Capítulo 51

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(Lucía)


Al final me había costado más tiempo y esfuerzo de lo que me habría gustado, pasar mis negocios para volverlos legales sin hacer saltar las alarmas de los investigadores del caso EME. Pero al final podía ver la luz al final del túnel.

Los investigadores del caso EME no habían avanzado mucho en verdad. Solo habían logrado embarrar a Kain aún más de lo que habían hecho en un inicio. En cuanto a mi padre tenían un ligero hilo del que tirar pero las influencias y los sobornos hacen que se salve descaradamente.

Me encontraba frente a los últimos cuestionarios para terminar con esto. En el cual una de las hojas me permitía lanzar sospechas sobre mi padre de forma anónima. La verdad era que eso me parecía una idea pero que muy tentadora. Pero mi teléfono sonó justo en ese momento, sacándome de mis pensamientos, por lo que decidiría qué hacer después.

–¿Diga? -respondí sin mirar la pantalla del teléfono, ya que este teléfono era nuevo y solo lo usaba para comunicarme con los asesores, gestores y demás personal que había contratado para legalizar mis negocios.

-Hola señorita Arilla, soy Andrés. Tal como comentamos en la videollamada anteriormente, he comprobado los presupuestos y no hay ningún problema para seguir adelante. Solo nos encontramos con una barrera que sabemos cómo sortear de manera burocrática y legal en poco tiempo. Pero ya está todo para ponerlo en marcha para cuando usted de la orden -me informo.

-¿Qué tipo de problemas? -pregunte ya que me gustaba estar bien informada al detalle. Sobre todo de mis negocios.

-Son unos ingresos a la cuenta que declarándolos de manera común los de la investigación EME podrían sospechar pero declarando mediante formularios, que como asesor puedo validar esos ingresos, y así dejarán de ser fraudulentos frente a cualquier gestor -me explico.

-Entiendo, muchas gracias. ¿Si marcó la casilla del formulario catorce, sección A como positiva que pasara con eso que acabas de decir? -pregunte por lo que conllevará a mis negocios el acusar a mi padre.

-En el ámbito de tus negocios o cuentas a ti no te va ha afectar. En lo personal no lo sé, ya que es tu padre. Pero sus cuentas serán revisadas con lupa e inspeccionarán cada negocio que posea -me informo y luego me dio los detalles.

-De acuerdo. Dejame unas horas y lo envío todo firmado con mi decisión -respondí comenzando a sopesar la información que me había proporcionado.

Nos despedimos y no pude evitar maldecir a gritos. Lo que provocó que Andy picara a mi puerta, para preguntar si todo andaba bien. Le di permiso para entrar, así dejaría de pensar por uno momento en estos formularios.

-¿Quieres ir al pueblo? -pregunte ya que necesitaba distraerme y no quería hacer pagar a Andy este mal humor.

-Por mi genial. Por fin podre salir de estas cuatro paredes y ver algo que no sea nieve.

-Ponte el abrigo, pero júrame que no vas a dejarme en la estacada -le ordene- Creo que casi estamos empezando a llevarnos bien. Además tu novio trabaja para mi.

-Solo te lo juro si me sacas de este país lo antes posible.

Con la promesa hecha nos pusimos en marcha.

Me sorprendí a mi misma confiando en que Andy no escapara. Hace poco lo estaría manteniendo atado a una silla sin importarme que se cagara encima. Tampoco hubiese estado retenido tanto tiempo, había acabado por disparar.

Supongo que descubrir qué es la pareja de Alberto lo había cambiado las cosas. Pero aún me sentía reacia a confiar en él. No puedo olvidar que trabajaba con Kain.

-Sergio te ha cambiado -dijo Andy como si me leyera la mente, desde el asiento de copiloto.

-No sé de qué me hablas -respondí ignorando sus palabras- Abrigate que hace frío.

Salí del coche para evitar escuchar su risita. Agradecí haber llegado al pueblo justo en ese momento. No quería hablar con Andy de Sergio.

-Puedes hacer como la que no sabe de lo que estoy hablando, pero sabes de sobras a lo que me refiero -siguió diciendo Andy saliendo del coche- Se lo que estoy diciendo porque Alberto me cambio a mi también. Lo sé de primera mano.

-¿Si? Yo te siguió viendo igual de imbécil que entonces.

-Eso lo dices para no darme la razón, pero ambos sabemos la verdad. Si no hubiese cambiado nunca habría intentado ayudarte si no fuera por Alberto.

Tenía razón Andy. Él había cambiado y sabía de sobras a que momentos se refería cuando me había intentado ayudar. Siempre había hecho advertencias sutiles para ayudarme, aunque yo no creo que le hiciera caso nunca. En realidad él intentaba cuidarme todo lo posible sin despertarse tras Kain. Alberto y Andy lo habían ocultado muy bien en verdad.

Pero tampoco podía olvidar que trabajaba para Kain.

-No se que has podido ver en Alberto -dije en broma- Vamos allí.

-Ni yo se que le vi -respondió continuando la broma y siguiendo hacia la tienda que le había indicado- ¿Cómo van tus asuntos? ¿Cuánto más tardaremos en volver?

-No mucho más de una semana. Creo que puedes aguantar un par de días más el frío -me burle.

-¿Qué es lo que tanto te cuesta decidir? Perdona pero las paredes son bastante finas, no he podido no escuchar parte de la conversación.

Por un momento me incomode por no saber hasta qué punto había escuchado o no. Pero luego me di cuenta que si Andy iba a estar de parte de Alberto tendría que estar de mi parte también... aunque prefería que por el momento se enterará de lo menos posible.

-Nunca es una decisión fácil cuando se trata de la familia. Tengo que mirar todos los escenarios y ver cómo afecta eso a los míos y a mi misma.

-Parece que tienes muy claras tus prioridades. Eso me hace sentir más tranquilo. Antes no parecía que tuvieras un camino a seguir, parecía que solo estabas haciendo esas cosas por tocar los huevos a tu padre.

-No descartes que ese no sea mi objetivo, o al menos parte de él.

La cruel pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora