El día que salieron de Tarnag, Eragon hizo el esfuerzo de aprenderse el
nombre de todos los guardias de Ûndin. Se llamaban Ama, Tríhga, Hedin,
Ekksvar, Shrrgnien -que a Eragon le parecía impronunciable, aunque le
contaron que significaba Corazón de Lobo-, Dûthmér y Thorv.
Cada balsa tenía una pequeña cabina en el centro. Eragon prefería pasar el
tiempo sentado al borde de los troncos, viendo pasar las Beor. Las grajillas y
algún martín pescador revoloteaban a lo largo del claro río, mientras que las
garzas azuladas se quedaban quietas sobre sus zancos en las orillas pantanosas,
tachonadas por las lanzas de luz que se colaban entre los bosquecillos de
avellanos, hayas y sauces. De vez en cuando, una rana toro croaba desde un
brote de helechos.
Cuando Orik se sentó a su lado, Eragon dijo:
-Qué bonito.
-Eso sí.
El enano encendió tranquilamente su pipa y luego se recostó y soltó una
bocanada.
Eragon escuchó los crujidos de la madera y las cuerdas mientras Tríhga
dirigía la balsa con el largo remo de popa.
-Orik, ¿me puedes contar por qué Brom se unió a los vardenos? Sé tan
pocas cosas de él... Durante la mayor parte de mi vida, sólo fue el cuentacuentos
del pueblo.
-Nunca se unió a los vardenos; sólo ayudó a fundarlos. -Orik se detuvo
para tirar un poco de ceniza al río-. Cuando Galbatorix se convirtió en rey,
Brom era el único Jinete que quedaba vivo, aparte de los Apóstatas.
-Pero no era un Jinete, ya no. Habían matado a su dragón en la batalla de
Doru Araeba.
-Bueno, tenía la formación de un Jinete. Brom fue el primero que
organizó a los amigos y aliados de los Jinetes, que se habían visto obligados a
exiliarse. Fue él quien convenció a Hrothgar para que permitiera a los vardenos
vivir en Farthen Dûr, y quien obtuvo la ayuda de los elfos.
Guardaron silencio un rato.
-¿Por qué renunció Brom al liderazgo? -preguntó Eragon.
Orik sonrió con ironía.
-Tal vez nunca lo quiso. Eso fue antes de que Hrothgar me adoptara, así
que yo no sé mucho de la vida de Brom en Tronjheim. Siempre estaba en algún
otro lugar, luchando con los Apóstatas o liado en cualquier conspiración.
-¿Tus padres están muertos?
-Sí. Se los llevó la viruela cuando era joven; Hrothgar tuvo la bondad de
acogerme en su salón y, como no tiene hijos, me nombró su heredero.
Eragon pensó en su yelmo, marcado con el símbolo del Ingeitum.