El regreso

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Sarada ya era considerada parte de la familia Uzumaki, al menos en el sentido de que se habían acostumbrado a su constante presencia. El papel que habían sacado era "videojuegos" se relajaron en la mesa ignorando cualquier tema incomodo que tendrían que hablar el día de hoy distrayéndose en los Nintendo.

Decir que Hinata estaba desesperada debido a la actitud fría de Boruto era poco, necesitaba respuestas, saber porque estaba tan cambiado, alejándose de ella, cerrando nuevamente su habitación, pasando menos tiempo en su hogar, por más que ella trataba de acercarse, Boruto daba dos pasos lejanos a los de ella, Hinata no podría tolerarlo más, ¿Por qué su niño amoroso estaba tan distante y frío? La investigación la fue guiando a la presencia de Sarada, pero ella sabía que no podía culparla del todo porque finalmente sus decisiones mostraban las consecuencias, el guardar secretos y tratar de proteger a su familia de una dura verdad, pero, ella solo hacía eso, proteger a Boruto, no podían culparla por ello, Boruto no estaría enojado debido a sus acciones porque todo lo hizo en nombre del amor y de eso va la maternidad, tal vez Boruto estaba enamorado de la hija de su mejor amigo, sí, debe ser eso, por eso actúa tan raro, no comía, dormía poco, bingo, síntomas de enamoramiento, y para confirmarlo tendría que tener a alguien de su lado, así que decidió dar la noticia en un intento por llamar la atención de Boruto.

—¡Atención familia! No les dije nada por obvias razones, pero esta celebración no solo se trata del anuncio de nuestra renovación de votos ¡Boruto, Sarada, dejen de jugar!—Les regañó demostrando que toda su atención siempre estuvo en ellos, estos levantaron la mirada durante unos segundos—Gracias, también es para anunciarles que alguien muy querido acaba de volver, mi Kawaki, quien ha decidió dejar su largo e inexplicable viaje—Hinata encendió la bomba de confeti sobresaltando a todos mientras Kawaki salía por detrás de las escaleras tratando de asimilar el nombre que mencionó su madre, pero esta no le dio tiempo de pensar en ello, lo acurrucó entre sus brazos y lo llenaba de besos, susurrando cuanto lo había extrañado

Sarada había soltado el juego, mirándolo caer, sin saber que decir, un escalofrío recorrió su cuerpo. Kawaki...ella conocía a un Kawaki, pero no podía ser el mismo Kawaki del que estaban hablando ¿O sí? ¿Había una probabilidad de eso? Durante un momento se sintió estúpida, claro que el sol no gira alrededor de ella y no la odia, el universo no pondría a su Kawaki frente a ella, además sería absurdo que Kawaki fuese hermano de Boruto, sería una burla épica del destino, pero, la duda no la abandono ¿Kawaki podía ser hermano de Boruto? ¡No! No se parecían en nada, además Boruto insinuó que su hermano llegó después de él, y Kawaki era mayor que él ... miro con más atención las fotografías, y recordó la que le había mostrado Sumire, antes de que tuviera tatuajes y se tiñera el cabello, no podía creerlo, el destino se burlaba de ella, justo cuando creía tener un avance en terapia, el camino le decía no, vete a la mi/erda.

Sarada se quedó en sus pensamientos sin escapatoria durante unos momentos saliendo de ellos ante un movimiento de Boruto, Sarada miro a su madre, y esta le regreso la mirada, claramente preocupada, ahí decidió que era momento de corroborar que era su Kawaki, y efectivamente, estaba la estúpida sonrisa que ponía, los cabellos multicolores solo que más largos, los rasgos que poco le costaba reconocer imaginándose los gestos de él, viniendo a su memoria aquellos días placenteros.

¿Por qué todo se veía en cámara lenta?

En estos momentos su cabeza estaba llena de interrogantes, y su rostro la delataba, así que trato de reincorporarse, mientras veía como todos ahí abrazaban a la persona que acababa de llegar. Se acomodo el cabello y se ajustó los lentes, dando media vuelta y saliendo de ahí, se metió en la primera habitación que encontró, y se sentó en el piso, dándose cuenta de que estaba en el baño teniendo un ataque de ansiedad, intento respirar lento, cerrando los ojos, contando del 100 al 1. ¿Qué le diría? No se había preparado para volver a verlo, ni siquiera para procesar todo lo ocurrido, no aguantaría fingir, era demasiado para ella.

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