Capítulo 63: Un Amor Renacido

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El bosque australiano envolvía la cabaña en una paz incomparable. Aida y Lucía se encontraban en un rincón aislado de la naturaleza, donde los susurros de los árboles y el canto de los pájaros creaban una sinfonía única. La cabaña era acogedora y rústica, con grandes ventanas que permitían la entrada de la luz del sol y ofrecían una vista impresionante del bosque.

Después del dramático incidente en el torneo de tenis, Aida y Lucía habían decidido pasar el resto del fin de semana en la cabaña. Estaban solas en este paraíso natural, con el tiempo para explorar sus sentimientos y disfrutar de la compañía del otro.

Aida había estado sintiendo un remolino de emociones desde su llegada a Australia, y había decidido enfrentar la verdad de lo que sentía por Lucía. Mientras ambas se encontraban en la cabaña, rodeadas por la majestuosidad del bosque, Aida finalmente decidió abrir su corazón.

La tarde caía suavemente sobre la cabaña, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados. Aida y Lucía se sentaron juntas en el sofá junto a la chimenea, el crepitar del fuego llenando la habitación de calidez. Con la mirada fija en el fuego, Aida tomó la mano de Lucía con ternura.

Lu, este fin de semana me ha demostrado lo que siento por ti. Desde que llegué a Australia, no he dejado de pensar en ti, en nosotros, en todo lo que compartimos. Cada día, cada momento, cada recuerdo... he estado recordando todo y sintiendo que te amo más de lo que nunca imaginé.

Lucía la miró con los ojos llenos de emoción y amor. Aidii, yo también he estado pensando en nosotros, en todo lo que compartimos y en lo que sentimos el uno por el otro. La distancia y los desafíos han hecho que me dé cuenta de lo profundo que es mi amor por ti. No importa lo que venga, quiero estar a tu lado y luchar por nosotros.

Aida sonrió, con lágrimas de felicidad en los ojos. Lu, aquí, en medio de este hermoso bosque australiano, quiero que sepas cuánto te amo. Eres mi refugio, mi amor y mi futuro. Quiero estar contigo, no importa a dónde nos lleve la vida.

Lucía se acercó a Aida y la besó con suavidad, un beso lleno de amor y promesas. Sus labios se encontraron en una danza apasionada, sellando su compromiso el uno al otro. El bosque a su alrededor parecía cobrar vida, celebrando su amor.

En medio del crepitar del fuego y el entorno mágico de la cabaña, Aida y Lucía compartieron momentos íntimos y románticos. Cada caricia, cada beso, cada palabra susurrada al oído fortalecía su conexión y renovaba su amor. En ese rincón aislado de la naturaleza, se dieron cuenta de que su amor era indestructible, y estaban dispuestas a enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara.

El bosque australiano, testigo de su amor renacido, les brindó un refugio donde pudieron explorar sus sentimientos y construir un nuevo comienzo. La historia de Aida y Lucía seguía siendo un torbellino de emociones y desafíos, pero su amor demostraba ser inquebrantable.

El Torneo De Nuestro Destino (AILU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora