El silencio pesaba en el aire, una sombra que envolvía a Aida mientras deambulaba por la casa vacía que antes resonaba con risas y complicidad. Las fotografías en las paredes parecían testigos mudos de un pasado que ahora yacía roto entre ruinas emocionales.
Aida, al borde de las lágrimas, marcó el número de Lucía. El tono de llamada parecía una eternidad antes de que finalmente, una voz tensa contestara.
Aida: Lucía, por favor, necesitamos hablar. No puedo soportar esto.
Lucía: (con frialdad) No hay nada más que decir, Aida. Necesito espacio.
Aida: (con desesperación) Pero, Lucía, las imágenes son falsas, te lo juro. Todo esto es un juego sucio de la agencia.
Lucía: (cansada) ¿Cómo puedo saber qué creer?
Aida: Porque me conoces, Lucía. Hemos pasado por todo juntas. ¿No significamos nada la una para la otra?
Lucía: (suspirando) No sé qué pensar, Aida. La confianza se rompió.
Aida: (con lágrimas en los ojos) ¿Y nosotros? ¿No vale la pena luchar por lo que teníamos?
Lucía: (pausa) No puedo seguir así. Necesito tiempo lejos para pensar. Adiós, Aida.
La llamada se cortó, dejando a Aida con el teléfono en la mano y el corazón desgarrado. La realidad de la separación golpeó con fuerza, y las lágrimas que había estado conteniendo finalmente brotaron. El eco de un adiós resonó en la habitación vacía.
Días se convirtieron en semanas, y la ausencia de Lucía se convirtió en un agujero negro en la vida de Aida. Cada rincón de su hogar estaba impregnado de recuerdos compartidos y promesas rotas. La batalla contra los rumores y la campaña de desprestigio parecía imposible de ganar.
Aida, ahogada en la tristeza, encontró consuelo en compartir su historia en las redes sociales. Abrió su corazón a los seguidores, revelando la verdad detrás de las imágenes manipuladas y la devastación que habían causado. El apoyo de sus seguidores comenzó a surgir como un rayo de luz en la oscuridad.
En un intento desesperado de reconstruir su vida, Aida se refugió en la compañía y calidez de su familia, ya que sus "amigos" le dejaron de hablar por hacer sufrir a Lucía. Sin embargo, el eco de la pelea y la partida de Lucía persistía, y Aida se sentía perdida, sin rumbo.
Una tarde, mientras Aida miraba álbumes de fotos en su telefono , su madre se acercó con preocupación.
Madre (Anita): Aida, cariño, sé que estás sufriendo, pero no puedes quedarte atrapada en este dolor para siempre. ¿Has considerado buscar ayuda profesional o hablar con alguien de confianza?
Aida: (suspirando) No sé, mamá. Siento que todo se desmoronó, y no sé por dónde empezar a reconstruir.
Madre(Anita): La vida puede ser complicada, pero no estás sola. Tal vez sea hora de dar un paso hacia adelante. No dejes que esta tormenta te consuma por completo.
Aida asintió con la cabeza, agradeciendo las palabras de su madre. La oscuridad seguía presente, pero la semilla de la esperanza comenzaba a germinar en el corazón de Aida.
gracias por seguir leyendo a pesar de todo
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El Torneo De Nuestro Destino (AILU)
FanficEs mi primera creación... Espero que les guste tanto como me esta gustando a mi escribir este fic. Esto no lo hice sola. Somos dos escribiendo, creando y dándole sentido.