(Alberto)
Me alarme al ver el mensaje de uno de mis hombres informándome que Sergio no estaba en su trabajo. No lo habían visto salir, pero al ver la hora habían entrado al lugar preguntando por él, pero Néstor les a confirmado que Sergio ya había marchado.
Lo primero que hice fue llamarle, para mi mala suerte salía la voz de la locución diciendo que estaba apagado o fuera de cobertura. Por lo que avise a mis chicos y organice una partida de búsqueda. Para prevenir que no pasara nada malo y encontrarlo lo antes posible.
Solo pensar en la posibilidad de perderlo me ponía la piel de gallina. Porque estaba seguro de que Lucía no tardaría nada en enterarse y poner el grito en el cielo. Se volvería loca y me mataría por perderlo. Eso o buscaría otra manera de hacerme daño, a través de Andy.
Decidí revisar la zona en moto, así no me molestaría tanto el trafico de la hora en punto.
Entonces lo que menos me esperaba ocurrió. Recibí un mensaje de Andy diciendo que acaban de llegar al aeropuerto, que no me preocupara que tomarían un taxi para ir a la mansión. También comentaba que Lucía no parecía de buen humor durante el trayecto.
No me lo podía creer, por fin habían vuelto y podría volver a estar al lado de Andy. Pero no me estaba preocupando por como volverían a la mansión sino en que era lo que no iban a encontrar al llegar a ella. Me tenía que dar prisa. También me preguntaba si cabía la posibilidad de que ya supiera lo de Sergio y hubiera precipitado su vuelta antes de tiempo.
Mis hombres me iban informando de las zonas que revisaban y aún no habían encontrado nada. Cada vez me encontraba más desesperado por encontrar a Sergio. Pero a la hora y media del mensaje de Andy, volvió a sonar mi teléfono.
-¿Diga? -respondí sin mirar la pantalla y frenando la moto a un costado.
-¿Dónde estáis? -era Lucía y sonaba bastante seria- y no te molestes en inventar una excusa.
Joder. Lo sabía todo.
-Estamos haciendo búsqueda, yo estoy por la zona con la moto -no valía la pena ocultar la verdad.
-Voy para allá -contesto brevemente y sin elevar el tono.
Eso era extraño en ella. Pero eso me dejaba claro que no estaba de buen humor, sino todo lo contrario. Estaba llena de ira y rabia. Pobre él que se cruce en su camino ahora mismo. Realmente estaba temiendo a que viniera hacia aquí.
Enseguida supe que estaba cerca por el rugir de su motor. Además pude ver como casi tira a un ciclista que pasaba por allí. Por lo poco que había tardado en llegar supe que se había saltado todas las normas de tráfico.
Estaciono el auto unos metros por delante de mí y bajo como alma que lleva el diablo hacia mí. En cuestión de segundo la tenía justo frente a mi con el cañón de su pistola presionando en mi abdomen.
-¿¡Pero que haces!? -pregunte alarmado.
-¿Dónde está? -se limito a preguntar sin bajar el arma.
-Baja el arma. Hablemos tranquilamente. No he hecho nada -pedí.
-También me recuerdo que pediste que mantuviera a Andy a salvo y ahí está, sano y salvo. Yo te pedí que cuidaras de Sergio y ¿Dónde está? ¡Lo han secuestrado! -aunque mantenía un tono bajo y amenazador, sabia de sobras que estaba histérica por dentro.
En ese momento vi como Andy bajaba del coche de Lucía. Pero se mantuvo a cierta distancia entendiendo la situación. Me estaba muriendo por dentro por acercarme y estrecharlo entre mis brazos, pero no estaba en condiciones de moverme ahora mismo.
Puse la mano sobre el arma, con cuidado y presioné poco a poco para que apuntara al suelo. Para mi sorpresa Lucía cedió. Cosa que aproveche para estrecharla a ella entre mis brazos.
-Te quiero matar ahora mismo -me amenazo, pero sin moverse.
Entonces sucedió lo ultimo que me esperaba en esta situación. Lucía rompió a llorar. Me di cuenta al notar como sus lagrimas empapaban mi camisa y como comenzó a temblar. Aunque ella no me devolvía el abrazo no la podía ver ya que tenia la cabeza apoyada en mi pecho, mirando hacia el suelo.
Mire a Andy por encima de la cabeza de Lucía. Este simplemente se puso un dedo en los labios, indicándome que no dijera nada.
-Vámonos. Tenemos que encontrarlo -Ordeno Lucía serenándose y apartándose poco a poco de mí. Manteniendo la pistola enfocando el suelo.
-Si, vamos -respondí.
-Déjame la moto a mí. Así tu podrás ir con Andy -me ofreció.
-No creo que lo mejor para ti sea ir sola -comente.
-Se cuidar de mi misma, gracias -respondió algo ofendida- Además Andy esta deseando abrazarte y matarme a mi por haberte abrazado antes de que él pudiera hacerlo.
Esa pequeña broma me hizo sonreír de medio lado. Por lo menos parecía que había recuperado el humor.
-Vale, te dejo la moto. Pero ves con cuidado y no la rayes -dije pasándole las llaves.
-A mí me da igual como llegue el coche siempre que llegue con Sergio -me advirtió dándome las llaves suyas- Pues ya me pongo en marcha. Cualquier cosa me avisáis.
No tardo en subir a la moto y ponerse en marcha. Andy y yo nos quedamos ahí de pie, quietos, hasta que dejamos de ver a Lucía. Entonces me gire lo más rápido que pude y me acerque corriendo a Andy para estrecharlo entre mis brazos.
Nos fundimos en un beso, hambriento y posesivo. Necesitaba este contacto más que cualquier otra cosa. Y había pasado demasiado tiempo sin poder tenerlo. Ahora estaba eufórico por tenerlo a mi lado.
-Espero que todo haya ido bien, hasta ahora -dijo Andy.
-Habéis decidido venir el peor día -bromee- Joder. Que ganas tenia de verte.
-Yo también. Pero tendremos que esperar un poco más. Pongámonos en marcha. Contra antes empecemos antes acabaremos.
Andy tenia razón. Mejor encontrar a Sergio lo antes posible. Así todo podría calmarse.
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La cruel pasión
RomanceBatallar por ser la mejor y esquivando a los de la investigación EME. Lucía Arilla es independiente y tiene las cosas muy claras, lo tenía todo controlado. Es implacable y muy imprevisible. Así que lo último que Lucía podría imaginar era que tuviera...