DIABLA. | ENZO FERNÁNDEZ.

025.

19 de Marzo, 2023.
Buenos Aires, Argentina.

ENZO.

Todo era un desastre.

Llevaba días peleado con Valentina, cada momento que tenía para dirigirme la palabra lo hacía solo para recordarme mis cagadas y lo desconfiada que estaba con respecto a una posible infidelidad de mi parte con Agostina. Totalmente correcto pero yo pensaba negarlo absolutamente todo.

Valentina podía perdonarme cualquier cosa, pero que esté con Agostina no y era más que predescible.

También estaba peleado con cierta modelo. Agostina se había molestado por haberme ido tan temprano del apartamento y fue incluso peor cuando se enteró la razón. Había viajado a Argentina y debido a que tuve que cancelar la mayor parte de las reservaciones, se quedó en casa de su mamá. Pero lo que le molestaba no era que haya tenido que cancelar todo, sino que lo hice por culpa de Valentina. Y ciertamente la entendía, porque yo también me hubiera enojado.

Habíamos aterrizado hace una hora y yo no había perdido el tiempo en escribirle para hacerle saber, fallando al esperar una respuesta suya y recibir un visto igual de grande que mis ganas de volver a verla. La puta madre.

campeones del mundooo🥳

rodri
eh loco, q saleee

licha
yo estoy re muerto amigo
una siesta sale

cuti
dale cagon
les pinta una jodita mañana??

de unaaa

leandro
naa amigo
yo hoy no puedo vayan ustedes

nahuel
y si estamos diciendo de ir mañana boludo🤌🤌

gonza
RE PERDIDO ESTABA

rodri
debe andar con una estee JAJAJJA

ota

disfruta por los que no podemos

juli
JAJAJA re de la correa estaba
Visto, 20:48pm.

+20 mensajes sin leer de campeones del mundooo🥳

Llegaba a estar con Agostina y se le iba a pudrir al pelotudo ese.

Tomé mi celular esta vez para marcar el número de Agostina, levantándome del sillón donde estaba con Olivia e ignorando completamente los llamados de atención de Valentina.

—¡Enzo! —Fue lo último que escuché antes de dar un portazo.

—¿Amor? —Su voz adormilada me hizo estremecer, suspirando de tan solo imaginarme lo que sería estar ahí con ella.

—No me contestaste. —Declaré, caminando por el patio con toda la inquietud que el tema me causaba. —¿Con quién estás?

—Con Lu, tomamos la siesta y se nos pasó la hora. —Susurró, en lo que parecía salir del lugar en lo que se encontraba. —¿Pasó algo?

—¿Te parece a vos? —Chasqueé mi lengua. No podía evitar estar de mal humor de tan solo pensar que podía estar con el otro.

—Estás enojado. —Se escuchó más como una afirmación que como pregunta. —¿Qué te pasa ahora? —Escuché una puerta cerrarse.