021.

5.8K 366 52
                                    

"Dame una razón para seguir como un loco detrás de ti. "

°°°

24 de Febrero, 2023.
Londres, Inglaterra.

Enzo miraba de un lado a otro la situación frente a él, sus compañeros de plantel reían mientras jugaban al ping pong en la sala de estar del apartamento de João pero él no podía dejar de pensar una y otra vez en esos ojos verdes que lo volvían loco.

Y no hablaba de Agostina, sino de Valentina. Había escuchado toda clase de reclamos durante días volviéndolo loco, y con toda la razón aunque no lo quisiera admitir. Su ausencia en la casa se notaba muchísimo e incluso si al principio ponía excusas para no estar, últimamente no se molestaba en crear alguna para zafar de los planteos que le hacía su mujer, simplemente desaparecía toda la noche y aparecía en la madrugada. Valentina nunca le había hecho un planteo nisiquiera sabiendo los cuernos que tenía, pero tan solo de pensar que podía estar con Agostina se ponía histérica.

Cosa que era cierto, pero ella no tenía por qué enterarse.

¿Tudo bem? —El acento portugués de su amigo lo hizo salir de sus pensamientos, dedicándole una sonrisa forzosa.

—Sí, pa, todo bien. —Suspiró, bajando su mirada hasta su lata de cerveza para agarrarla y tomar de ella. —¿Vos?

—Y... —Alargó la letra con una mueca, sentándose a su lado en el sillón. —Me peleé con Agostina ayer, pero creo que estamos bien.

—¿Si? —Rió suavemente el argentino, girando a mirarlo. Obviamente lo sabía. —¿Cómo van a estar bien si pelearon, boludo?

—Se enojó porque salí con los chicos ayer. —Los señaló, tomando de su cerveza para girar a mirarlo. —Pero ya sabes, siempre se encuentra la manera de contentarlas. —Le guiñó un ojo burlón, haciendo a Enzo sonreír por compromiso.

Como le rompería la cara a trompadas.

—Claro, claro... —Se recostó mejor contra el sillón.

—¿Tú cuando vienes con nosotros al club? —Preguntó, recordando que la última vez que habían salido juntos fue cuando recién entraba al Chelsea. —Hay unas meninas... Uf. —Mordió su labio inferior. Enzo rió.

—No creo que vaya, rey. —Negó el morocho, viendo como James parecía pelearse con Silva por el puntaje. —Ya sabés, la jermu.

—¿No te deja salir? —Burló el delantero, haciendo a Enzo elevar una ceja en su dirección.

—Vos te peleaste con Agus por eso, ¿o no?

—Agos. —Lo corrigió. Como si no lo supiera perfectamente. —Y sí, pero bueno, una "boludes" como dicen ustedes. —Chasqueó su lengua, tomando de su cerveza.

Tras segundos de silencio, Enzo tomó su celular. —Voy a comprar más cosas, ¿necesitás algo vos?

—No, tranquilo, ahí están las llaves. —Le señaló, levantándose para acercarse al resto de los chicos.

Salió del edificio sin más, necesitaba pensar un poco que hacer con toda esta situación porque todo lo estaba matando por dentro.

No soportaba saber que Agostina estaba con João, que se hablaba con Leandro o si se veía con anda a saber cuantos más. Su mente se castigaba tan solo pensando en eso desde que se había enterado y le jodía todavía más saber que no podía hacer nada.

Y encima tenía un dolor de cabeza más. Valentina. Cuando aceptó finalmente que no volvería más con Agostina, también había aceptado que nada de lo que tuviera le daría la felicidad que ella le brindaba tan solo de estar presente en su vida, por lo que estar con Valentina era mejor que nada y dejarse manipular por ella no sonaba tan mal. Hasta que tuvo la noticia de que sería papá.

DIABLA. | ENZO FERNÁNDEZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora