermosa esposa era las dos mujeres de su vida, con ellas no había reservas obtenían lo mejor de él. Lo peor lo recibían quienes pensaban hacerle daño a su familia y nadie quería estar en la piel del que tenía esos pensamientos.
Sus esposa se acercó dejando un casto beso en los labios del patriarca sacándolo de su letargo, sonrió complacido y enamorado de la mujer que yacía en sus piernas. La aseguro en sus brazos como si en un espabilar desaparecería, la elegante mujer negó sonriente sin vergüenza alguna de demostrar el amor que sentía por su esposo es que movió cielo y fue al infierno por ella, ese que la amo y lucho sin importar que sus padres no la aceptaran por no venir de una familia heredera en la gran mesa de la mafia italiana, lo que al heredero le restó importancia, si no la tenía a su lado no aceptaría tal puesto, ella era su centro; el equilibrio que necesitaba para no creerse lo que todos decían ¡Monstruo! Era como todos lo llamaban.
El ahora patriarca Bartsch en su momento se creyó e hizo merito a su apelativo con su despiadada forma de actuar y dar a respetar su territorio y apellido, hasta que ese ángel de ojos avellanas y puros como ella misma. maricela fue la salvación del monstruo que dejo su patria para radicarse en un nuevo país sin desvincularse de un negocio que lo persiguió y, lo perseguirá por el resto de su vida. Siendo más dulce y llevadero al lado de la mujer que se ama conformando una familia.
Ella le dio todo y él se sentía un bastardo al darle tan poco, solo tenía su amor para ella.
En la oficina de la joven empresaria su padre se despide de ella.
– Nos vemos luego belleza mía – Naia besa la mejilla de su padre viéndolo salir.
– No crees que papá esta algo pensativo, ¿algo anda mal en sus negocios? ¿está sucediendo algo de lo que no estoy enterada?
Naia ataco a preguntas a su hermano que maldijo bajo por no salir con su padre, no podía responder a sus preguntas, por lo que solo negó encogiéndose de hombros haciéndose el desentendido.
– Así que estas volando entre nubes y serpientillas con lo de la boda, el amor y todo eso – desvió el tema lo que la castaña achico los ojos sentándose en su silla tras el escritorio – el androide se ha marchado – asevero Axel al ver la sonrisa de su hermana.
Naia tomo una llamada que prefería no contestar.
– Estoy más que segura sr. Martines que usted y yo hablamos el mismo idioma por lo que le vuelvo a repetir y será la última vez, no le rentare el salón porque lo que usted piensa hacer no lo permitiré así busque un antro o hay lugar donde puede jugar al domínate con sus gatitas y no me haga repetirlo.
Corto la llamada sin darle tiempo al hombre a musitar una sola palabra.
– Retiro mis palabras, allí esta solo lo tenía dormido por tanto dulce – se estremeció gracioso, el rubio de ojos azules haciendo reír a la castaña.
Axel suspiro la sonrisa de su hermana era luz a sus vida, a la de los tres, los recuerdos de su madre sufriendo por no poder cumplir su palabra de darle muchos hermanos con quien compartir su vida. Las pérdidas de tantos embarazos los marchitaba a cuenta gotas sin que lo notaran su madre no salía de la recamara, no sonreía y si lo hacía una lagrima a acompañaba el gesto que no llegaba a sus ojos.
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NAIA "resurgiendo entre las llamas del amor"
Roman d'amourNaia, una chica que luego de la traición de su papá y la experiencia que la dejo marcada de por vida, renuncio al amor, la ternura, espontaneidad solo se lo permitía para tres personas que la hicieron una mujer fuerte, intimidante. Como la llamaban...