Capítulo 38

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(Alberto)


No me costó nada ponerme en contacto con la secretaria del señor Arilla, para mi suerte quería venganza contra él. Así que tampoco me costó convencerla para que fuera parte del plan.

En un momento tenía el plan armado y en marcha.

Esa era la magia de los contactos. Por eso ahora me encontraba en la habitación de al lado de Nicolas, viendo su habitación a través de los monitores. Las cámaras las habían puesto las señoras de la limpieza. Ahora solo tenía que esperar que el espectáculo empezará.

Nicolas ya estaba en la habitación cuando la chica entró. Tal como le había pedido dejó la puerta entreabierta. Estaba fingiendo estar coqueteando con él para que se distrajera, que bajara la guardia, mientras dos de mis hombres se colaban en su habitación, acompañados por un invitado sorpresa.

Justo cuando Nicolas estaba a punto de golpear a la chica, mis hombres actuaron rápido y lo esposaron. Lo redujeron en cuestión de segundos.

-Engancharlo al cabecero de la cama -ordene a través de los pinganillos que llevaban mis hombres.

Aunque puso resistencia no fue suficiente como para aplacar a mis hombres armados.

A partir de aquí mandaba la chica. Iba a dejar que se vengará como quisiera y luego ya pondremos, nosotros, la guinda del pastel.

Cuando estábamos seguros que Nicolas no podía moverse más de lo necesario, fue cuando la chica se puso en acción. Primero lo flagelo un poco. nada comparado a lo que realmente merecía. Luego dio paso a su invitado sorpresa. Un hombre de color, muy alto y fornido.

Pensábamos que le iba a dar una paliza pero, sorprendiéndonos a mis hombres y a mi, en su lugar, desnudó de golpe a Nicolas. Rompiendo su ropa. También se desnudo él mismo, de cintura para abajo.

Para lo que siguió a continuación, no soy capaz de encontrar las palabras adecuadas. Está violando a Nicolás. Estaba viendo cómo violaban al padre de Lucía.

No le iba a contar nada de esto a ella pero, ya no iba ha ser capaz de pensar en el señor Arilla de la misma manera cuando Lucía lo nombrara.

Podía escuchar los gritos de Nicolas sin ayuda de los auriculares.

La chica lo estaba disfrutando mucho y animaba al hombre a que fuera más brusco. El hombre acataba las órdenes con una sonrisa. Y yo me sentía hasta incómodo, era como ver porno del padre de tu amiga. Era entre emocionante y asqueroso.

Después de media hora más, que a mi me pareció eterna, el chico se corrió en su interior. Poniendo fin al espectáculo.

Nicolas lloraba como un niño pequeño mientras mis hombres se despedían de la mujer y su invitado.

Ahora tenia un problema ¿Que podía hacer para joder a Nicolas cuando, literalmente, le han jodido?

Mis hombres pidieron instrucciones de cómo proceder. Así que ordené lo primero que se me ocurrió.

-Sacalo de la habitación, tal cual está, llevaros las llaves, para que no pueda volver a entrar e iros. Nos reuniremos en media hora en el aparcamiento.

La humillación de violarlo y dejarle en bolas en el pasillo tendría que ser suficiente como para que el jefe estuviera de acuerdo y que Nicolas se planteará mejor sus siguientes pasos.

Revisé las grabaciones para enviarlas directamente al jefe y luego me puse a recoger. Me di cuenta que si espabilaba no llegaría demasiado tarde a casa.

Cuando salí de la habitación, con el material guardado en bolsas, vi que Nicolas seguía en el suelo tirado, llorando. Le habíamos creado un trauma muy grande. Me fui sin que me viera. En el aparcamiento le di el material a mis hombres y así yo podía ir a casa directamente.

El próximo en recibir la venganza del jefe era Kain y en cierta medida eso me preocupaba. No por mí, pero no podía quitármelo de la cabeza. Tampoco me preocupaba por Kain, eso es obvio, sino por los daños con laterales.

Cuando llegué a casa me encontré con todas las luces apagadas. Pero podía ver, claramente, a Andy y a mi perro en el sofá. Se habían quedado dormidos viendo la televisión.

-Ves a tu cama, grandullón -le dije a mi perro cuando despertó al notar mi presencia.

Como es muy obediente se levantó suavemente y se fue a su cama. Mientras yo cargue en brazos a Andy, que inconscientemente rodeo mi cuello sin despertarse. No me costaba llevarlo en brazos porque es bastante menudo.

Le metí en la cama y yo me fui a dar una ducha rápida, antes de irme a dormir.

Cuando volví a la habitación, con la toalla rodeando mi cintura, me encontré con que Andy estaba despierto.

-Perdona ¿Te he despertado? -me disculpé.

-No, solo me he despertado porque tenía sed -contestó señalando el vaso de agua que había en la mesita de noche.

-Vuelve a la cama -le pedí para que no se desvelará.

-¿Vienes ahora? -pregunto.

-Si, ahora voy -respondí mientras me dirigía al armario en busca de unos boxers para ponerme.

-No te vas a meter en la cama con el pelo mojado -replicó saliendo de la cama y yendo al baño.

-Vuelve a dormir, que te vas a desvelar. Ya dormiré en el sofá para no molestar.

-No digas tonterías -contestó saliendo con el secador en la mano -además ya me he desvelado.

Me senté en el suelo y Andy en el borde de la cama. Quedando yo de espaldas a Andy entre sus piernas. Puso el secador en marcha y comenzó a secarme el pelo, mientras pasaba su mano entre mi pelo.

-¿Que ha pasado al final? -pregunto.

-Nada, solo hemos humillado mucho a Arilla. Seguro que no tardas en enterarte.

-¿Te has tenido que enfrentar a él directamente?

Entendía su preocupación. Sabía que lo preguntaba por mi bien, por mucho que Andy lo negara si le preguntara.

-Puedes estar tranquilo, he sido un mero observador. Lo veía a través de cámaras -le quite las dudas.

-Eso me tranquiliza. Gracias -dijo abrazándome por la espalda. Era muy cálido.

La cruel pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora