Capítulo 62

44 3 1
                                    

(Sergio)


Estábamos de vuelta en la mansión y en seguida nos encontramos rodeados por los perros. Que nos saludaban muy emocionados, dando saltos. Pero Lucía se inquietó un poco al ver que solo había dos dobermans.

-¿Koen? ¿Dónde estás chico? -preguntó en alto.

Por suerte no se hizo de rogar y apareció seguido de un dogo enorme.

-¿Y este de dónde ha salido? -pregunte inconscientemente.

-Ese es de Alberto -contestó Lucía mientras saludaba a Koen también.

Entonces Alberto y Andy apareciendo también en el recibidor. Estaban tomados de la mano, ya no escondían que eran pareja, y por sus serias caras no parecía que trajeran buenas noticias.

-Tenemos que hablar -fue lo primero que dijo Alberto, rompiendo el silencio.

-¿Os vais a casar y queréis que sea la dama de honor o que? No pienso prestaros a Sergio para que haga de stripper en la despedida de soltero -bromeo Lucía para quitarle seriedad al momento- Vamos al salón, estaremos más cómodos.

Primero entró Lucía, Alberto y Andy le siguieron aun unidos de las manos.

-Pasa, Sergio -me pidió Lucía al ver que yo dudaba si era buena idea que yo estuviera presente o no en esa conversación.

Tenía mis reservas sobre si pasar o no al salón pero no me pasó desapercibida la cara de Alberto, que casi suplicaba que estuviera presente. Pero Lucía no me dio más tiempo de pensarlo, ya que me agarró del brazo y me hizo pasar junto a ella.

Nos acomodamos en el sofá y Alberto en la butaca con Andy en el reposabrazos. Parecía la típica escena de amigos de toda la vida que se ha reunido para pasar el rato. Pero nada más alejado de la realidad.

-¿Qué ocurre? -preguntó Lucía con curiosidad.

-Nos vamos a mudar lejos -respondió Alberto sin ningún tipo de preámbulo- No nos sentimos cómodos con la situación actual.

No creo que a Lucía le pasara por alto el codazo que Andy le propinó a Alberto por haber dicho eso así de brusco.

-Ya veo -contestó Lucía- ¿Y cuales son vuestros planes?

Respondió con tanta calma que por unos segundos casi logra engañarme. Su mano derecha apretada en un puño, clavándose las uñas en su palma.

Sutilmente le agarre la mano y entrelacé los dedos. Solo quería que notara que yo estaba allí para ella. Porque si a mi, en lo personal, ya me había impactado mucho la noticia, no me podía ni imaginar como lo estaría pasando Lucía es estos momentos.

-Aun lo estamos mirando, pero lo más seguro es que monte una empresa de seguridad con Andy -contestó Alberto manteniendo una calma extraña en él.

-¿Acaso no te pago lo suficiente? -preguntó Lucía confusa.

-No se trata de eso -intervino Andy- lo que ocurre es que no me siento ni cómodo ni seguro con Kain de vuelta por las calles.

-Os dedicáis a la seguridad ¿Como que no te sientes seguro?

-Todos sabemos de lo que es capaz Kain. Puede que ahora tengas un pacto con él, pero sigo sin creer en él. Perdona que te lo hayamos dicho de esta manera tan brusca.

-No entiendo la visita si ya lo teníais todo planeado ¿O acaso queréis que os compre los putos billetes también? Va ¿Cuanto es? Dime -Estaba comenzando a cabrearse. Me soltó la mano de lo nerviosa que se había puesto.

-No es eso... -comenzó a decir Alberto antes de que Lucía le interrumpiera.

-¿Que no es eso? ¿Entonces para que habéis venido? ¿Queréis mi bendición? no recuerdo haber tratado mal a ninguno de los dos. Vale que me lleve secuestrado a Andy a un zulo en mitad de la nada, pero no lo maltrate. Estuvo bajo las mismas condiciones que yo. Y tú Alberto, todo este tiempo ¿Que ha sido, una pérdida de tiempo? podrías haberte largado antes, no te he mantenido atado a mi jamas. ¡Ahí esta la puerta, largaros joder! -fue elevando el tono e incluso se levantó del sofá por la impotencia mientras señalaba la puerta.

Me puse en pie, para abrazarla, pero Alberto fue más rápido. Mantuvo a Lucía entre sus brazos aun cuando ella se revolvió para que le soltase. Tampoco utilizó toda la fuerza y comenzó a llorar en su pecho. Alberto le dio un beso en el pelo y frotó su espalda para confortarla. Ambos sabían que lo que había dicho Lucía solo había sido por los nervios, que no lo pensaba realmente.

No se esperaba esa conversación y ha preferido intentar herir con palabras que aceptar los hechos, se pensaba que así dolería menos. Pero no era así.

-No creo que lo tenga que decir pero sabes que te quiero mucho, que todo el tiempo que he pasado a tu lado no ha sido ninguna pérdida de tiempo. Por supuesto esto no es un adiós, es un hasta otra. Siempre serás bienvenida allí donde nos instalemos y nosotros también pasaremos por aquí de visita. Te voy a echar mucho en falta.

-Pero sigo sin entender porque os vais así de golpe -se quejo sin levantar la cabeza.

-Quiero formar un hogar con Andy -dijo separando poco a poco a Lucía de sí, para poder mirarla a la cara mientras Andy se acercaba al lado de él- Para eso necesito que ambos estemos bien. Además tu ahora tienes a Sergio.

Me acerqué agarrando a Lucía de la cintura. Acercándome por su espalda. Ella se apoyó en mi pecho. Mirando a la parejita, ahora más calmada.

-Al final Andy me ha robado a un hombre -dijo intentando bromear- fuera bromas. Yo también te echaré de menos, a los dos. En serio lo digo.

Andy se acercó a abrazar a Lucía y nos acabamos fundiendo los cuatro en un abrazo grupal.

-Una cosa más -dijo Alberto- Espero que cuides bien de Lucía. Si me llego a enterar de que ha llorado por tu culpa, te arranco los huevos. Se que parece una chica fuerte, y lo es, pero ya ha pasado por suficiente. Además parece tener un imán para meterse en problemas y con lo impulsiva que es seguro que no te lo pondrá fácil. Pero no puedo poner en duda que te ama.

La cruel pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora