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Un grito se filtra por la puerta, eriza mi piel y hace a mis músculos tensarse. Un escalofrío me recorre el cuerpo al reconocer la voz.
—Es de tu grupo, ¿no? —suelta—. Puedo ordenarles que la dejen en paz o... puedo hacer que empeore.
Muerdo el interior de mi mejilla cuando un segundo grito de dolor atraviesa el espacio.
—Desactiva tu habilidad —ordena de nuevo.
El tercer grito me hace ponerme de pie. Las alarmas del detector de movimiento se activan cuando me levanto de un salto.
—Lo haré, lo haré. Diles que paren.
Doy un paso en su dirección. En un solo movimiento saca una pistola y la apunta a ciegas hacia la dirección en la que cree que me encuentro. Suspiro con frustración y aunque no lo quiero, hago lo que me pide.
—Ahí estás. —Ajusta la dirección de su arma, moviéndola unos centímetros hacia mi—. Buena chica.
Presiona un par de veces la pantalla del celular y se lo lleva a la oreja.
—Suficiente —su voz me deja en claro que se está divirtiendo.
Los gritos se detienen.
—¿Ya lo ves? —Da un paso hacia mí—. Sus habilidades, sus súper poderes o como mierda los llamen, no son una bendición, no son un milagro —pronuncia con lentitud—. Están malditos.
—Voy a matarte. —Siento la ira—. Cuando salga de aquí, voy a matarte.
Una risa retumba en su pecho, suena áspera y fría.
—No eres una asesina. Tus amiguitos y tú son nuestros ahora. Y, aquellos que protegen, también lo serás —confiesa fingiendo lástima—. Tarde o temprano, uno de ustedes va a quebrarse. Nos los entregarán en bandeja de plata.
—Te voy a hacer pedazos —declaro.
Me toma con firmeza y comienza a arrastrarme hacia la puerta.
Pataleo y trato de rasguñarlo. Incluso logro conectar una patada contra uno de los hombres de bata blanca a los que me entrega fuera de la habitación donde estábamos.
—¡Voy a acabar con ustedes! —grito.
Por ahora hemos caído, pero nos llegará el momento de ascender. Les demostraremos, que nuestras habilidades son realmente maldiciones... para aquellos que nos hacen daño.
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Rojo Ascender
DiversosNira está consciente de que su vida no tiene ni una pizca de normalidad, solo hace falta ver su más grande secreto: Tiene una habilidad sacada de los cómics. La tiene desde que una extraña figura se presenta en sus sueños: una mujer de ojos rojos y...