Descubierta

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Daemon estaba un poco más tranquilo, luego de ese beso, estaba más que confiado que Naia no se acostaría con Zack, lo que no pudo evitar imaginar fue a ella besándolo por el solo hecho de olvidarlo, como si eso fuera posible. Haría hasta lo inasequible por conseguir su perdón por la ofensa dicha.

– Sabes que no medare por vencido hasta tenerte a mi lado Naia – respiro la fragancia de su cabello y la miro con convicción – eres mía, como yo soy tuyo, y sé que no te acostarás con Zack – asevero seguro.

Naia se carcajeo, lo miro gélida. Daemon sabía que era experta llevándole la contraria por lo que antes de darle tiempo a refutar ataco su boca en un beso demándate, aclarándole cuanto la amaba y la deseaba, las dos por igual.

La oficina fue irrumpida, y la jadeante pareja se separó. Naia se apartó lo que menos quería era provocar sufrimiento, ella más que nadie sabía cuan doloroso es ver al ser amado con alguien más, por lo contrario, Daemon estaba más que satisfecho.

– Solo vine a dejarte mi dirección, ya que hace unos días me mudé – Zack sonrió melancólico, pero allí estaba esa sonrisa para ella, eso la hizo sentir más miserable.


***

Un día más en el que Naia no pudo concentrarse en su trabajo, su vida estaba convirtiéndose en un laberinto el cual no encontraba la salida. Ella estaba segura de sus sentimientos por Daemon, lo amaba, pero no comprendía lo que sucedía cuando estaba con Zack.

¿tal vez solo quería que él no se sintiera culpable? Zack era esa parte de su pasado que le recordaba lo inocente, soñadora, confiada, amorosa y expresiva cuando de sentir se trataba. Todo lo contrario, a la Naia que se miraba al espejo en ese momento, que solo se dejaba ver como en realidad era y se sentía con sus padre y hermano; allí también estaba incluido Daemon, pero en su mente lo bloqueo.

Zack preparaba todo para la llegada de Naia, en su mente se repetía la escena en la oficina, para él no era un secreto que ella lo quería, pero no lo amaba, ella fue lo suficientemente clara para el hacerse de la vista gorda, lo que no le quito acrecentar las esperanzas fue ese pequeño pico que ella le dio cuando el abrió la puerta.

¿será por lastima? ¿se habrá propuesto que deje de sentirme culpable por el pasado?

Esas preguntas le tomaron más tiempo de lo que imagino, ya que la voz de Naia lo saco de su letargo cerrando la puerta por él.

En la cena analizo su comportamiento tratando de buscar un indicio, pero Naia actuaba con tanta naturalidad que le fue imposible llegar a una conclusión viable.

Naia le ayudo a arreglar la cocina, luego de dejar todo ordenado trato de explicar lo sucedido, Zack se le adelanto asegurándole que no era necesario.

Charlar con él para Naia era satisfactorio verlo reír hasta no poder, verlo esforzarse por contar un chiste que le causara risa, se sentía cómoda esa era la realidad.

Naia no se dio por enterada en qué momento la conversación termino en el hijo que tendría Daemon, se mordió el labio, pensando que le molestaba que se desahogara, Zack se aseguró que dejara de torturarse el labio y de paso a él, ella solo se estaba dejando llevar, pero sus palabras solo la alentaron a seguir.

Naia sonrió negando por las últimas palabras de Zack, ofrecerse como un ratón de laboratorio para ella experimentar si podía llegar olvidar a Daemon era la locura más grande que había escuchado, nunca jugaría de esa manera con los sentimientos de un ser que apreciara.

– Tenia que intentarlo – se encogió de hombros al tiempo que hacia una mueca de dolor.

Naia se acercó a la mesa a su lado le dio la pastillas que le tocada a esa hora, Zack con un gesto de desagrado las tomo. Lo que menos quería era dormirse estando ella, esas pastillas lo noqueaban.

NAIA "resurgiendo entre las llamas del amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora