"Pero la miro y me acuerdo de ti, no sé cómo explicarte lo que sentí."
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19 de Febrero, 2023. Londres, Inglaterra.
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—¿De qué te reís? ¿De qué te reís? —La risa de Enzo llenó los oídos de Agostina, seguido de los sonidos de besos que salían de su celular en el vídeo que había subido Valentina a sus historias de Instagram.
La paternidad era algo que ella siempre había creído que le quedaría bien a Enzo, lo había visto con su pequeño hermano cuando Enzo llegaba a visitarla y el pequeño lo único que quería era jugar al fútbol con su novio y él no podía negarse a cumplirle los caprichos, lo había visto cuando mimaba a sus sobrinos o sus pequeños primos y lo había terminado de confirmar el día que vió la foto del nacimiento de Olivia. Enzo es y sería el mejor papá del mundo y de eso no le cabía duda alguna.
Solo que jamás se espero que fuera con una persona que no era ella. Y Valentina sabía aprovecharse de eso.
La noche anterior había vuelto del baño minutos después, con una cara de orto indisimulable y esa mirada asesina con la que se dedico a mirarla a ella y a su novio el resto de la noche. No había recibido más que un mensaje a la madrugada de parte de Enzo avisándole que no sabía cuando podría verla debido a que esa semana de descanso no tendría excusas para ausentarse de su casa, además de que Valentina le había hecho un quilombo gigante apenas habían llegado a casa por el pequeño incidente en la cena con el plantel. Nada que a Agostina le interesara. Pero si le comenzaban a joder las historias de Valentina recordándole que Enzo tenía una familia con ella, porque sabía que lo había subido por eso y solo para eso.
Pero a Agostina nada la detenía de demostrarle que ella también podía tenerlo cuando quisiera.
Tomó su celular y abrió el chat de Enzo, dando con solo el mensaje que le había mandado en la madrugada y que ella había dejado en visto. Escribió y borró un par de mensajes inevitablemente, una parte de ella deseaba pedirle estar unas horas a su lado después de casi cinco días sin estar juntos como se debía, pero otra parte de ella sabía que no se podía permitir verse desesperada, después de todo no lo necesitaba más.
—Amor. —La voz de João a sus espaldas la obligó a apagar su celular, dejándolo a un lado rápidamente. —¿Todo bien? —Se acercó, dejando su plato de almuerzo frente a ella.
—Sí, mi vida, estaba hablando con la empresa para tomarme estos días con vos. —Mintió, o bueno no del todo. Estos días de descanso se los quería tomar con él, ya que después de todo, la temporada comenzaría aún más intensa.
Sus planes fueron tema de conversación durante todo el almuerzo, el a donde irían estos días, que harían y cuando lo harían. También pasarían algunos días separados, la mamá de Agostina viajaría a Londres unos días y ella prefería pasar tiempo con su mamá que con João, y afortunadamente lo entendía; su mamá la visitaba pocas veces al año debido a lo mucho que había podido crecer su cadena de estéticas gracias a su hija y el tiempo que tuvieran juntas lo debían de aprovechar.
