"Lo que no te gusta con él, lo convierto en tu cosa favorita."
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2 de Marzo, 2023.
Londres, Inglaterra.ENZO.
Mi mano se deslizó desde arriba hacia abajo por su espalda, disfrutando de ese momento de intimidad que tanto me hacía falta vivir a diario a su lado. Podía sentir sus uñas dibujando garabatos sobre mi abdomen desnudo, en lo que su respiración tranquila acompañaba su manera de hacerme sentir en paz. Completamente suyo. Si había algo que había extrañado de tenerla a mi lado era esto, saber que teníamos esa suficiente comodidad para estar en silencio con el otro, sin decir una palabra y sin necesidad de hacerlo. Simplemente nosotros en esas cuatro paredes y con nuestra compañía.
Por más de que deseara meterme en su cabeza, saber lo que estaba pensando, quería transmitirle esa seguridad para que pueda volver a confiar, porque todo esto se resumía a una sola cosa. Volver a tener su confianza.
—¿No tendrías que estar en tu casa vos? —Susurró para no romper el silencio tan abruptamente, preguntando con esa vulnerabilidad que ya casi no solía escuchar en ella.
—No me quiero ir. —Admití, aún con mi mirada fija en el techo. —Cuando estoy con vos me siento en una nube. —Dejé salir una risa ante lo cursi que aquello había sonado. Con cualquier otra persona nisiquiera me hubiera atrevido a decirlo. —Me siento en un sueño del que no quiero despertar nunca. —Suspiré, sintiendo como se acercaba aún más a mi cuerpo, en silencio.
En cualquiera otro momento, se hubiera levantado y me hubiera sacado de mi burbuja.
—¿Tu hija? —Detuvo sus caricias, moviéndose a penas para elevar su mirada y unirla con la mía. La primera vez que no sacaba a Valentina primero en una conversación de este estilo.
—La voy a ver más tarde. —Relamí mis labios, viendo como asentía y volvía a recostarse en mi pecho. Dios, no quería moverme nunca.
—¿Posta peleaste con Valentina? —Preguntó, algo cuidadosa de hacer la pregunta.
—No paró de reclamarme boludeces desde que subí al auto, necesitaba un respiro. —La sentí asentir una vez más en silencio. Ya era extraño que no saliera a decirme que yo lo había elegido y tenía que bancarmelo.
Se removió en su lugar, girándose para verme mejor. Podría hacérselo mil veces y seguiría viéndose hermosa, con sus cabellos desordenados y su expresión cansada, pero con esos ojos verdes por los que moría y esa boquita que me volvía loco. Ella me volvía loco.
—¿Vas a volver a irte este mes? —Preguntó, por cuarta vez, haciéndome sonreír un poco ante su curiosidad. Solo necesitaba de su atención para sentirme así.
Negué con la cabeza, bajando mis caricias a su espalda baja. —Solo a Argentina, tenemos el partido con Panamá.
—¿Puedo... —Pareció volver a preguntar, más se arrepintió a mitad. —Olvídate. —Negó, recostándose en mi pecho para desviar su mirada de la mía.
—¿Qué? —Pregunté risueño. Dios, que linda que era.
—No, nada. —Negó otra vez, escondiéndose esta vez en el hueco de mi cuello. Ahora su respiración me hacía cosquillas.
—Dale, boba, decime. —Reí, escuchándola reír también ante la tontería de la situación.
—¿Puedo ir con vos? —Murmuró, elevando su mirada una vez más. ¿Cómo le decía que no?
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DIABLA. | ENZO FERNÁNDEZ.
Fanfiction"Perdí, jugué con una diabla que es experta en esos juegos del amor y perdí." +18, Contenido explícito. Enzo Fernandez, OC.