Wow

1.8K 57 27
                                    

Abril, año 2020

——Hola samy — La vió bajar las escaleras en pijama — mhm...—tallo sus ojos acostandose en el sillon recargando su cabeza en las piernas del chico — ¿Dormiste? — la rubia se quedo dormida en un par de segundos.

—Eso es un no — susurro el pelinegro acariciando su cabello y dando un beso en su mejilla — felix, no dejes que duerma tanto, tiene exámen mas al rato y si no lo presenta o llega tarde puede reprobar — dijo preocupada — Ah, si, yo la despierto, estamos igual, los dos tenemos exámenes —¿Dormiste felix?—.

—si, desde ayer estoy estudiando asi que no me tuve que preocupar mucho —Que bueno felix, enseñale a ser asi, probablemente y mejore — Si...— rió incomodo, los comentarios algo pasivo agresivo de la madre de la rubia eran algo incomodos.

Minutos despues.

—Lix...—Dime — te amo mucho — yo mas samy — sus ojos cansados y las bolsas oscuras y marcadas debajo de sus lindos ojos cafes lo deprimían.

La clausura temporal del los edificios de departamento de felix por el virus suelto hizo que este tuviera que buscar un lugar para vivir temporalmente, por lo tanto vivirá un poco de tiempo con su pareja y sus padres los cuales le abrieron las puertas al instante.

— Samy, duerme un poco, te ves muy cansada — dijo al ver sus ojos cansados y ver a la rubia reincorporarse y voltearse a verlo — No tengo sueño — bostezo.

—Wow, esfuérzate un poco mas linda — la risa cansada de la samantha hizo que le dieran ganas de llorar, llevaba dias sintiendose asi, casi nada podia animarla, una notoria sonrisa se dibujaba en sus labios cada vez que estaba con el o con chipo.

—¡Hola cabrón! — una sonrisa se dibujo en sus labios al ver al chihuahua bajar las escaleras lentamente.

el perfil de la rubia era perfecto, sus ojos brillaban y emanaban algo de alegria en su tristeza, escuchar a la chica llorar lo derrumbaba por completo mucho mas el no poder hacer nada para ayudarla, un ser muy querido para ella estaba en el hospital y eso le dolia.

No podia ayudar mucho pero estaba ahí para ella, su ansiedad habia aumentado, ella era una persona que salia demaciado,en cierto punto le ayudo que se quedara un tiempo con ellos, el pasar tanto tiempo juntos la hacia sentir tranquila aunque no le hubiera gustado que fuera de esa manera.

Su actitud vagante casi siempre que le preguntaba cosas al respecto lo estresaba, tenia que tenerle paciencia, el no entendía lo que estaba pasando, no se comportaba grosera pero todo el tiempo estaba triste, solia ser bastante hiperactiva y coqueta cuando estaba con el, casi siempre pasaban  tiempo a solas de esa manera, ahora solo permanecían en silencio, la pandemia si llego a perjudicar un poco su relacion.

Ciertamente su actitud había mejorado demaciado.

— Samy, ¿Te puedo dar un beso? — ¿Hmm? — su mirada perdida se centro en los ojos del pelinegro notando su inseguridad ante su respuesta.

—¿Por que la pregunta? Sabes que me encanta que me beses desprevenida— una sonrisa en sus labios se dibujo de manera sincera haciendo que este se estremeciera—Siento que lo vas a negar—no, para nada lix — frunció el seño, el pelinegro sintió arruinar su sonrisa, la cual hace mucho no veía —olvídalo, perdón— el pelinegro sonrió fingidamente y la acercó a el a lo que la rubia solo guardo silenció admirando sus labios.

Un dulce beso interrumpió sus respiraciones nerviosas, aquel beso se volvió posesivo, felix recostó a samantha en el sillon ligeramente apoyándose en uno de sus brazos mientras que con el otro acariciaba su cintura.

Desde hace mucho no tenian ese tipo de rozes, ambos se extrañaban, el tacto de su piel y sus interacciones dulces.

La rubia rodeo su cuello con sus manos temblorosas, estaba nerviosa dejando pasar la lengua del chico gustosa.

Que quede entre nosotros | Riverduccion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora