Buster y Maisie tenían planeado ir en el recreo de almuerzo para ver si ese conserje podía ayudarlos.
Bueno, esa era la idea. Ambos iban caminando a la sala del conserje (sala que estaba al fondo de un pasillo, subiendo unas escaleras), y Buster, al distraerse un poco por la idea que tenía, subió mal la escalera y se tropezó, cayendo un par de escalones hacia atrás.
No fue poca cosa; Buster se había llegado a torcer uno de sus tobillos, y tuvieron que llevarlo a la enfermería. Pobre chico.
-¡Maisie! ¿Y Buster? -preguntó Fang, que había llegado corriendo junto a Colette al enterarse que había sido Buster el chico que se cayó.
-Sus padres lo retiraron para hacerle un chequeo. -dijo Maisie, suspirando suavemente.
-¿Y qué estaban haciendo? -preguntó Fang.
-Estábamos yendo a la sala del conserje para preguntarle si tenía llaves para el cuarto de cámaras. -respondió Maisie.
-¿Y si le vamos a preguntar ahora? -sugirió Colette.
-No serviría de nada tener llaves de las cámaras; ¡no sabríamos cómo usarlas! Buster es el único que se maneja en eso. -dijo Fang, suspirando pesadamente- Espero que esté bien.
Los chicos sólo se quedaron callados, fueron a sentarse en las bancas, empezando a comer su almuerzo, deseando la salud de Buster (aunque Fang también estaba esperando la salud de Edgar desde la mañana).
Al rato de pasar ese momento tenso, apareció Poco nuevamente de la nada, claramente no sabía qué había pasado hace unos minutos.
-¡Hola chicos! ¿Por qué las caras largas? -preguntó el chico, sentándose en la banca.
-Buster se torció el pie hoy al caer de un par de escalones. Lo vinieron a buscar y lo llevaron a urgencias para revisarlo. -explicó Maisie.
-Ouch, eso sí suena mal. ¿No han sabido nada de él? -preguntó Poco.
-Nada. Así que sólo nos queda comer e ir a casa. -dijo Colette, suspirando.
-¿Y Edgar? -preguntó Poco, notando la ausencia de ese chico.
-Faltó hoy por un refriado. -se apresuró a explicar Fang, sabiendo que todavía tenía ese pensamiento en la cabeza.
-Oh. Entonces dos de ustedes están con problemas de salud... En fin, no es por ser desubicado, pero, ¿tienen algo para comer? No he comido nada en todo el día. -preguntó Poco.
Los tres chicos se miraron entre sí, y vieron que a sus almuerzos no les quedaba nada que valiera realmente la pena (aunque Fang estaba comiendo palomitas, a él no le quedaban más que las semillas).
-No tenemos nada, Poco. Lo siento. -dijo Fang, suspirando suavemente.
-Está bien, no importa. Puedo seguir preguntando. -dijo Poco con una sonrisa.
Poco, al separarse de los chicos para seguir en búsqueda de alguien que le pueda dar algo para comer, volvió a su puesto en la zona de dedicatorias, zona en la que estaba Willow como siempre, observando su celular.
-¿Te dieron algo de comer? -preguntó la chica, sin despegar la mirada de su celular.
-No. Llegué demasiado tarde, y ya se habían comido sus almuerzos. -explicó Poco, sentándose.
-¡Qué bueno! Porque alguien vino a dejarte una cajita con pastelitos. Venía llegando y vi una sombra en tu puesto, dejó esa cajita de ahí junto a una nota. No alcancé a ver quién era. -dijo Willow, apuntando la cajita a la que se refería.
-...Es de esa persona que me envía las cartas. ¿Me habrá visto pedir comida? -pensó Poco para sí mismo, viendo la cajita junto a la nota- En fin, estoy muerto de hambre, lo aceptaré.
Al pasar el recreo de almuerzo y al última clase del día, Fang alcanzó a Colette en la salida, teniendo una pregunta para ella, o más bien una petición.
-¡Hola Colette! -dijo Fang.
-¿Fang? ¿No te vas a tu casa ya? -preguntó la chica.
-Tiene que ver con lo que te quiero pedir ahora. Estoy preocupado por Edgar, ¿podría ir a verlo? -preguntó Fang.
-... Claro, sí. A Edgar le va a ENCANTAR una visita tuya. -respondió Colette con una risa pícara- Aunque trata de ser discreto; Edgar se pone de mal humor cuando está enfermo.
Fang solo se rió y asintió, empezando a caminar junto a Colette, todo para ir a visitar a su amigo.
Escena extra:
-¡Hola tío, ya llegué! -anunció la chica, dejando su mochila a un lado.
-¡Hola! ¿Cómo te ha ido? -preguntó el señor.
-Bieen, nada fuera de lo normal. -respondió la joven.
-¿Te comiste los pastelitos que te ayudé a preparar? -preguntó nuevamente.
-Nah, se los di a un chico que estaba realmente hambriento. Los necesitaba más que yo. -respondió, observando su celular al hablar.
-¿En serio? ¡Qué solidaria eres, Emz! -dijo Mortis, sonriéndole a su sobrina.
-Lo sé.
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Misión Extra-Escolar!! (FangxEdgar)
FanfictionUn grupo de escolares contra un Consejo Estudiantil corrupto, ¿qué podría salir mal?