Prólogo

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Choi Seungcheol es un cachorro que no conoce el calor de una familia. Que no conoce el amor de un padre ni de una madre. Creció solo en su gran casa, siendo cuidado por su niñera y pocas veces por su padre Omega.

Tenía un mejor amigo, un año menor que él, era hijo del mejor amigo de su madre Alfa. Su nombre era Mingyu. Mingyu siempre visitaba su casa cuando su padre Alfa iba a visitar a la madre Alfa de Seungcheol. Siempre jugaban encerrados en la habitación del cachorro mayor cuando sus padres usaban la primera planta o en el jardín cuando se encerraban en el estudio. 

Era su mecánica de juegos. 

Mingyu amaba a Seungcheol, pues lo veía como su hermano mayor aunque solamente se llevarán un año de diferencia. Siempre lo veía un poco triste, muchas veces tenía moretones en su cuerpo e incluso llegó a tener puntadas por algunas cortadas que tenía, pero Mingyu nunca se atrevía a preguntar qué le pasaba a su mejor amigo.

—Mañana mi papá Alfa me llevará a una prueba de casta —comentó Mingyu mientras tomaba uno de los carritos que Seungcheol tenía en su habitación. El cachorro de ojos verdes lo observó con curiosidad.

—¿Una prueba de casta? —preguntó en voz baja, queriendo una explicación por parte de Mingyu. 

—Es cuándo te dicen si eres un Alfa, un Beta o un Omega —explicó con una sonrisa llena de emoción—. Mi papá Alfa quiere que sea un Alfa, pero mi mamá Omega me dice que lo que sea está bien —bajó la mirada para prestar atención al camino improvisado que hicieron con un par de reglas y lápices—. Yo quiero ser un Alfa, son fuertes y grandes —extendió sus manos—. ¿Y tú? —miró a Seungcheol con curiosidad. 

Seungcheol se quedó pensativo. Nunca se había preguntado qué era lo que deseaba ser. Recordaba que su madre Alfa era muy intimidante, fuerte y con un carácter gruñón, mientras su padre Omega era serio, sumiso y siempre decía lo que su madre Alfa dijera.

En resumen, ella daba miedo. 

Si era un Alfa, no volvería a temerle a su madre Alfa, incluso creería que ella le miraría con otros ojos, pero si era Omega, quizás tendría el mismo destino que su padre Omega. 

—Quiero ser un Alfa también —respondió tímidamente.

—Entonces, seremos los mejores Alfas del mundo —dijo Mingyu con emoción y una gran sonrisa en su rostro. 

Sin embargo, para Seungcheol parecía que esa opción no era factible. 

Cuando cumplió los seis años, fue llevado a una clínica especial para realizarse una prueba de casta. Su segundo género saldría a la luz y Seungcheol tenía una esperanza de que sería un Alfa. 

Estaba sentado en la silla que dejaba sus pies colgando mientras esperaba a que le realizaran la prueba. Su madre Alfa estaba sentada a su lado, leyendo lo que era el periódico. La miró con curiosidad, notando que tenía ese aspecto serio y dominante que siempre tenía en su rostro. El rostro que le daba miedo. 

—M-mamá —habló Seungcheol mientras tartamudeaba. La Alfa retiró el periódico para darle un vistazo a su cachorro. Seungcheol inmediatamente desvió su mirada, pero con algo de valor se atrevió a mirarla de nuevo—. ¿T-tú crees que y-yo sea un Alfa? —preguntó con voz inocente.

Ella lo examinó por unos cuantos segundos, y luego soltó una carcajada, burlándose de las palabras de su hijo. 

—¿Tú? ¿Alfa? —dijo con burla—. Con lo llorón que eres, dudo que seas Alfa —Seungcheol sentía que lloraría en ese momento, mientras su madre Alfa se enfoca de nuevo en el periódico—. Aunque pensándolo bien, reza porque lo seas —dijo—. De lo contrario, solo serías un estorbo en mi vida.

All My Love [3ra Parte Semicolon] - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora