DIABLA. | ENZO FERNÁNDEZ.

029.

"Necio porque tienes dueño y yo soy un loco hablando con reflejos que no están."

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24 de Marzo, 2023.
Buenos Aires, Argentina.

Últimas horas de Agostina en Argentina.

Apenas terminó el partido fue directo a su casa, con el plan de armar su valija y distraer su mente de todo evento que estuviera sucediendo en el Monumental. Porque sí, era una fiesta, pero en familia y ella no pertenecía a ninguna.

Por alguna razón no podía soportar ver a Enzo en familia, bailando con Valentina el cuarteto que sonaba de fondo, dándole brazo a su hija y riendo con sus compañeros de selección, festejando de su más grande logro y del que estaba claro, ella no era parte. Nisiquiera le había mandado un mensaje para saber si estaba cómoda, si la estaba pasando bien o si necesitaba algo, y era lo que más le molestaba. Tampoco podía evitar compararlo con Leandro, después de todo él si se había molestado en buscarla y le había mandado mensaje apenas tuvo la oportunidad.

Pero Leandro no le interesaba como Enzo.

Se sentó tras terminar la valija y suspiró, terminando su copa de vino para dejarse descansar contra el sillón, abriendo su celular tras ver la pantalla encenderse.

—Como você se saiu na partida? —La voz de João invadió sus oídos tras reproducir la nota de voz que le había enviado. —Sinto muita saudade de você.

Su sonrisa apareció de inmediato, algo que no había sucedido genuinamente hasta el momento.

—Me fue bien, amor. —Suspiró, cerrando sus ojos mientras grababa aquel audio. —Yo también te extraño, ya te quiero ver. —Relamió sus labios, pensando en aquel morocho. —No te pienso soltar apenas llegue, sabelo.

Soltó su celular y su mirada se desvió, inconscientemente parando sobre las flores que descansaban en la mesa. No había podido comprar algún florero para dejarlas pero tampoco hacía falta, después de todo en horas estaría en Londres. Se levantó de su lugar y se dirigió hasta ellas, sonriendo inconscientemente al ver la tarjeta que sobresalía del envoltorio.

"El tiempo me podrá faltar para volver a tenerte conmigo, pero siempre me sobrara para amarte.

Enzo."

Chasqueó su lengua y revisó su celular una vez más. Dos de la mañana y aún ningún mensaje de su parte. Nisiquiera sabía que tanto esperaba si debía estar con su mujer en su casa. Sirvió una copa más de vino y se decidió por poner algo de música en su celular, aún no tenía sueño y era una manera de seguir distrayendo su cabeza. Algo de reggaeton viejo de fondo, su copa de vino y ella; no necesitaba a nadie más.

No pasaron menos de diez minutos para que su pequeña fiesta fuera interrumpida por el sonido del timbre, extraño para ser las horas de la madrugada. Tan solo deseaba que no fuera algún vecino porque el volumen estaba lo suficientemente bajo como para ser considerado un escándalo.

—¿No dormís vos? —La mirada del peliblanco frente a ella la hizo helarse, completamente sorprendida de tenerlo enfrente.

—¿Qué hacés acá vos? —Frunció el ceño, haciéndose a un lado para dejarlo pasar. No entendía nada. —¿No tenés que estar festejando vos?

Más vale que se había enterado de las fiestas de la selección para festejar.

—Prefiero estar con vos, hermosa. —Se acercó a ella, con la intención de dejar un beso en sus labios, siendo rechazado al instante. —Ah, estás celosa. —Le sacó la ficha, sonriendo rápidamente. Como le gustaba verla así.