Venganza

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La mañana no mejoro para Naia quien seguía con una frustración sexual que no la dejaba en paz, ella sabía como pero ese hombre no la dejaba sola y cuando despertó que intento persuadirlo para que la follara duro como su interior se lo pedía simplemente la cargo dándose junto a ella una ducha.

– ¡Te odio! – fueron sus palabras y el solo la beso calentándola más, como si ya no fuera suficiente.

Ahora la pareja tenía que aguantar las conversaciones y miradas de la familia al ver de tan mal humor a la castaña. Daemon no le fue nada bien, pero se resistiría esa noche se desquitaría, y le quitaría ese mal humor.

– Que pasa contigo, acaso no funciono el gusanito – Naia miro iracunda a su hermano – es puro musculo yo lo sabía –. Soltó una carcajada, Naia aprovecho y le dio un gancho dejándolo sin aire se sintió mejor y Axel lo merecía por burlarse.

– Para tu necesitada curiosidad, le sirve muy bien y no imaginas lo bien que juega ese gusanito cundo se vuelve anaconda.

Axel se estremeció por las palabras de su hermana menor, lo que menos quería era tener esas palabras revoleteando en su mente. Naia fue la que rio esta vez al ver su cara de asco y lo rojo que estaba por el golpe.

Cuando llegaron con todos Maricela los miro buscando una respuesta a su demora por los platos y el tazón de ensalada.

– Necesitas meter a tu hija aun convento – se refirió a su madre entregando el tazón, todos lo miraron sin entender, mientras Naia rodaba los ojos – no podre cura, mejor un exorcismo, si eso madre ella necesita un exorcismo. No respeta madre, me ha traumado.

Todos rieron imaginando lo que le habría hecho Naia a su hermano que lo pudo traumar. Naia se sentó entre su padre y Elia quienes conversaba.

– Todo bien belleza mía –. Pregunto su padre ligeramente preocupado.

Naia asintió sonriendo para ser más convincente, el almuerzo fue entre charlas y juegos que se inventó Sofia para que los hombres no hablaran de negocios un sábado, el tiempo pasaba volando en la calidez de la familia y esa era una solas familia, aunque no todos estuvieran muy a gusto.

Meyer y Axel tenían sus propia riña de miradas que no fue desapercibida para los demás intégrate, solo trataron de ignorar y que ellos resolvieran sus conflictos.

En un momento en donde Naia se quedó a solas con su hermano y la rubia quien no paraba de reír por las palabras de Axel, Naia no pudo comparar a su hermano antes y des puedes. Se veía feliz, sonreía con más frecuencia; eso de dio un aleteo al corazón de la castaña, lo que más anhelaba era que el fuera feliz, siempre tuvo un trasfondo de tristeza en su mirada como si ocultara algo muy turbio o se sintiera culpable por algo que ella desconocía y quería conocer para arrancarlo de raíz y que fuera tan feliz como ahora o más.

En un acto reflejo se vio sosteniendo la mano de su hermano, quien la miro y le regalo esa sonrisa que solo a ella y su madre compartía, ahora con Sofia que los miro atenta enternecida por el amor de los hermanos. Naia sintió celos de por primera vez compartir a su hermano y lo vio en su mirada, él se aseguró de dejarle claro que siempre seria ella por encima de todos, dejo un beso en la frente de la castaña. Lo entendió no tenía por qué preocuparse el estaría como ella para él.

¿Desde cuándo se sentía tan posesiva con esos hombres que la rodeaban?

Se vio preguntando mirando a los tres hombre de su vida y al mirar al último tuvo su respuesta, Daemon Westen era quien había despertado todo aquellos sentimientos que ella nunca había experimentado, feliz sonrió de que hubiera sido él.

NAIA "resurgiendo entre las llamas del amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora