(Andy)
-¿Que se supone que vais a hacer conmigo? -pregunté a Alberto, mientras cenábamos en el suelo de la sucursal.
-Supongo que usarte de cebo para que Kain se enfade y piense que es cosa de Nicolas. Lucía sólo está agitando las aguas para que se maten mutuamente.
-Kain ha estado llamándome al móvil y dejando mensajes. Está muy enfadado -comente- Además esta noche tenía planeado un robo a gran escala de armamento militar. Creo que quiere montar algo parecido a un ejército.
-Apuesta fuerte esa. Lucía tiene intención de desbancar de los negocios de seguridad y legalizar los demás negocios, o por lo menos, eso es lo que tiene en mente.
-¿Y que vas a hacer tu? -pregunto preocupado.
Solo tenía dos opciones o seguir como hasta ahora, pero por lo legal o dejar a Lucía y servir solo al jefe.
Por un momento me preocupé, pero Alberto alargó la mano para agarrar la mía de forma tranquilizadora.
-Me gusta trabajar para Lucía. Le tengo en gran estima a esa chica. Además su cambio me beneficia también a mi, así que me va perfecto.
-¿Y cómo va a ser a partir de ahora? -pregunte, aunque parecía una pregunta inocente en verdad tenía otro trasfondo.
Era como preguntar ¿Qué pasara entre nosotros? Y aunque no lo dije con esas palabras, sabía que Alberto había entendido lo que había querido decir.
Alberto se quedó callado, mirándome fijamente a los ojos, valorando mi estado. Hasta que finalmente alzó la mano que mantenía las mías agarrada y deposito un beso en el dorso.
-¿Tú qué crees? No pienso dejarte solo. Y en verdad me molesta un poco que dudes de mí. No creo haberte dado motivos para desconfiar. Te quiero, Andy, y decida lo que decida siempre estaré a tu lado -declaró sin dudar ni una palabra de lo que había dicho. Decía la verdad.
-Yo también te quiero -le dije.
Gesto que agradeció con una de sus brillantes sonrisas. Nadie más que él sabía el esfuerzo que tenía que hacer para mostrar afecto por alguien. Por eso me gustaba Alberto, no me presionaba para verbalizar lo que sentía. Él lo sabía solo con mirarnos.
-¿Cuánto tiempo tenéis pensado mantenerme secuestrado? -pregunte cambiando de tema cuando el silencio se volvió incómodo.
-No lo sé, pero puedes estar tranquilo. Me han puesto a cargo de ti, voy a vigilar cada parte de tu cuerpo -bromeo.
-Muy gracioso -dije con ironía.
Entonces el teléfono de ambos sonó. Nos había llegado un mensaje a ambos. Venían de un número que no teníamos registrado, pero que nos sabíamos de memoria. El jefe.
Nos había enviado un link a un video. Lo pusimos en marcha desde el móvil de Alberto. Para verlo los dos juntos.
Se trataba de un video de un programa de noticias. Se podían ver a varios periodistas intentando acercar el micrófono. Fue entonces cuando Kain y varios de sus hombres aparecieron en pantalla. Iban esposados y escoltados por los cuerpos de seguridad.
Los estaban deteniendo. No me podía creer que hubiesen atrapado a Kain.
Los periodistas informaban que se trataba de un ladrón y jefe de una banda de narcotraficantes muy poderosa, involucrada en el caso EME. También estaban desmantelando sus propiedades, en busca de todo lo que pudieran encontrar.
-¿Estás bien? -preguntó Alberto.
-Si -respondí aunque era mentira.
Ahora me encontraba en peligro. Si alguno se atrevía a mencionar mi nombre. Me había convertido en el siguiente objetivo de la policía. Pero no podía entrar en pánico, tenía que serenarme y pensar una solución.
Alberto que se había acercado, para ver los dos juntos la noticia, acabó por ponerse tras de mí para abrazarme desde la espalda.
-Yo te cuido. No voy a permitir que te pase nada.
Me aferre a sus brazos y lo deje mimarme.
-Deberías avisar a Lucía, para que se proteja -dije.
-Lo se. Ya voy. Solo quería asegurarme de que tú estuvieras bien antes de hacer cualquier otra cosa -confesó muy tierno.
Sin dejar de abrazarme, sacó su móvil e intentó llamar a Lucía.
-No me responde -dijo antes de volver a intentarlo- ¿Pero que estará haciendo? ¿Por qué no me responde?
-Quizás lo tiene en silencio -comente.
-Nunca lo deja en silencio. Debe de tener un buen entretenimiento -añadió con un poco de humor- Le dejaré un mensaje.
Sabía casi todo de Lucía gracias a Alberto. Aunque ante ella tuviera que actuar como si fuéramos enemigos, le tenía cierto respeto. Pero quizás sea solo porque la miro a través de los ojos de Alberto, que la tiene en alta estima.
Así que cuando Alberto me dijo que estaba intentando volverse legal me dio la sensación de verla madurar. También me imaginaba que se debía a su novio. "Se ha enamorado" no pude evitar pensar.
-Listo -anunció en cuanto envió el mensaje- seguro que mañana viene a visitarnos. Será mejor que nos vayamos a dormir temprano para mañana prepararte antes de que venga. Lucía.
-¿Y donde vamos a dormir? -pregunte.
-Aquí mismo, sobre la manta. Te mantendré calentito con mi cuerpo -me espachurro más contra él.
Luego, en verdad, lo que hicimos fue salir para tirar la basura que habíamos hecho de la cena y dar un pequeño paseo antes de volver para acostarnos sobre la manta.
Enseguida noté como Alberto se quedó dormido. Su respiración, calmada y sus ronquidos suaves eran señal inequívoca de que dormía profundamente.
En cambio yo me mantenía despierto. Estaba demasiado nervioso como para calmarme. Habían pasado varias cosas, que nos iban a cambiar la vida, en poco tiempo. Las salidas eran preocupantes. Aunque confiaba en que nuestro jefe nos salvaría, dudaba que pudiera aguantar mucho más tiempo. Alberto y yo teníamos que hablar.
De momento teníamos que ver como acababa esto de que Lucía me mantuviera retenido. Aunque sabía que no me mataría, no sabía que haría ahora que Kain ha sido atrapado.
Lo único que podía hacer ahora mismo era disfrutar de encontrarme entre los brazos de Alberto. Cosa que para mi era lo mejor del día. Amo a Alberto, aunque me cueste expresarlo.
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La cruel pasión
RomanceBatallar por ser la mejor y esquivando a los de la investigación EME. Lucía Arilla es independiente y tiene las cosas muy claras, lo tenía todo controlado. Es implacable y muy imprevisible. Así que lo último que Lucía podría imaginar era que tuviera...