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"Ella es una diabla, me ve, me besa, después no me habla, ando perdido por culpa de esa diabla. "

°°°

13 de Febrero, 2023.
Londres, Inglaterra.

Habían pasado tres días desde la última vez que había visto a Enzo. Y no, no era su culpa.

Los últimos días no contesté sus mensajes,  nisiquiera después de irme de su casa. Tampoco quería hacerlo, sentía que estaba tomando mucha seguridad y confianza sobre nuestra "relación" y estaba más que confiado de tenerme cuando él quisiera. Y no era así. Por eso me había encargado de pasar este tiempo con João, quien me había acompañado mas que encantado a mis sesiones, desfiles y eventos cada que tenía tiempo y me hizo darme cuenta una vez más del por qué para mi era él sobre todo el resto.

Hoy el Chelsea jugaba contra el West Ham y me había pedido que asistiera al partido a verlo, lo cual no pude negarme, me divertía asistir al estadio a acompañarlo y después ver la cantidad de notas que hacían con respecto a mi presencia. No podía negar que me gustaba la atención. Apenas llegué tomé una copa de vino como cada vez que asistía y salí por el palco, saludando a cada una de las botineras que se me acercaban; todas se llevaban bien conmigo e incluso si no hablábamos siempre se acercaban a saludarme con la mejor, excluyendo a cierta morocha que se veía totalmente fuera de la situación.

Valentina se encontraba sentada en una esquina con su hija, mirando fija y atentamente como saludaba a todas y finalmente me quedaba charlando con Sophia como siempre, se le veía perdida y fuera de lugar, nadie la conocía y si ella no pensaba integrarse o comenzar a socializar, nadie la incluiría. Pero Valentina estaba más acostumbrada a que se le acerquen a ella acercarse, por eso mi presencia le inquietaba, conmigo cerca nadie le prestaría atención y era algo que sabía desde chica, lo que muy probablemente había sido la razón número uno del por qué nuestra relación terminó. Y ahora que me daba cuenta, no pensaba desperdiciarlo.

Chicas. —Me levanté de mi lugar para mirarlas a todas. —Ella es Valentina, es la novia de Enzo y una vieja amiga. —La presenté con esa sonrisa falsa que solo me salía cuando de ella se trataba. —Bienvenida. —Me giré a ella esta vez hablando en español, encontrándome con ese semblante perplejo ante lo que acababa de hacer. Sin embargo, no tardo nada en devolverme la hipócrita sonrisa y comenzar a agradecerle a las chicas que se acercaban a darle la bienvenida. No me podía caer peor.

Y definitivamente me incentivaba a seguir mandándome las mías, ya que no tarde nada en mandarle mensaje a Enzo.

enzo

termina el partido y me voy con vos
no se como vas a hacer
te espero en el auto

ah estas en pedo
me ignoras 3 días y ahora haces lo que se te canta???

no se que te sorprende
vamos a mi casa a almorzar
Visto, 10:43am.

No íbamos a almorzar, eso seguro. Sabía de sobra que a Enzo le bastaba que yo le pidiera algo para correr a cumplirlo y mucho más si se lo exigía, no le importaba dejar tirada a Valentina y se notaba. Seguía siendo el mismo Enzo.

Tomé un largo trago de mi vino y finalmente tras unos minutos comenzó el partido. El equipo venía de por si con una mala racha en esta temporada y todo parecía querer cambiar ante un repentino gol de João, quien inmediatamente buscó el palco y me señaló, haciéndome sonreír en grande al darme cuenta de su dedicación, pero todo cambió cuando me encontré con la sonrisa pícara de Enzo, quien había sido encargado de darle la asistencia y me podía imaginar lo que pasaba por su mente. Mi mirada se encontró con la de Valentina y no pude evitar volver a sonreír genuinamente, sabiendo de sobra lo que debía estar ardiendo de la bronca por dentro.

DIABLA. | ENZO FERNÁNDEZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora